Capítulo 1

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Luna Lewis está trabajando en su oficina de Lewis Coorp cuando oye que alguien toca a la puerta. Levanta la vista de su ordenador un momento antes de contestar.

-¿Quién es?

Nadie contesta, pero la puerta se abre lentamente revelando la figura de una chica joven que no sobrepasa los 20 años.

-Estoy ocupada ahora mismo. Si quieres hablar conmigo, deberás decírselo a mi secretaria.

Luna vuelve a fijar su vista en el ordenador. Poco después Luna vuelve a mirarla dándose cuenta de quien és en realidad. Se levanta de su escritorio y se dirige a ella.

-¿Kira? ¿Eres tú de verdad?

-Lo soy, mamá. Me alegro de volverte a ver.

Luna reconoce a su hija y le da un abrazo. No se cree que ella esté viva después de tantos años desaparecida.

-Han pasado tantos años...

-15, para ser exactos.

Kira había desaparecido a los 3 años en el bosque. Kira y Luna se habían ido de excursión con un grupo extenso. En un momento, Luna se despistó y Kira desapareció de su vista. Armaron un grupo de búsqueda, pero nunca la encontraron.

-¿Dónde has estado todos estos años?

-Cuando me perdí en el bosque, caminé durante horas hasta encontrar una cabaña.

-¿Una cabaña? ¿Vivía alguien ahí?

-Era de un grupo de hombres que trabajan en el bosque. Me acogieron y me criaron durante años. Hasta ahora.

Luna se queda de piedra al escuchar la explicación de su hija. No sabía como responder a eso. Era extraño lo que había sucedido.

-¿Y por qué has vuelto ahora, después de tantos años?

-Es complicado de explicar.

-Inténtalo al menos.

Luna se sienta en el sofá que hay en la oficina y Kira le sigue sentándose a su lado.

-Esos hombres me encontraron en su puerta. Se ve que llegué allí de casualidad. Ellos cuidaron de mi todos estos años hasta ahora. No volví hasta ahora por varias razones.

-¿Y cuáles son esas razones, si puedo saber?

-Una de ellas es el anonimato. No sabían que tú eras mi madre, por eso no me devolvieron. Otra de las razones es que no sabía conducir ningún vehículo de montaña. Aprendí hace muy poco.

-Tiene mucho sentido, sí. Eso lo explica todo.

Kira sonríe al ver que su madre entiende la situación. No pasa mucho tiempo hasta que se hace de noche.

-Me gustaría pedirte un favor, a poder ser.

-¿Cuál es ese favor, mamá?

-Quiero conocer a esos hombres que te han cuidado tan bien durante estos años. Quiero darles las gracias personalmente.

Kira se sorprende ante la petición de su madre. No tarda mucho en contestar.

-Mañana mismo te llevaré a la cabaña.

Luna sonríe ante la afirmación y se levanta del sofá y mira la hora de su reloj.

-Es tarde, cariño. Creo que deberíamos ir a casa a descansar para mañana.

Kira asiente levantándose también del sofá y dirigiéndose a la salida. Las dos mujeres bajan en el ascensor hasta un garaje lleno de coches. Luna llega hasta un coche bastante lujoso y le indica a Kira que suba. Kira sigue las órdenes de su madre y se sube al coche. Luna conduce a casa. Al llegar, Kira se sorprende de lo grande y lujosa que es.

-¿Esta es nuestra casa?

-Claro que lo es. ¿Te gusta?

-Es grande, pero muy bonita.

-Me alegra oír eso.

Las dos entran en la casa.

-Hay una habitación vacía en el fondo del pasillo. Puedes quedarte ahí.

Luna señala las escaleras.

-Gracias. Iré a dejar mis cosas.

Kira sigue las indicaciones de su madre y sube a la habitación. Al entrar en ella, Kira ve lo grande que es. Ella acomoda todas sus cosas, guardando la ropa en el armario y los objetos en diferentes cajones. Después de esto, se pone cómoda y se acuesta a dormir.
Luna tampoco tarda mucho en irse a dormir, sintiéndose agotada después de un día tan largo.

Una vida (casi) perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora