Harmony of Eight, bts

ii. decidido

Seis meses juntos, y ese dormitorio ya era todo un caos.

Todos ya tenían confianza en el otro, así que el hecho de que Haydee podía encontrar en cualquier momento un calzoncillo tirado en la habitación no iba a ser del todo una sorpresa, aunque los chicos seguían dandole tratos "especiales", por así decirlo. Como el hecho de no molestarla cuando tardaba una hora entera en el baño.

Al principio, JungKook (una vez que ya no la miraba como si fuera su madre lista para regañarlo) golpeaba la puerta repetidas veces y se quejaba diciendo que se iba a orinar encima si Haydee seguía encerrada haciendo quién sabe qué. Hasta que todos aprendieron a ir al baño a hacer sus necesidades antes de que Haydee se adueñara de él, incluso si tenían que levantarse mucho más temprano de lo común.

Era una suerte para ellos que solo hubiera una chica y no dos o más.

Luego, la cocina y el comedor terminó llenandose de paquetes y palillos ya usados. Haydee cada tanto, cuando no le agarraba la pereza y ya le molestaba el desorden, se ponía a juntar todo, luego les pedía a los chicos que hicieran lo mismo, hasta que empezaron a turnarse. Eran seis, así que cada uno tenía su día, el domingo quedaba como un "feriado". Ese día le tocaba a JungKook, por lo que Haydee decidió ir al estudio de grabación donde YoonGi ya estaba ahí escribiendo algo en un cuaderno.

A Haydee le gustaba molestar... Bueno, Haydee no decía que le gustaba molestar precisamente, pero YoonGi se burló de eso y terminaron diciendo que sí.

─¿Qué escribes? ─le preguntó, inclinandose encima de su hombro como si fuera un molesto mosquito. YoonGi giró la cabeza y la alzó para poder mirarla con esa cara de "ya vienes a molestar de nuevo".

No era ofensivo ni mucho menos lo hacían para hacerla sentir mal, Haydee se la pasaba riendo cada vez que veía esa expresión o decían algo al respecto. Le divertía el hecho de que ya tuvieran la confianza de reírse entre ellos. Además, siendo la única chica y no tener a otra para hablar cosas de chicas y hacer cosas de chicas, pues tenía que encontrar otra forma de divertirse, ¿y qué mejor que ir con el más tranquilo de los seis?

─Una canción ─respondió haciendo que Haydee rodara los ojos, sus comisuras tironeando en una sonrisa.

─Sí, ya lo sé, genio. ¿Pero de qué?

─De una chica que no me deja escribir en paz ─Haydee hizo un puchero fingiendo estar triste y atrajo una silla para sentarse a su lado, volviendo a inclinarse sobre él para poder leer ya que no le iba a decir nada.

Haydee tarareó luego de un rato─. Me gusta, y no es de ninguna chica que no te deja en paz ─se burló. Los labios de YoonGi temblaron y Haydee dio una sonrisa pícara al notarlo─. Aunque de seguro ya estés haciendo una a mis espaldas, ¿no es así? No me sorprendería que lo hicieras, te la pasas poniendome esa cara de cansancio ─acercó su dedo índice empezando a hacerle cosquillas en la mandíbula, hasta que YoonGi no pudo soportarlo más y terminó sonriendo. Haydee dio un salto de victoria─. ¡Eso es! ─alzó los brazos al techo─. Cada día me estoy acercando más a sacarte sonrisas y no muecas.

─Hiciste trampa ─dijo YoonGi, rápidamente volviendo a su expresión seria.

─Na, na, na ─negó con su dedo, colocando la mano libre en la cadera─. Nada de mentiras, he ganado limpiamente. En fin ─volvió a la silla─, ¿te puedo ayudar en algo?

YoonGi negó con la cabeza, dejando el cuaderno de lado para girar la silla hacía ella.

─¿Y la canción que dijiste que estabas escribiendo?

─Oh ─exclamó Haydee, levantandose de la silla con otro salto─. ¡Esperame! ─YoonGi la miró irse, y cuando Haydee volvió corriendo se doo cuenta de que él se había quedado todo el rato quieto con la mirada fija en la puerta, como si la esperara. Aunque tampoco podía irse muy lejos, Haydee tenía ese don raro de encontrar a cualquiera de los chicos en cuestión de segundos─. ¡Ya la terminé! ─le extendió las tres hojas, tirandose a la silla─. Quería mostrarselos cuando estuvieran todos aquí, pero ya que estamos pues quiero que me digas tu opinión.