2001.
Chicago.
El avión estaba programado para aterrizar en el terminal número 3 del aeropuerto O'Hare. Nunca antes había aterrizado en aquel terminal, y mucho menos en un avión como ese. Habían sido un poco más de 23 horas de transito aéreo, y las ansias de pisar tierra firme, de pisar territorio americano, le provocaban un hormigueo incesable en sus largas piernas. No dejaba de agitarlas, así como tampoco dejaba de girar el rostro para poder ver a través de la ventanilla del avión.
- Qué pasa Cornwell? Ya no sabes cómo subirte a un avión y comportarte como un simple pasajero? O es que tu impaciencia va provocar que tomes el control del cockpit y nos deleites con una de tus maniobras de aterrizaje? - le dijo uno de sus camaradas sentado frente a Stear. Casi toda la cabina estalló en carcajadas.
- Y tú Paters? Que acaso ya no recuerdas lo que es regresar de tu primer raid sabiendo que una bella muchacha espera por ti? Ah... pero claro! Lo olvidaba! A ti jamás te esperó una bella muchacha! - nuevamente las risas invadieron el avión - Pero en serio Cornwell, si sigues agitado de esa forma y volteando cada 3 segundos para poder ver a través de la bendita ventanilla, vas a terminar por dislocarte el cuello, y solo tenemos 10 días de permiso!
- Agitado?... Euh... no me había dado cuenta, lo siento! - dijo Stear ruborizándose.
- Tranquilo muchacho, acá, cada uno de estos párvulos están igual de agitados que Ud.! La única diferencia es que saben disimularlo mejor. A todos los esperan una bella damisela. A todos a excepción de Paters, McCordick y Mulders. En el caso de McCordick y Mulders, a ellas les espera sus flamantes esposos. Paters simplemente es un caso perdido! - nuevamente las risas estallaron.
- Y a Ud. mi capitán? si me permite preguntarle, también lo espera una bella damisela? - se escuchó la voz de otro soldado sentado al otro extremo de la cabina.
- No sea impertinente Rogers! - fue la respuesta del mayor de entre los pasajeros de aquel avión militar - Por supuesto que me esperan! Todo soldado respetable tiene, entre todos sus deberes, la obligación de formar una familia bajo los principios de lealtad y respeto a la patria!
- Si mi capitán! - respondieron al unísono los soldados.
Finalmente, el avión militar comenzaba el descenso. Aquella sensación le agradaba a Stear en menor grado que el ascenso, que desafiaba las leyes de la gravedad. En solo unos pocos minutos, el avión llegaría al terminal, y Stear podría tomar el taxi que lo llevaría directamente a la residencia de los O'Brian. Los brazos de Patty serían los primeros que él estrecharía. Los labios de Patty, los únicos que exigiría. De todas formas no había dado hora de llegada a ninguno de los Cornwell, ni de los Ardley. Solo a Patty. Al resto los vería horas más tarde. Primero Patty, siempre primero ella, después el resto.
El avión terminó de moverse y las luces de la cabina se iluminaron. Afuera, la noche estaba estrellada y el cielo despejado. Era una bella y fría noche de diciembre, la noche perfecta para reencontrarse con su amor. Ni bien se escucharon como los seguros de ambas puertas de acceso a la cabina principal se desactivaban, y la primera puerta fue abierta desde el exterior del avión, todos, absolutamente todos los pasajeros del avión militar guardaron silencio, solo se escuchaban como los cinturones de seguridad eran desabrochados, como los compartimentos con los equipajes eran abiertos y como cada uno de los soldados recuperaban sus pertenencias y se dirigían coordinadamente hacia ambas salidas.
Stear tomó su bolso, se puso el abrigo militar y lo cerró. Sabía que a estas alturas del año, era muy probable que las primeras nevadas hubieran caído sobre Chicago, y que el aire afuera de la cabina, sería gélido. Atravesó la puerta posterior y en efecto, el viento frío le dio la bienvenida a Illinois. Hizo el saludo protocolar al soldado raso que se encontraba al pie de la puerta, y descendió las escaleras de acceso al avión. Pasó su bolso sobre su hombro izquierdo, y de un paso firme siguió al resto de sus compañeros hacia el terminal que se erigía frente a ellos.
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Y si fueras tu ?
RomanceEl amor llega y se va, nos inunda de sentimientos tan fuertes, y de repente se desvanece dejándonos sumidos en un vacío difícil de sobre llevar... Y si la historia de Candy Candy hubiera tenido otro final? Uno que no esperábamos? Qué pasa cuando lo...