🎋💚🎋CAPITULO_3🎋💚🎋

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El dolor físico era algo que había aprendido a soportar con estoicismo, entrenando su mente para desconectar del sufrimiento del cuerpo. Incluso en los momentos más difíciles, podía mantener una expresión imperturbable, sin dejar que el dolor lo dominara.

El hambre también era un desafío que había aprendido a enfrentar, cortesía de sus años en la calle e incluso posteriormente durante su estadía en la Mansión Qiu. Incluso cuando la comida era escasa, podía resistir sin quejarse, sacando fuerzas de lo más profundo de su alma.

También había desarrollado una tolerancia a la migraña que a menudo seguía a una disputa intensa, una compañera constante en su vida gracias a la presencia de Yue Qingyuan.

Sin embargo, había una sensación que lo afectaba de manera diferente: la energía drenada que quedaba en su cuerpo y mente después de llorar. Era una experiencia rara para él, probablemente por ello era que le costaba más recuperarse de ella que de otras formas de dolor o incomodidad. La sensación de debilidad y agotamiento que seguía a un buen llanto lo dejaba sintiéndose vulnerable y desgastado, como si una parte de su fuerza vital se hubiera drenado junto con las lágrimas. Era una sensación desconcertante y desconocida para él, una vulnerabilidad emocional que lo dejaba desequilibrado y fuera de su zona de confort.

Quizás por eso, esa mañana le costó más de lo habitual salir de la habitación. La experiencia de haberse sumergido en un torrente de emociones lo dejó sintiéndose frágil y desorientado, luchando por recuperar su habitual compostura y fortaleza interior.

El mero concepto de tener una familia lo dejaba sintiéndose como un extranjero en su propia piel. Nunca se había detenido a considerar si tenía una familia o no; para él, lo más cercano a esa noción era Yue Qingyuan. Sin embargo, incluso ese vínculo se había desvanecido en el tiempo, dejándolo solo con la sombra de la culpa por su traición.

Mientras observaba a Shen Yuan juguetear entre los bambúes del jardín desde la comodidad de su asiento, Shen Qingqiu no podía evitar sentirse extraño. Había compartido el desayuno con los señores Shen hace tan solo unos instantes. Aunque no habían hablado mucho, la atmósfera era significativamente más tranquila que el caótico desastre de emociones del día anterior, así que estaba bien. Fue... agradable. El señor Shen tenía un gusto peculiar por la poesía, y habían compartido una charla al respecto.

El suave murmullo de la conversación, entre sorbos de té y fragmentos de poesía, había sido como una pausa en la tormenta de pensamientos de Shen Qingqiu. Durante ese breve momento, pudo apartar de su mente las preocupaciones y las dudas que lo acosaban, sumergiéndose en la belleza de las palabras y la compañía tranquilizadora de los señores Shen. Era evidente que también ellos estaban aprovechando el respiro, descansando del caos emocional del día anterior y disfrutando de la serenidad que ofrecía el jardín en la mañana.

🎋💚🎋Trabajando por el cuchillo/Working for the knife🎋💚🎋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora