Shinigami en el mundo ninja

Capítulo 102: La terquedad de Soi Fon

La expresión de Soi Fon era fría mientras caminaba de puntillas para mirar por encima del escritorio de Naruto. "Capitán Uzumaki, parece que está bastante holgazán"

"¿Ya ha empezado a trabajar a tiempo parcial para la 12.ª División?"

No podía entender los objetos que había en su escritorio, algunos de los cuales estaban ocultos por una maldición tan pronto como entró, lo que hacía que fuera imposible discernirlos.

Pero el olor era inconfundible.

¡El olor de Urahara Kisuke!

Con un destello de luz dorada, Naruto usó Shunpo para aparecer detrás de ella, agarrándola por la parte de atrás del cuello y levantándola del suelo.

No era muy alto, pero Soi Fon era incluso más bajo por media cabeza.

"Si el Capitán Soi Fon no tiene nada que hacer aquí, no hay necesidad de imitar al Capitán Zaraki". Naruto la llevó hacia la ventana. "En cuanto a mis asuntos privados, no le conciernen, Capitán Soi Fon"

—Esto no está dentro de la jurisdicción de la 2da División.

Abrió la ventana, preparándose para echarla.

Soi Fon pateó y forcejeó. —¡Espera! ¡Tengo algo importante que discutir!

Naruto hizo una pausa, pero no la bajó.

—Estoy aquí por buena voluntad, para preguntar si el Capitán Uzumaki necesita ayuda.

La expresión de Soi Fon cambió a una actitud más seria y fría mientras continuaba: —Tu búsqueda de Shihōin Yoruichi y los demás no parece ir bien.

—No te he oído mencionar ningún progreso en este asunto.

—Si tienes poca mano de obra, el Onmitsukidō puede prescindir de al menos un escuadrón.

Esta era la segunda vez que ella mencionaba el asunto.

Naruto sonrió, entrecerrando los ojos.

Entonces, ella estaba aquí por Yoruichi-neesan.

Esa expresión gentil hizo que Soi Fon se relajara un poco, lo que le permitió continuar hablando. —O quizás, Capitán Uzumaki, ha estado holgazaneando y no le ha dado a este asunto la atención que merece.

Naruto la arrojó al suelo.

Justo cuando estaba a punto de ponerse de pie, hubo una fluctuación de presión espiritual.

Soi Fon miró hacia arriba, sus ojos brillaban con una luz dorada mientras las cadenas tintineaban y se envolvían alrededor de su cuerpo.