Arc. 1 Cap. 7: Sansón, el coloso de débiles piernas.

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 Después de un largo viaje para Drekk, pero un corto y relajante paseo de siesta para Mako y Canna, llegaron a otro pueblo, uno lugar árido y destruido, como si hubiera sido la sede de una batalla.

 Mako: -*bostezo*... ¿Eh? ¿Qué? ¿Dónde estamos? ¿Y el fantasma?- Dijo mientras se estiraba.

 Drekk: -Tranquilo, eso... Digamos que se resolvió solo, ahora tenemos otro problema, el pueblo esta desolado y destruido, esto no estaba en los planes.-

 Mako: -Bueno, entonces tendremos que seguir.-

 Drekk: -El problema es que este pequeño amigo que nos lleva es un Sidoen, la bestia de carga mas terca que existe, este chico ya me esta dando problema desde algunos kilómetros antes de llegar, si no come y no bebe, no creo que se mueva mucho, y sin él, tendremos que ir a pie, y no pienso aguantar a mi hermana de nuevo.-

 Mako: -Hablando de Canna, ¿Sigue dormida?-

 Mako mira a su lado derecho y la ve durmiendo, se sonroja y vuelve a mirar hacia otro lado. Drekk, al verlo ríe tan fuerte que despierta a Canna.

 Canna: -¡¿Ah?! ¡¿Qué?!... Eh, ¿dónde estamos?-

 Drekk: -Tal parece que en ninguna parte, por que esto esta mas destruido que Varias después de la guerra de la luna roja.-

 Canna: -Si, bueno, pero... Si aquí hubo una batalla o algo así... ¿Por qué no hay cadáveres?-

 Mako: -Es cierto, no hay ni un solo muerto aquí. Y no creo que los que atacaron este pueblo roben cadáveres.-

 Drekk: -Muy cierto, vallamos a ver.-

 Entonces, Canna Mako y Drekk comenzaron a buscar rastros de combate, o, almenos, alguna muestra de vida. Canna buscaba entre escombros de un edificio derrumbado, Drekk a los alrededores del pueblo y Mako paseaba por las calles, esperando encontrar algo, hasta que, al girar unas cuantas veces por la plaza principal del pueblo encontró una escotilla en el suelo. Grito a Drekk y Canna y les dijo:

 Mako: -¡¡Hey, chicos, miren lo que me encontré!!-

 Drekk y Canna se acercaron para verlo, Drekk se arrodillo para ver mejor.

 Drekk: -Esto es una escotilla de emergencia, aquí debajo debe haber un búnker, últimamente los pueblos están implementando estas cosas por que tienen miedo que se desate otra guerra como la de la luna roja, aunque estos búnkeres no sirven de nada contra una bomba taladro.

 Canna: -Intentemos abrirlo.-

 Drekk, intenta abrirlo pero parece ser demasiado pesada para él. Mako se acerca y lo mueve.

 Mako: -Apártate monjesito, esto es trabajo para hombres de campo.-

 Mako utiliza todas sus fuerzas y, cuando parece que esta por abrirse, una voz sale de dentro del búnker.

 Voz misteriosa: -¡A-Alto... N-No a-abran o serán asesinados por el gran Sansón, "campeón de campeones"!-

Mako mira con cara extrañada a Canna y Drekk y abre la puerta del todo. salta dentro y vea una gran cantidad de gente dentro de una habitación gigante.

 Mako: -Tranquilos, no queremos hacerles daño, los que destruyeron esta aldea ya se fueron, no queda nadie.-

 Qüidis: -¡No les creemos!- Dijo un hombre anciano, con vendas que le tapaban ambos ojos, una joroba no tan pronunciad, una larga barba. Un sombrero de corsario muy gastado y roto, y una capa negra con detalles dorados que le cubría todo el cuerpo y sandalias.

 Drekk: -¿Y usted quién es?-

 Qüidis: -Yo soy Qüidis, el "encargado" de esta aldea, y digo "encargado" por que el señor de esta aldea se fue hace tiempo y nunca volvió, así que si lo buscaban, no esta aquí.-

Juriki Nikkirama: Lluvia de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora