Capítulo 2

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Capítulo 2 | El escondite de Olivia. 

Jackson Ward.

En una sala oscura con pantallas repletas de datos, el ambiente se mantenía en silencio. Las luces parpadeaban en una fría tonalidad azul, reflejándose en mi rostro concentrado. A mis 30 años, era conocido por mi tenacidad y un sentido del deber inquebrantable. Pocos agentes llegaban tan lejos a mi edad, pero había demostrado ser diferente. Esta misión era la más importante de mi carrera hasta ahora: derribar el imperio criminal de Mason Foster.

Frente a mi, en una pantalla gigante, los archivos de Mason aparecían en detalle. Fotografías, informes de operaciones encubiertas, transacciones sospechosas, pero nada suficientemente sólido como para incriminarlo públicamente. Mason era intocable, con conexiones políticas y financieras que lo protegían de cualquier intento de arresto. Cada paso que la CIA daba, Mason siempre parecía estar un paso adelante.

Pero ahora teníamos una ventaja. Olivia White.

Moví mi silla hacia la mesa de operaciones, donde un informe confidencial reposaba. Hasta hace poco, Olivia era solo un nombre, alguien más en la vida de Mason. Sin embargo, las investigaciones recientes revelaban que ella había estado más cerca de Mason de lo que nadie imaginaba. No solo era su pareja sentimental, sino que sin saberlo, estaba conectada con varios de los movimientos ilegales del líder mafioso. Había sido una pieza ignorada, una que podría ser la clave para finalmente derribar el imperio.

Sabía lo que tenía que hacer. Respire hondo y me apoyé en la mesa, analizando los próximos pasos. Acercarme a Olivia no sería fácil. Según los últimos informes, parecía que ella había huido. Sabía que había descubierto algo, aunque los detalles aún eran vagos. El equipo de vigilancia había perdido su rastro después de que salió de su apartamento la noche anterior, lo que significaba que estaba siendo cuidadosa. Tal vez incluso estaba asustada, y eso jugaba a nuestro favor.

Tenía que acercarme a ella, ganarme su confianza, pero sabía que no sería sencillo. Olivia no era una mujer fácil de manipular, y había demasiado en juego. Sin embargo, ya había planeado su siguiente movimiento. Con meses de investigación y vigilancia, había descubierto que Olivia, en su desesperación por huir, probablemente se dirigiera a un lugar importante para ella: la antigua casa de los abuelos de su fallecida madre en Kansas.

"La encontraremos", murmure Jackson mientras repasaba el informe.

De repente, mi teléfono vibró.

Era una llamada del director de la operación, un hombre severo llamado Donovan, levanté el teléfono y, tras un breve saludo, escuché con atención.

"Hemos identificado su paradero. Olivia White fue vista tomando un taxi en dirección a un hotel cerca de las afueras de la ciudad. Todavía como sabemos, ese no es su destino final, pero está claro que está huyendo. Quiero que te acerques a ella con cautela. No podemos permitirnos perderla. Sin Olivia, no tenemos nada contra Foster", dijo Donovan con tono grave.

Asentí con la cabeza aunque Donovan no lo viera. Sabía que tenía que moverme rápido, pero de manera inteligente. Olivia estaba asustada y podría volverse impredecible si notaba que alguien la seguía.

"Voy en camino. Mantengan la vigilancia y no la asusten. Yo me encargaré de ella", respondí con seguridad antes de colgar.

Me levanté de la silla, con mi mente ya trabajando a toda máquina. Si algo había aprendido en mis años como agente era que las personas, cuando estaban acorraladas, podían ser más peligrosas que cualquier criminal. Olivia no era una excepción. Aunque no tenía un historial delictivo, era alguien que se había vinculado con uno de los hombres más peligrosos del país. Y si sospechaba que la estaban utilizando, todo podía venirse abajo.

Me dirigí a mi casillero personal, donde tenía un conjunto de ropa informal que usaba para misiones de infiltración. Sabía que para acercarme a Olivia debía de ser muy sutil. No podía presentarme como un agente, al menos no todavía. Necesitaba ganarme su confianza, hacerla creer que estaba allí para ayudarla, no para usarla. Eso significaba que cada movimiento debía ser calculado.

Me cambié rápidamente y tomé mi equipo básico. Al salir del edificio de la CIA, mis pensamientos solo giraban en torno a la estrategia. "No será sencillo, pero lo haré", pensé mientras me subía a su coche y encendía el motor, de nuevo rumbo a Kansas.


Olivia White.

Me encontraba en una habitación modesta, sentada al borde de la cama, con la mirada perdida en el vacío. La maleta estaba abierta a mi lado, pero apenas había sacado lo esencial. El miedo y la incertidumbre me sobrepasaban. Sabía que no podía quedarme aquí por mucho tiempo. Mason podría estar ya buscándome, y si me encontraba... no quería ni pensar en lo que sería capaz de hacer, ya no lo conozco.

Recordé las palabras de Mason antes de que saliera de mi departamento esa noche. "Sabes que te amo y que jamás haría algo para lastimarte, ¿verdad?". Un escalofrío recorrió mi espalda. Sabía que Mason era peligroso, que no se detendría ante nada para conseguir lo que quería, y en este momento, lo que quería era a mi. Pero algo había cambiado en él esa última vez que lo vi. Algo en sus ojos me dijo que ya no confiaba en mi.

Tomé mis cosas y me subí a un camión rumbo a Kansas City. Jamás le mencioné a Mason sobre la casa de mis abuelos y mucho menos algo sobre Kansas, gracias a Dios que no abrí mi boca sobre eso y ahora tengo un lugar donde planear mis siguientes pasos. 


Jackson Ward.

Me había instalado un mes antes en la casa vecina. Había creado una coartada impecable con la ayuda de la agencia: era un joven escritor en busca de paz y aislamiento, trabajando en su próxima novela. La pequeña comunidad rural me había recibido con la típica cordialidad, y nadie sospechaba que en realidad era un agente encubierto. Mi misión era clara: acercarme a Olivia sin que ella sospechara que sabía más de lo que aparentaba.

Desde la ventana de la casa alquilada, observaba la carretera polvorienta mientras una nube de polvo se levantaba a lo lejos. El taxi que transportaba a Olivia estaba por llegar.

—Es hora de poner el plan en marcha —murmure, mientras repasaba en mi mente los próximos pasos.

Entre un mar de engañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora