Que le había pasado, por Dios. Se había besado con el hijo del mejor amigo de su padre. Se había besado con Lancelot.
«Carajo.»
El rubio estaba acostado en su cama como si nada, tenía una gran sonrisa en su rostro, como si hubiera ganado algo al besarlo, y bueno, claro que ganó, era el primer beso del príncipe Tristán, en este caso también el de Lancelot. El rubio sentía que realmente tenía oportunidad con el albino. Ahora que lo pensaba bien, como había pasado de odiar a Tristán a gustarle, no lo entendía, pero, no sólo era físicamente, él era especial, él era único, él era todo lo que había buscado en sus más grandes fantasías, tal vez sus padres incluso lo aceptarían, si no fuera hijo de Elizabeth y Meliodas. Y si no fuera un chico.
El rubio se levantó bruscamente de la cama causándole un leve mareo, y se acercó al albino, que estaba sentado en el piso con un aparente shock por el beso del más alto.
- Yo... Lo siento, Tristán, yo, en verdad lo siento, creo que no pensé antes de besarte, y... - Iba continuar disculpándose cuando fué interrumpido por unos labios muy dulces que chocaron contra los suyos. Lancelot se quedó petrificado en su lugar sin saber lo que había sido eso. Tristán lo había besado, eso es... Un sueño hecho realidad.
- Lo siento también. Te vas a comprometer y yo estoy aquí, contigo en mi habitación besando te, eso no es justo para la chica. - El albino bajó la cabeza, pero Lancelot tocó levemente su barbilla y la subió para que lo viera a los ojos. - ¿Tú crees que eso me importa? - Tristán lo miró fijamente, parecía que sus ojos brillaban. - Pero... - Lancelot puso su dedo índice en la pequeña boca de Tristán. - Haré hasta lo imposible para poder besarte más seguido, no sólo como mi amigo, como mi novio. - Tristán sonrió, pero rápidamente esa sonrisa se transformó en una expresión sería. - No vas a lograrlo. - El rubio ladeó la cabeza en señal de confusión. - No confías en mí? - Tristán lo miró fijamente. - No es eso, es que, mis padres, bueno, mi papá... - Lancelot lo tomó de las mejillas acariciando lo. - Tu papá me adora, tranquilo. - Tristán sonrió tímidamente, pero, algo le decía que las cosas iban a salir muy mal.
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Elaine llevaba 20 minutos buscando a Lancelot, por que según lo que decía Ginebra, se había ido y la había dejado plantada. No quería decirle a Ban por que ya sabía donde estaba, pero, se estaba haciendo la loca para que no los descubriera.
Le trató de enviar muchísimas señales a Lancelot, pero no parecía responder, hasta que divisó la figura de su hijo no tan lejos de donde ella estaba. Voló hasta donde el rubio estaba y lo derribó haciendo que los dos cayeran al suelo.
- Dime, que mierda hiciste? - Lancelot estaba asustado, nunca en su vida su madre había hecho eso. - Habla. - Lancelot con mucha confusión por la mirada de su madre asintió varias veces. - Besé a... - Elaine abrió un poco los ojos, pero su rostro se tranquilizó. - Ya lo sabía, solo quería que saliera de tu boca que lo hiciste. ¿Qué piensas hacer? - Lancelot la miró confundido ¿Qué iba hacer?. - Le dirás a tu padre? - Lancelot bajó la cabeza inmediatamente, obviamente no le diría, que pensaría de él? Que pensaría con que dejó a la chica plantada en su primer encuentro? Seguro le daría asco.
- Decirme qué. - Ban apareció detrás de Elaine tomando la de la cintura y posicionándose a su lado, mirando fijamente al rubio. Lancelot estaba sudando, y eso Ban lo notó inmediatamente. - Vamos, pequeño, puedes confiar en mí. - Lancelot no lo miró, sus ojos rojos viajaban por sus manos mientras jugaba con estas. Ban miró a Elaine y ella asintió. - Quieres hablar en tu habitación? - Lancelot pareció confundido ante la mención de la habitación. Sus padres comenzaron a caminar hacia la derecha por los pasillos del gran palacio. Caminaron, caminaron y caminaron hasta que llegaron a una gran puerta que parecía estar llena de adornos chapados en oro. Ban abrió la gran puerta y esta daba a una gran habitación, que parecía ser la habitación de Lancelot.
- Bienvenido. - Lancelot abrió los ojos rápidamente al ver el tamaño de la habitación, ahora que iba a vivir en el palacio tenía que tener su propia habitación, no? Habían demasiados adornos de oro en esa habitación, había una bandeja de plata con una tetera de porcelana con diseños de flores y estrellas. Su cama estaba bien arreglada y las fundas tenían diseños de flores y carrozas. Elaine y Ban se sentaron en la cama y frente a ellos se sentó Lancelot. - Ahora sí. Quieres contarnos? - Lancelot los miró fijamente, y asintió, Elaine le dió una señal para iniciará a hablar.
- Solo pido que ninguno me juzgue. Yo, bueno, desde que conocí a Tristán comencé a sentir una leve conexión con él y más que conexión, una atracción hacia él desde que tenemos 6 años. Yo realmente no sabía lo que significaba ese sentimiento así que decidí reprimirlo. Le conté a Jericho como me sentía, pero realmente no me prestó mucha atención, así que decidí dejarlo ahí. Pero, hoy que lo volví a ver después de 6 años, realmente ese sentimiento volvió, pero mucho más fuerte, y ahora sé que siento, sé que me gusta, me gusta papá, me gusta mamá, y no me pienso casar con Ginebra, por qué no siento nada acerca de ella, no me interesa saber nada de ella, ni conocerla. Acabo de besar a Tristán en su habitación, y, le prometí que haría hasta lo imposible para poder besarlo con más libertad. - Ban lo miró fijamente, podría describirlo como una expresión enojada pero rápidamente esa expresión cambió a una gran carcajada de su padre. Elaine solamente pudo sonreír con dulzura. - Lo había notado en cuanto Tristán entró en la sala donde estábamos todos. Tus ojos brillaban, y los ojos nunca mienten. - Terminó Elaine. Ban comenzó a hablar con delicadeza. - Lancelot, hijo, está bien, como no podría aceptarte tal como eres? Eres mi hijo, te amo tal como eres, y, claro que puedes hacer lo que quieras con Tristán, eso sí, yo no estoy seguro de que...
"Lancelot..."
- Meliodas acepte...
"Lancelot..."
- Tampoco sé si Elizabeth...
"¡Lancelot!"
El mencionado rápidamente se levantó de un brinco al oír repetidas veces su nombre. ¿Que había sido eso? Dios. Lo último que recuerda es estar hablando con una chica en el balcón y ver a Tristán en la planta baja hablando con sus maestros... Eso significa que... Todo lo que vió, o supone que vivió solo fué un sueño? No entendía nada.
En la sala que parecía una habitación ya que estaba acostado en una gran cama estaban sus padres, sus tíos de las dos partes, Merlín, Escanor y Gowther, y no nos olvidemos de Tristán, quien estaba escondido detrás de Merlin mientras jugaba con el cabello de la bella mujer.
- Que sucedió? - Elaine se acercó rápidamente a él, seguidamente Ban la acompañó, todos estaban atentos a lo que sucedía en la gran habitación. - Después de tomar la bebida que tenías en manos te desmayaste Lancelot. - Comentó Merlín a lo lejos. - Como te sientes mi amor? Te duele algo? La cabeza? - Elaine estaba muy preocupada, estaba apunto de llorar si el rubio no se despertaba. - Estoy bien mamá, tranquila, solo me siento desconcertado. - Lancelot la miró con una sonrisa. Volteó a ver a Tristán quien lo miraba fijamente, le hizo una muy mala cara y se fué de la habitación, seguidos de él Merlin, Escanor y Gowther salieron de la habitación. Meliodas trató de llamar a su hijo, pero, este parecía no escuchar, o se hacía el sordo.
Parecía que toda esa fantasía de gustarle a Tristán era solo eso, una simple fantasía, y ahora tendría que lidiar con el odio del albino hacía él, cuando él no le hizo nada malo.
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Hola pequeñines! Es inicio de fin de semana. y quise actualizar esta hermosa historia. Pensé que sería bueno iniciar esta actualización engañando los un poquitin, jjj. Había estado más ausente de lo normal ya que tuve una muy reciente pérdida familiar, y bueno, sigo recuperando me de eso, pero, espero les guste este nuevo capítulo, y estaré trabajando más seguido para traerles nuevos capítulos de esta historia y de la otra hermosa historia que tengo un poco más adelantada que esta. Pero bueno, los amo mucho, y que tengan lindo fin de semana!
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Young & Beautiful
Romansa«¿Seré hermoso aún cuando envejezca?» Una historia que desciende a partir del sentimiento de enamoramiento que explora más allá de lo físico, si no de lo espiritual. Una historia que explora la vida amorosa de jóvenes rodeados de entidades poderos...