Suena la alarma y con dificultad Axel extiende su brazo para apagarla, logrando sólo tirarla al suelo para que esta siga con su escándalo desde ese lugar. Se incorpora en la cama sintiendo un fuerte dolor de cabeza y el estómago revuelto.
— ¡Demonios! —exclama mientras inclina el cuerpo al lado de la cama para tomar el despertador y apagarlo.
Cuando por fin ha logrado eliminar ese molesto sonido regresa a la cama y abraza su almohada. De ésta se desprende un olor agradable que le produce cierta inesperada tranquilidad, así que la abraza más fuerte, enterrando su cabeza en ésta.
Un momento después, Axel recuerda que es viernes y por tanto debe ir a trabajar, así que maldice mentalmente por haber bebido la noche anterior, más cuando es algo que no hace, en especial hasta el extremo en que lo hizo hasta hace unas horas, puesto que jamás le ha gustado perder el control, incluso recuerda que antes de la noche anterior, sólo había bebido tanto licor una vez en su vida, pero fue cuando él aún estaba en la universidad, hace ya muchos años, luego de eso siempre había moderado su consumo.
En este instante no recordaba cómo había llegado hasta su casa, pero al parecer había logrado llegar incluso hasta su cama sin problema, esto era algo que le indicaba que por lo menos no había estado tan mal. Se sienta de nuevo, apreciando ahora su desnudez, aunque no recuerda haberse quitado la ropa, lo que le indica que al parecer tenía una laguna, pero suponía que las memorias pronto vendrían a su mente.
Entró en la ducha deseando que el agua se llevara todo el malestar del cuerpo, se frotó y limpió como si con ello se borraran las últimas gotas de alcohol que había en su sistema, luego, se vistió demorándose más de lo normal, pues el palpitar de su cabeza no le ayudaba a actuar normal, pero, por lo menos deseaba verse mejor de lo que se sentía. Bajó a la cocina, buscó un medicamento que le ayudara a aliviar su dolor de cabeza, lo tomó y bebió abundante agua. La sed era demasiada como para satisfacerla con un solo vaso.
—Buenos días señor — saluda Rossie.
—Buenos días.
—Parece que tuvo una buena noche de copas. —Sonríe.
—Algo así.
— ¿Quiere que le prepare algo ligero para desayunar?
—No quiero nada, pero gracias Rossie.
—Lo supuse— dice disimulando una sonrisa de burla.
— ¿Marina ya se levantó? No la he visto y es tarde, debemos salir a la oficina.
—Marina salió hace rato señor.
— ¿Qué? Y ¿por qué no me esperó?
—Ella me advirtió de que usted podría tener una terrible resaca y que probablemente llegaría tarde a trabajar, así que supongo que por eso fue la primera en salir de casa.
—Así que ella me vio cuando llegué anoche —supone avergonzado— ¡Me voy!
—Que tenga buen día señor.
Al llegar a la oficina saluda a Abigail y pregunta por Marina.
—Marina llegó temprano y como usted aún no le había asignado otra tarea, me preguntó qué podía hacer, así yo la he enviado al área comercial a obtener los informes de contabilidad.
—Entiendo, hiciste bien —afirma entrando a su oficina.
Axel se acomoda en la silla frente a su escritorio y observa que ahí están los informes que había ordenado hacer a Marina. Ahora éstos decorados con una simple nota y una carita feliz:
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Tío eres mi obsesión
RomanceMarina vivía con sus padres en Brasil, pero al morir estos viaja a Estados Unidos para vivir un tiempo con su tío. Sólo eran unas vacaciones para descansar y pensar sobre su futuro, pero jamás se imagino que aquel sería el hombre que se convertiría...