Luces, cámara, Mikey | Maitake/Takemai

Capítulo 8: Nervios

San Valentín hace diez años

—¡Ven, Takemichi! —su mejor amigo de preparatoria lo halo del uniforme—Afuera están vendiendo flores, debes comprar unas para lo de hoy.

—¡Akkun! —cubrió su boca mientras se sonrojaba—Cállate, no quiero que se den cuenta, sigue siendo vergonzoso.

Le dio una risa sonora mientras pasaba su brazo alrededor de sus hombros. Nunca le había interesado demasiado esa fecha, realmente le daba igual. Nunca quiso volver a involucrarse en temas amorosos, precisamente con Hina. Aceptó ser su amigo e incluso intentó ayudar a Kisaki para que hablara con ella.

—No lo es, al contrario—llegaron a la salida—. Cómprale girasoles, probablemente sean sus favoritos.

Asintió yendo a la venta ambulante. Apenas pudo comprar uno y regresar con la mirada en el suelo. Se sentía mal por todas las cosas acumuladas. Se sentó en la acera mientras de su mochila sacaba un sobre, blanco y sellado.

—Oye...—sintió una mano en su hombro—¿Qué pasa?

—¿Has pensando que podría rechazarme?

—Ni de broma—se sentó a su lado—. Los he visto juntos, desde que la Toman se disolvió ustedes han permanecido unidos.

—Sí, pero—dejo el girasol y la carta a un lado—. Yo no soy alguien tan genial para estar con él.

Él. Solo decirlo lo aterraba, tal vez se había equivocado o tal vez estaba en lo correcto y el amor que le tenia era lo más real en esos años. Lo imaginaba a su lado y se sentía débil, algo temeroso, pero sobre todo con esperanza.

—Eres genial, alguien tan genial para estar con Mikey.

Akkun sabía animarlo la mayoría de veces. Lo miro con unas lágrimas asomándose por sus ojos. Ahora estaba convencido, si salía mal al menos lo intentó, pero juraba que todo estaría bien.

—Entonces... ¿le digo la verdad?

—¡Sí! Hoy mismo por la tarde. No te preocupes, me quedare cerca para celebrar.

Le agradaba que fuera secreto por ahora. Algo simple y a la vez profundo, luego lo gritaría al mundo. Cuando estuvieran juntos.

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—¡Mikey está enamorado! —el sobre le fue arrebatado de las manos—¡Enamorado!

—¡Cállate! —se lanzó a este casi cayendo por las escaleras—¡Dame eso!

—¿Quién es? —recibió una patada limpia en su estómago.

Kazutora cayo de rodillas al suelo soltando la carta de su mano. Mikey la recogió intentando ocultar su cara sonrojada.

—No lo sabrás—camino intentando volver a su habitación.

—Tampoco es que sea difícil adivinar—soltó una risa tirándose al suelo por completo—¿Empieza con T y termina con akemichi?

Mikey lo miro con algo de miedo. No estaba del todo listo para decir sus sentimientos, pero ya no podía retenerlos un día más. Odiaba San Valentín, la cursilería le parecía estúpida y la simple palabra "amor" le nublaba los sentidos.

—Ya vete, viniste por tus cosas del otro día, las tienes así que lárgate.

—Alguien no esta de humor—se puso de pie yendo a su lado. Puso una mano en su hombro dando un suspiro—. Hazlo, Mikey. Seguramente saldrá bien.

Quería quejarse. Lo había meditado por meses y esa fecha era la indicada. No iba a retroceder. Apretó el papel en su mano para asentir lentamente. Tal vez debía tener esperanza y solo atreverse.