Capítulo 6

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Capítulo 6| Aquella noche.

Olivia White (Ava Walker).

El sol comenzaba a descender en el horizonte cuando decidí que era suficiente por el día. La charla con John había sido extrañamente agradable, pero también sabía que no podía bajar completamente la guardia. No importaba lo amable que fuera, no podía confiar en nadie tan rápido.

—Bueno, debería volver a la casa de mis abuelos —dije, levantándome de la mesa y recogiendo mis cosas.

John asintió, también poniéndose de pie.

—¿Te acompaño? —ofreció, con esa sonrisa tranquila que parecía tan inocente.

Lo pensé por un momento. Parte de mí quería rechazar su oferta, seguir manteniendo una distancia prudente. Pero por otro lado, vivíamos uno al lado del otro igual iría junto a mi.

—Está bien —respondí finalmente.

Caminamos en silencio hacia la casa, y mientras lo hacíamos, me di cuenta de que, aunque no había resuelto del todo mis dudas sobre John, me sentía un poco más en control de la situación. Tal vez, solo tal vez, estaba empezando a adaptarme a esta nueva vida como Ava Walker.


Mason Foster

El eco de la llamada aún resonaba en mi mente mientras me apresuraba a salir del edificio. La voz en el otro extremo del teléfono había sido clara: la CIA estaba tras de mi y, lo que era aún peor, estaban buscando a Olivia. Era algo que sabía que llegaría eventualmente, pero no con esta velocidad. Había construido mi imperio con astucia, jugando entre las sombras y controlando cada paso de mis operaciones. Pero ahora, ese control parecía desvanecerse.

Mientras caminaba hacia mi auto, encendí un cigarrillo, el único hábito nervioso que me permitía tener. Encendí el motor y me perdí en el tráfico de la ciudad, procesando lo que acababa de escuchar. Olivia... No podía encontrarla. No había atendido mis llamadas desde que salí de su casa aquella noche, y ya no se trataba solo de un asunto personal; era mucho más que eso. Había estado seguro de que algo no estaba bien cuando la dejé sola en su casa, su nerviosismo era palpable, pero aún mantenía la esperanza de que todo fuera paranoia.

Cuando recordé aquella última conversación, una ligera molestia me recorrió la piel. Había sido el típico juego de mentiras con Olivia, lo había sentido en su voz, en la forma en que evitaba mi mirada. Yo había jugado ese juego mil veces antes. Sabía que ella no era completamente sincera. No me había pasado desapercibido el temblor en su voz cuando le hablé de su teléfono, ni cómo esquivó mis besos con una excusa apresurada. "¿De verdad cree que no me di cuenta?", pensé con frustración mientras encendía otro cigarrillo.

Sabía que Olivia era inteligente. Sabía que, tarde o temprano, descubriría quién era realmente. ¿Pero qué tan pronto? ¿Qué tanto sabía ahora? Esa pregunta martillaba en mi cabeza sin pausa. Todo el imperio que había construido dependía de que ella permaneciera al margen, en la oscuridad, lejos de la verdad. Nunca había querido involucrarla en los aspectos más oscuros de mi vida, pero ahora que la CIA estaba tras ella, la situación había cambiado radicalmente.

Flashback de la última conversación:

—¿Todo bien, Olivia? —recordaba haberle dicho, intentando que sonara casual.

Ella se había mostrado evasiva, tratando de ocultar el pánico en su voz. Y cuando la besé, lo supe. Había algo profundamente roto entre ambos, algo que no se podía ignorar. Aquella noche, mientras salía de la casa, mi teléfono sonó, y la llamada lo cambió todo.

—Te están buscando, Mason —le dijo su contacto en la CIA.

Mason se detuvo en seco.

—¿Quiénes?

—La CIA. Y no solo eso, están buscando a Olivia también. Están rastreando todos los movimientos que ha hecho.

Fue en ese momento cuando supe que Olivia lo había descubierto. Ella ya sabía casi todo, o al menos lo suficiente para haber desaparecido.

De vuelta al presente, conducía hacia mi oficina en uno de los edificios más discretos de la ciudad, un lugar que pocos conocían y donde solía reunirme con mis socios más cercanos. El viento golpeaba la ventana del coche, pero no podía ahogar el temor que me carcomía por dentro. Olivia lo sabía... lo que significaba que mi relación era ahora una bomba de tiempo. No podía permitir que la información llegara a la CIA, porque si eso ocurría, todo lo que había construido se derrumbaría en un abrir y cerrar de ojos.

"Ella es la clave", pensaba, intentando trazar un plan mientras golpeaba el volante con frustración. Sabía que Olivia no era completamente inocente en todo esto. A pesar de que había mantenido ciertas cosas fuera de su vista, las conexiones familiares de Olivia, las personas con las que se había relacionado indirectamente por su pasado, la convertían en un vínculo peligroso. Lo que comenzó como una simple relación sentimental se había transformado en una situación peligrosa donde Olivia, sin saberlo del todo, tenía un papel crucial en el mundo del crimen. No podía permitir que ella lo arruinara todo, pero tampoco podía permitir que la CIA la encontrara primero. Necesitaba localizarla antes que ellos.

Aparqué frente al edificio y subí al ático donde me esperaban mis hombres más cercanos. Los saludé con un movimiento de cabeza y fui directo al grano.

—¿Alguna novedad sobre Olivia? —pregunté, con mi típico tono frío y controlado de voz.

—Nada concreto aún —respondió uno de mis subordinados—. Ha desaparecido desde hace días. Hemos revisado cámaras y rastros digitales, pero parece que lo está haciendo bien. No deja huella.

Maldije entre dientes. Había subestimado a Olivia. La había criado en una jaula de oro, siempre protegiéndola del caos en el que estaba inmerso, pero nunca creí que ella podría ocultarse tan bien si llegaba el momento.

—Si la CIA la encuentra antes que nosotros, se acabó —dijo otro de mis hombres, como si necesitara recordármelo.

No respondí de inmediato. Me limité a encender otro cigarrillo y exhalar lentamente, como si con el humo pudiera disipar la tensión en el ambiente.

—No la encontrarán antes que nosotros —repliqué al fin, con tono gélido—. Ella no va a traicionarme, no si la encontramos primero.

La llamada que recibí aquella noche cambió algo fundamental en mi mente. Sabía que las cosas no podían seguir como estaban. Olivia ya no era solo mi pareja; ahora era una pieza clave en una batalla entre la ley y el caos que yo controlaba. Si ella hablaba, si confesaba lo que sabía, o peor aún, si la CIA conseguía atraparla, él estaría acabado.

Sabía que había hombres en mi organización que comenzaban a dudar de mi liderazgo. Ya había escuchado rumores de que algunos consideraban que mi relación con Olivia era una debilidad, un riesgo innecesario. Y ahora, esos mismos hombres podían ver en esta situación una oportunidad para tomar el control, para eliminarme del juego.

Me levanté de la silla y caminé hacia la ventana de mi oficina, observando el horizonte de la ciudad. Era la calma antes de la tormenta, y yo lo sabía. Las preguntas giraban en mi mente: "¿Dónde estás, Olivia? ¿Qué tanto sabes? ¿Qué piensas hacer ahora?"

Pero había una cosa clara: no iba a permitir que la CIA destruyera lo que había construido. Olivia tenía un destino, y ahora tenía que decidir cuál sería.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2024 ⏰

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