6: Amantes Cobardes

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Kya despertó antes de que los primeros rayos del sol empezaran a asomar por el horizonte. Sus ojos, aún pesados por el cansancio, tardaron unos segundos en reconocer el espacio en el que se encontraba. El aroma familiar a tierra y metal, tan propio de Lin, impregnaba el aire. El recuerdo de la noche anterior apareció de golpe en su mente, haciéndola estremecerse. Sin embargo, el calor del momento no le permitió detenerse a reflexionar. No había tiempo para quedarse, no había espacio para las dudas.

Con movimientos rápidos y precisos, se deslizó fuera de la cama, intentando no hacer ruido, evitando a toda costa despertar a Lin. La alfa dormía profundamente a su lado, su rostro relajado, en paz. Kya no pudo evitar una sonrisa mientras la observaba. Pero esa sonrisa pronto se desvaneció, sustituida por una sensación de urgencia. Tenía que irse antes de que alguien la viera allí, antes de que el sol la delatara.

Se movió por la habitación como una sombra, su cuerpo respondiendo con la misma agilidad de cuando era más joven, cuando desafiaba las normas de la sociedad con una confianza casi desafiante. Kya nunca había sido alguien que se atara a las expectativas de los demás, nunca encajó en los moldes que otros intentaban imponerle. Se consideraba libre, alguien que iba contra la corriente. Sin embargo, esa misma libertad la hacía ahora sentir que no estaba preparada para enfrentar lo que había sucedido entre ella y Lin.

No podía lidiar con eso ahora. No sabía cómo. Huía, tal como había hecho antes en otras situaciones difíciles, dejando todo atrás en busca de su espacio, su refugio. Sabía que era la mejor opción para ambas. Para Lin, y para ella misma.

Con esa determinación en mente, Kya empezó a vestirse. Cada prenda que se colocaba la alejaba un poco más de la intimidad compartida con la jefa de policía, pero también hacía más evidente lo que había sucedido. Antes de salir, se detuvo frente al espejo que había en la sala. Su mirada se clavó en la marca en su hombro, la marca que Lin había dejado. Su corazón dio un vuelco. No era solo una señal física, era un símbolo de lo que habían compartido. Un calor reconfortante recorrió su cuerpo al recordarlo, una mezcla de orgullo y deseo satisfecho.

Sonrió para sí misma, recordando cada momento, cada caricia y cada susurro que compartieron. Sin embargo, junto a esa alegría, vino una ola de preocupación. ¿Qué significaba eso para Lin? ¿Cómo lo vería la alfa? Kya no quería complicarle la vida. Sabía lo importante que era la reputación y la posición de Lin, cómo trabajaba día a día bajo la sombra de su madre, Toph Beifong, quien no dejaba de exigirle perfección. Si alguien descubría lo que había pasado entre ellas, podría ser devastador para la carrera de Lin.

Suspiró, y por un segundo consideró dejar una nota. Algo que explicara sus motivos, que le dijera a Lin que no se marchaba por arrepentimiento, sino para protegerla. Pero se sentía demasiado abrumada. Las palabras no llegaban. Era mejor así, pensó. Mejor desaparecer antes de que alguien las viera juntas. Mejor seguir el camino que conocía: huir.

Con su mente en calma por un instante, Kya recogió sus cosas y, como un fantasma, se deslizó por la puerta sin dejar rastro. La ciudad aún dormía, y ella avanzaba entre las sombras, su figura casi imperceptible mientras recorría las calles que la llevarían al puerto. No quería que nadie la viera, mucho menos que alguien reconociera quién era. Ser la hija del Avatar significaba vivir bajo una constante vigilancia, y lo último que deseaba era despertar rumores o sospechas.

Cada paso que daba, la tensión en su pecho aumentaba. Su mente era un torbellino de pensamientos. Por un lado, estaba el éxtasis de la noche anterior, el vínculo profundo que había sentido con Lin. Pero por otro lado, el miedo a lo que podría suceder si alguien lo descubría, si Lin resultaba perjudicada por algo que, para Kya, había sido tan importante.

El puerto estaba más cerca, y con cada paso, los recuerdos de su juventud emergían con fuerza. Era casi cómico, como si de nuevo estuviera escapando de algo prohibido, como en sus días de adolescente rebelde. Deslizarse entre las sombras, evitar las miradas, era un juego que había perfeccionado, pero esta vez el peso de sus decisiones se sentía diferente. Ahora no era solo una aventura, era algo más profundo, más significativo. Sabía que había mucho en juego.

Al llegar al puerto, Kya subió al pequeño bote que la llevaría de regreso a la isla del templo aire. El agua estaba en calma, y el leve movimiento del bote ayudaba a calmar su mente. Mientras el sol comenzaba a asomar en el horizonte, iluminando el cielo con suaves tonos rosados y naranjas, Kya dejó que su mente se perdiera en los recuerdos de la noche anterior. Le gustó lo que había pasado, le había encantado. Pero no sabía qué hacer con eso.

Cuando el bote tocó la orilla de la isla, Kya respiró hondo. Sabía que Tenzin y sus padres aún estarían dormidos, pero eso no reducía la tensión que sentía en su pecho. Tenía que ser cuidadosa, tenía que ocultar la marca en su hombro y asegurarse de que nadie se diera cuenta de lo que había sucedido. No podía permitir que sus hermanos descubrieran nada.

Con movimientos precisos, se escabulló hacia su habitación, deslizándose entre los pasillos del templo como una sombra silenciosa. Una vez dentro, se detuvo frente al espejo y observó su reflejo. Su rostro lucía cansado, pero sus ojos aún brillaban con la intensidad de la noche pasada. No había arrepentimiento, pero sí una profunda incertidumbre.

"¿Qué has hecho, Kya?" se preguntó en voz baja, buscando respuestas en el espejo. Pero no había respuestas claras. Solo una mezcla de emociones que luchaban por salir a la superficie. Con un suspiro, se dejó caer en la cama, sintiendo el peso del día que apenas comenzaba. No estaba segura de lo que pasaría a continuación, ni de cómo se sentiría cuando volviera a ver a Lin.

Por ahora, necesitaba descansar. El día aún no comenzaba, pero ya sentía que había vivido una vida entera en esas pocas horas. Cerró los ojos, dejando que el cansancio la arrastrara hacia un sueño que, aunque breve, la alejaría de los pensamientos y las preocupaciones que llenaban su mente.

Pero aunque su cuerpo se relajaba, su mente seguía girando, una parte de ella no podía dejar de pensar en Lin, en lo que habían compartido y en lo que vendría después.

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Hola! Ahora si he vuelto, se vienen cositas muchachxs y más de uno se va a enojar pero esto es lo divertido del mundo del lector, uno no sabe con que atorrancia va salir el escritor jeje

Espero que les guste, no olviden apoyar y dejar sus comentarios, me encanta saber lo que piensan y ver si les emociona al igual que a mi las actualizaciones y el trayecto de esta hermosa historia :3

Besitos en ustedes saben donde ♡,

M.

Just One Night - Kyalin omegaverse (TLOK) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora