Capitulo 1: El Dragón Que Pisa El Otoño

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En el año 685, en aquel bello y libre reino llamado Feyralinn, lleno de mariposas volantes y un viento fresco mientras el sol acaricia su rostro, un joven delgado, de estatura media, de cabello negro ligeramente largo y ojos azules brillantes, Louisse Chernikov se recuesta viendo al cielo, acariciando a su amada gatita, Sombrita.

Ella persigue una mariposa en cuanto ve su aletear, y con autoridad pero siendo pasivo y suave, Louisse le regaña

— ¡No, Sombrita, No! ¡No le hacemos daño a los animales! —

Entonces, la mariposa alza el vuelo al cielo, Sombrita la observa con las pupilas dilatadas, mientras que Louisse con admiración.

Pero una sombra hace que el brillante sol se apague por unos segundos, y mientras ven al cielo, se percatan de una creatura...

Una especie de lagarto lleno de escamas brillantes de color azul oscuro, cuernos y unas alas e cola enormes qué se agitan en el cielo; Un dragón

Tanto como Sombrita y Louisse se notaban más que impresionados, y sin temer un poco, así como muchos harían de aquella majestuosa pero peligrosa criatura, ambos corrieron detrás de él hasta el cansancio, Louisse no recuerda jamás haber corrido tan rápido en su vida, y cuando Sombrita exhausta se detuvo, Louisse la recogió de el abdomen y siguió corriendo.

Parecía que se había detenido en lo alto de una montaña, así que después de rezarle a las hadas para no caerse, se agarró de entre las lianas, rocas y de todo aquello que tuviese un relieve, mientras Sombrita se sostenía de el cabello de Louisse.

La montaña no era tan alta, pero si estaba muy recta. Parecía que tardó un siglo en subir, pero lo logró con un último salto, mientras Sombrita subía a el terreno firme y con su pata, le jalaba el cabello para ayudarlo a subir. Y entonces, obtuvo su recompensa al llegar a la cima: Apreciar una obra de arte de la naturaleza, como el mismo Louisse le llamaría.

Aquel dragón se veía aún más aterrador de cerca: Podías ver sus enormes fauces y colmillos al abrir su boca, sus ojos y sus pupilas tan filosas y brillantes en un profundo negro. Las escamas, que parecían un trozo de metal entero, y las garras, aún más grandes y gruesas qué una lanza.

Con una alegría innexpresable, y Sombrita en su hombro, la cual tomó una posición de alerta, encorvando su espalda hacia arriba y bajando la cabeza, Louisse se acercó en una forma sutil, extendiendo su mano para acariciar el hocico de el dragón, el cual, sin girar la cabeza, le observaba con la mirada de una forma intimidante para aquel que no admirara tanto la belleza y ignorara tanto el peligro.

— ¡Hey, saca tus sucias y humanas patas de mi dragón! —

Y así, tanto como Louisse y Sombrita salieron disparados en un salto de precaución hacía atrás.

Detrás de el dragón, una elfa de estatura media, ojos azules, con un corto cabello verde turquesa, y vistiendo un short de cuero marrón oscuro junto a una camiseta del mismo material, pero sobre todo, con piezas de armadura encima; Una pechera, hombreras, brazales y antebrazales, se retiraba un casco con forma de dragón mientras caminaba hacia Louisse.

Quizá lo más llamativo podría ser su casco, una extraña tinta simulando un antifaz alrededor de la zona de sus ojos, el hecho de que no tenía armadura en las piernas, su color de cabello, sus ojos. O el hecho de que parecía una chica de apenas 15 u 16 años.

— ¿E-Es tu dragón? —

Preguntó Louisse, un poco acelerado por el susto, más sin embargo, analizaba a la elfa con detalle, clavando sus ojos en cada uno de los detalles de su cuerpo y rostro.

Goundan: Fuego CruzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora