Con el tiempo, Yoongi comenzó a perderse a sí mismo. La música que había venido a crear se desvanecía entre la neblina de las noches sin fin y las resacas interminables. Las ofertas de trabajo seguían llegando, pero él apenas podía concentrarse. Lo único que ocupaba su mente era Jimin. Cada vez que lo veía, parecía más frágil, como si se estuviera desmoronando ante sus ojos.
Jimin no hablaba mucho de su pasado, pero Yoongi sabía que había algo profundo, una herida que no cicatrizaba. En medio de las fiestas y las drogas, a veces mencionaba fragmentos de su vida. Una familia que nunca lo aceptó, una lucha constante con su propia identidad. Jimin era abiertamente gay, pero había un resentimiento en su voz cuando hablaba de ello, como si su sexualidad fuera una condena de la que no podía escapar. A menudo, mencionaba que Los Ángeles le había ofrecido una libertad que no encontraba en otros lugares, pero esa libertad venía con un precio alto.
Jimin usaba su cuerpo como una herramienta, tanto en la pista de baile como en su vida personal. El sexo, para él, era solo otro escape, otra droga para adormecer el dolor. Pero con Yoongi, era diferente. Había algo en él que lo hacía sentir vulnerable de una manera que no entendía del todo. Cada vez que estaban juntos, había una intensidad que lo aterraba. No sabía cómo manejarlo, así que lo evitaba. Y cuanto más lo evitaba, más Yoongi se hundía.
La depresión se instaló en ambos como una sombra permanente. Las drogas, que al principio les ofrecían una salida, se convirtieron en una necesidad. Yoongi comenzó a depender de ellas para poder levantarse de la cama, para poder enfrentar el día. El brillo de Los Ángeles había desaparecido por completo, y solo quedaba el vacío.
Hubo noches en las que Jimin aparecía en su apartamento, completamente drogado, su cuerpo temblando, sus ojos vacíos. Yoongi lo cuidaba como podía, pero sabía que no estaba salvándolo. Solo estaban hundiéndose juntos, atrapados en una espiral de autodestrucción que parecía no tener fin. Un día, después de una sobredosis particularmente cercana, Yoongi despertó en el hospital. El rostro de Jimin fue lo primero que vio, su expresión era una mezcla de culpa y miedo. Había sido él quien lo había encontrado inconsciente en el suelo de su apartamento y lo había llevado de urgencia al hospital.
—Esto tiene que parar. —susurró Jimin, su voz rota.
Yoongi asintió débilmente, pero ambos sabían que esas palabras no tenían el poder de cambiar lo que eran. Estaban demasiado rotos, demasiado consumidos por la oscuridad de la ciudad y de sí mismos. Los Ángeles no los había transformado. Solo había amplificado lo que ya eran.
Sin embargo, aquella noche, cuando volvieron a su apartamento, algo cambió. En la oscuridad de la habitación, sin drogas ni alcohol, finalmente se permitieron ser vulnerables el uno con el otro. No hubo sexo, solo abrazos silenciosos, dos cuerpos temblando juntos, intentando encontrar algo de calor en medio del frío que sentían por dentro.

ESTÁS LEYENDO
The Devotee [YM] [✓]
FanfictionYoongi siempre había soñado con dejar su vida tranquila en Corea para perseguir sus sueños en la ciudad de las estrellas, Los Ángeles. El ritmo frenético, las luces brillantes y las promesas de éxito lo atraían como un imán. Sin embargo, después de...