Arc. 1 Cap. 2: La lluvia de sangre.

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 Después de esa terrible experiencia, los años pasaron, Mako había sobrevivido en esta peligrosa tierra por 18 años, ya adulto, aun con el cabello corto pero con una larga cola de caballo que le recorría toda la espalda, unas cuantas cicatrices en la cara, un pantalón azul oscuro con una raya grande naranja en los lados exteriores de este, unas zapatillas parecidas a unas deportivas de hoy del mismo color que su pantalón con rayas anaranjadas a los lados, una camisa sin mangas de estilo china, una coraza en el hombro izquierdo, con un extraño anillo con una piedra verde clara que resplandecía y con una extraña espada doble (mango en medio y cuchillas en sus dos extremos) con una extraña piedra en medio del mango de color purpura.

 Ademas de ayudar a su padre, ya demasiado viejo como para hacer trabajos de campo, tenia un segundo trabajo, mensajero, llevando cartas y paquetes a pueblos vecinos, aveces, hasta escoltar gente, 2 meses después de su ultimo envió, le habían encargado llevar un paquete a un monasterio cercano, se le prohibió ver lo que había en el paquete, pero la verdad le importaba muy poco, al llegar el día del envió se despidió de su padre.

 Mako: -Adiós padre, volveré dentro de poco.-

 Drak: -Adiós hijo querido, por favor, cuídate.-

 Mako: -Pero padre, tu sabes que yo se cuidarme, por que te preocupas de mi bienestar de repente tanto?-

 Drak: -Solo...cuídate hijo, eres todo la que me queda ya...-

 Mako: -bueno, bueno, padre, ya entendí, haré lo que pueda.-

 Al salir de su casa, su padre salio detrás de el y le dio un fuerte abrazo llorando, derramando lagrimas rojas.

 Drak: -Por favor...vuelve...y que Dios te guarde y proteja...-

 Después de esa incomoda escena, Mako logra zafarse del abrazo de su padre y se va, sin decirle ni una sola palabra.

 Mako: -Joder, que pesado es, ademas, por que sigue con ese tal "Dios" si sabe que no me interesa- se dijo a si mismo.

 Al llegar a la portón del pueblo, espero a su jefe para que le dijera lo que tenia que hacer con el paquete, al llegar su jefe, este fue simple y conciso.

 Malldor, jefe repartidor: -Mira, esto sera muy simple Mako, lleva el paquete al monasterio de "Los Antiguos Santos", y por ningún, ningún motivo, lo abras,ah, y cuidado con los bandidos, les importa poco lo que tenga el paquete, pero te robaran cualquier cosa, están desesperados, igual que todos nosotros.

 Mako: -Pfff, eh echo repartos peores.-

 Malldor: -no subestimes ningún paquete, y menos el viaje.-

 Mako: -bah, es un viaje corto, y ya sabes que tengo habilidad para defenderme.-

 Malldor: -jeje, tu padre tiene razón, eres muy obstinado.-

 Mientras Malldor decía esa frase, Mako ya estaba emprendiendo su viaje, dando un pequeño saludo hacia atrás con desdén.

 Malldor: -Hmm, parece que va a llover- dijo mirando al cielo, que, desde la eternidad, habia estado siempre nublado.

 Mientras caminaba, con paso relajado, el cielo, tapando su verdadero resplandor con una infinito manto de  nubes grises, empezaron a sonar fuertes rumores en el cielo, conocidos como terremotos celestes, o, llamándolos de una forma mas banal, truenos, y, mirando Mako hacia arriba, unas gotas carmesí cayeron en su cara.

 Mako: -Mmm, creo que esta lloviendo, nunca entendí por que llueve sangre del cielo, tal vez uno de esos monjes raros logre explicarme.-

 Y, al seguir su viaje, acompañado por esa rojiza lluvia, sintió un rumor que venia de los matojos de plantas y del bosque.

 Mako: -por favor, ¿que tan tarado creen que soy? ya conozco el truquito de la emboscada en el bosque, ustedes no son los primeros que lo intentan.

 Al decir esto tres hombres y una criatura de forma canina con 6 patas pero sin cola y con un pelaje negro muy largo salieron de la profundidad del bosque. Uno de los bandidos llamado Mid, hombre alto y corpulento, sin cabello aparente, con sus manos llenas de anillos, ropajes zaparrastrosos y viejos, con un ojo amarillo el izquierdo y naranja el derecho, armado con una lanza,  comenzó una conversación con Mako.

 Mid:  -Ah, veo que ya te lo sabes, pero, cuantas personas te emboscaron la ultima vez?

 Mako: -La verdad, los mate a todos tan rápido que ni los conté.-

  Idoin, otro de los bandidos, este mas flacucho, pero con un arma de fuego grande, parecido a un rifle, con cabello muy largo de un color verdoso muy oscuro, vestido con una camiseta blanca rota, una chaqueta azul, un pantalón parecido a un pantalón de atletismo moderno, sandalias,  sin dedo pulgar en la mano derecha, de ojos azul y purpura, añadió.

 Idoin: -pfff, este se piensa que somos cualquiera.-

 Mako: -Lo mismo dijeron los últimos...-

 Mid: -Pero notros tenemos mas experiencia.-

 Mako: -Lo mismo dijeron los últimos...-

 Mid: -Bueno, este ya me tiene harto, acabemos ya que tengo hambre.-

 Mako: -Mmm... No fue exactamente el mismo final de la oración, pero también lo dijeron los últimos.-

 Idoin: -Haber muchachito, ¿por que te crees tan bueno?-

 Mako: -Por que, ademas de tener una estrategia, cosa que ustedes seguramente no tienen, manga de deficientes mentales, tengo mas habilidad que ustedes y mas experiencia.-

 Idoin: -¿A si?, ¿como lo sabes?-

 Mako: -Primera razón, tu arma tiene el seguro puesto; segunda razón, tu amigo, ese que no dijo ni una palabra todavía, tiene el sable desafilado; tercer y ultima razón, el Mildor no tiene pinta de estar bien entrenado, yo creo que esta es vuestra primera vez.-

 Idoin: -El Mildor esta bien entrenado, es que tu no lo sabes.-

 Mako: -¿A si?, ¿y donde esta?

 Cuando los tres bandidos se dieron vuelta, vieron que el Mildor, la criatura canina de seis piernas ya no estaba.

 Mid: -¿Pero que hacemos? Nos distraemos, ahora puede esca...-

 Antes de que Mid pudiera terminar de decir esta frase, Mako se abalanzo sobre el y lo atravesó en el pecho con su espada, y, cortando el lado izquierdo de su abdomen hasta que safo la espada del cuerpo de Mid, y por la velocidad generada por la fuerza de Mako al sacar la espada de Mid, logro cortarle la cabeza a Idoin y lanzo la espada hacia Mekon, el tercer y ultimo bandido, con ropajes simples, de color negros, descalzo y con toda la cara tapada por vendas, seguramente por lepra, con sus ojos indescriptibles por que las vendas dificultaban la visión de su cara, pero este logro esquivarla y se perdió de vista.

 Mekon: -Ja, perdiste tu arma, ahora estas indefenso.-

 Mako: -¿Te parece?-

 Cuando Mako termino de decir esta frase, hizo una mueca maliciosa y el anillo que tenia empezó a brillar, y de repente,  el arma de Mako volvió a verse en el aire, esta vez volviendo, como si fuera un bumerán. Mekon dio vuelta su cara horrorizado para ver lo que tenia atrás, y cuando volvió a ver, la espada de Mako lo partió en 2 y la espada volvió a la mano de él.

 Mako: -Que suerte que tengo las gemas gemelas, si no, la hubiera perdido.-

 Después de esa incomoda situación, Mako siguió con su camino y reflexionando.

 Mako: -Hmmmm....que suerte...¿Realmente tuve suerte?...¿A que me refiero con suerte?, acabo de asesinar personas, ¿eso es tener suerte?...Bueno...Almenos no para ellos...

 Y, mientras reflexionaba, el tiempo se le pasaba rápido, y con ello, el camino, llegando antes de que se diera cuenta, a las puertas de el monasterio.

Juriki Nikkirama: Lluvia de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora