(VII) El corazón del bosque

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Yeonjun caminaba con miedo, sujetando fuertemente las correas de su mochila, respirando pesadamente y apretando la mano de su madre. 

― Tranquilo, este lugar te vio nacer, no te hará daño. 

Y nunca lo había hecho, ahí nació y vivió un año de su vida, lo ha visitado cada año y nunca le ha hecho daño, pero nunca dejó de temerle. 

Hace años, hace muchos años en el corazón del bosque maldito dio su primer respiro en el mundo, como producto de un crimen, un pecado, una ofensa contra las antiguas leyes de este cruel y aterrador lugar. 

― "Hermanas, necesito su ayuda." 

― Directo, como ella. 

― Debe ser algo terrible, ella jamás pide ayuda. 

― ¿Crees que se trate de esa aventura que tuvo? 

― No, un humano jamás sería capaz de lastimar a Jihyo, es demasiado fuerte. 

― ¿Y si vamos a verla? Eso nos daría más respuestas que esta lluvia de ideas. 

― Podría no estar en casa, siempre que intentamos contactarla no está, no la he visto en meses. 

― Deberíamos intentar, si nos pidió ayuda sin darnos otra dirección, debe estar en casa. 

― Seguramente. 

― Pero hay que tener cuidado, hoy es luna llena y los blancos hacen su ritual de purificación. 

Astars, llámalos por lo que son. 

― Como sea, no podemos interrumpir en eso, tenemos un acuerdo y las ancianas nos matarían si algo de su ritual sale mal. 

― Seremos cautelosas, es necesario ayudar a Jihyo, de verdad tiene que estar desesperada para pedirnos ayuda. 

― Eso es cierto, ella no pide ayuda. 

― Bien, tomen todos los equipos que puedan necesitar, sus armas y sus herramientas. 

Ocho jóvenes se introdujeron en la clara noche de luna llena, evitando los claros en los que astars desnudos hacían un ritual a la luz de la luna y a calor del fuego. 

― Jihyo, hermana, recibimos tu mensaje. 

― Está abierto, pasen ―la voz sonaba débil y temblorosa, como alguien que se encuentra en un dolor mortal. 

Las jóvenes pasaron y siguieron el sonido de la entrecortada respiración de su hermana hasta que la encontraron, recostada en el suelo de piedra, con velas encendidas entorno a ella y casi desnuda. 

― Hermana. 

En medio de la luna llena, una guardiana estaba dando a luz al hijo de un astar. 

― ¿Cómo sucedió esto? 

― Lo sabía, por eso nunca lo mostraste, tu aventura nunca fue con un humano, fue con un astar

― Las ancianas te matarán si se enteran. 

― Podría ser una niña. 

― Si es una niña, sería como nosotras. 

― Si es un niño, será un astar

― Creo que no es momento de discutir eso, hermanas, quiero que todas salgan de esta habitación y monten guardia en caso de que una guardiana sienta la energía de la criatura. 

― ¿Vas a ayudarla? 

― Claro que lo haré, es nuestra hermana. 

― Deberíamos matar al niño. 

Devil by the window | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora