𝐂𝐀𝐋𝐋 𝐎𝐅 𝐃𝐔𝐓𝐘 || 𝐎𝐍𝐄𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 • [𝙁𝙚𝙢 𝙍𝙚𝙖𝙙𝙚𝙧]

¡𝘊𝘰𝘳𝘰𝘯𝘦𝘭 𝘬ö𝘯𝘪𝘨!⋆𐙚₊˚⊹♡

Advertencias: No lo sé.
Tipo; corto, 1/2, divertido y coqueteo indirecto.

Plus; palabras en linea significarán que están hablando en español.
Esta es la primera parte, habrán dos.

"¿Qué sucede cuando un militar de las fuerzas especiales se enamora a primera vista de un rehén en captura?"

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—¡Suéltenme, me lastiman!— jadeas por el dolor que te provocan las esposas en tus muñecas. Dos hombres tienen cada mano en tus dos hombros mientras te dirigen a la sala de preguntas.

—Haz silencio, mujer.— habla uno de los hombres frente a tí, mientras te sientan a la fuerza, lo que provoca que el sonido del choque de la silla retumbe por toda la habitación, causando un eco vergonzoso.

No haces más que mirarlos con odio mientras los maldices por dentro, estás jodida y sabes perfectamente el porqué estás aquí. Le sacas la lengua a uno de los hombres, específicamente al que te mando a callar, y este solo gruñe, no todos los días se tiene que tolerar a mujeres tan desvergonzadas de si mismas.

—Pinche pendejo.— susurras ya atada a la silla, entonces, entran a la sala otros dos hombres, y lamentablemente ambos tienen las caras cubiertas.

Uno de los hombres parece tener unos documentos en mano, y otro una bolsa con armas y lo que supone...evidencia. El más grande de ambos se sienta frente a tí mientras el militar con máscara se apoya en la pared.

El hombre frente a tí tira los documentos de antes con tal fuerza que parece que quiere romperlos, pero, solo es su fuerza.

—Shantal Gómez.— tu nombre sale de la boca de aquel hombre.—Acusada de lo que parece...la muerte de tu ex-cuñado, quién junto a tu ex-marido, lideran un cartel en México.

—Quiero un abog- tu oración es interrumpida.

—¿Un abogado? Aquí, esos no funcionan. Ahora solo responde con la verdad o tendremos que tomar medidas extremas.— dice mientras pasa las paginas de tu expediente.

Oh, mierda.

—28 años, con una vida de lujos y ya divorciada con el líder de un cartel. ¿Como si quiera saliste con vida de allí?— dice el hombre apoyado en la pared.

—¿Por qué mejor no nos cuentas lo más importante?— el gran hombre con un tono de voz algo agudo te mira. Sus ojos son...claramente azules, y son hipnotizantes.—Presta atención y responde, esto no es la primaria.— dice con un tono de dominancia.

En parte estás confundida. Pero solo sabes que no dirás mentira, probablemente estos hombres ya lo sepan todo, pero la historia cambia cuando la verdad sale de la boca del culpable.

—Tu ex-marido, Hernán Gómez, está llevando armas y sustancias ilegales a otros países de Latinoamérica. ¿A cuáles, exactamente?— preguntó mientras se ponía cómodo.— Será mejor que cooperes y hables.

—Ehm. Bueno.— una lágrima de sudor bajó por tu frente.—¿Por qué lo sabría yo? Soy su ex mujer, no su compañera de trabajo.— respondes a la defensiva.

—Sabemos perfectamente que participaste en una guerrilla al lado de Hernán en Colombia hace un año. Estabas en la misma camioneta blindada en la que estaba el y las sustancias. Entonces, ¿No lo sabías?— el tono del hombre es mas juguetón.

König vacila durante unos segundos, pero tiene que tomarse el cuestionario en serio. Al menos eso intenta. Tú belleza lo tiene cautivado por más que intenté evitarlo, y no solo a el.

—Pues hagamos algo... ¿Un trato?— preguntas.

—König, hemos dado en el blanco.— Nikto le susurra, acercándose a el.

—Mmhn.— König voltea y le asiente.—¿De que trato hablas? Nosotros no hacemos tratos con delincuentes, mucho menos con mujeres como tú.

Ofendida e indignada por el insulto, le regalas una mirada que insulta.

—Quiero inmunidad. Quiero estar protegida de esos idiotas. Les diré todo lo que se a cambio de que me protejan. Si lo que quieren es dinero, estoy podrida en el desde que me divorcié, la mitad de la fortuna de mi ex-marido recayó sobre mi. Solo quiero protección. Se demasiadas cosas, no solo el destino del transporte que lleva la mercancía.

Todos los personajes en la sala se miraron unos y dos veces. La verdad, parecía un trato justo.
El coronel y su...¿Acompañado? Te miraron para luego volver a hablar.

—Bien. Es un buen trato, Shantal. Pero si mientes, te mato.

—Si, si, entiendo.— dices nerviosa, mirando a otra parte, intentando evadir la mirada del hombre.

—Entonces responde la primera pregunta. A donde se dirige toda esa armería y sustancia?

—Gran parte de Colombia, y también en Venezuela y Ecuador. Está llevando demasiada y la está distribuyendo en todos esos países, pero al final todas se dirigen a Colombia.

—¿Qué hay en Colombia como para llevar toda esa mercancía allí?

—Ehm, pues la familia de Hernán está allí, ellos también están en el negocio y ayudan a distribuír todo lo que piensan traer a los otros carteles a cambio de dinero.

—Por cual razón asesinaste a tu ex cuñado.

Estabas a punto de responder. A punto. Sin embargo, guardaste el silencio unos segundos.

—Cabrón.— suspiraste. Agitada por el estrés.— Desde hace unos meses, antes de matar a Óscar, quise escaparme ya que Hernán me maltrataba, y en uno de esos intentos Óscar me observo y me amenazó con decirle a Hernán, sin embargo no le diría si me acostaba con el, y fingí que acepte, hasta que llegamos a la cocina que seguía el mismo pasillo del cuarto, saqué un cuchillo de los cajones y le apuñalé en el cuello, y luego lo razgué. Mientras se desangraba me escape, y que maldita coincidencia que unos militares patruyaban mi puta casa. Hijos de puta.

—Una mujer dura, eh.— Nikto suelta una risilla.

—Ya lo veo. Actitud dificil de roer.— respondió su camarada.

—¿Entonces me protegerán?— el silencio inundó la habitación luego de tu pregunta. Ambos militares se miraron por segunda vez.—Hérnan me tiene localizada y no sé cómo. Le tiene miedo a los militares ese maldito cabron.

König se levantó de la silla, tomando todos los documentos, mientras los apoyaba en su fuerte torzo, cubierto lamentablemente por tantas capas de armadura.

—Te protegeremos, Shantal Gómez.— respondió el grande.

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