(VI) Después de la Luna llena

8 2 0
                                    

Soobin despertó apoyando en la ventana, su cabeza descansaba sobre su brazo y su brazo sobre el marco de la ventana, sus ojos se sentían cansados, como si hubiera permanecido largo rato sin pestañear y sin recuerdo alguno de lo que había visto la noche anterior. 

― ¿Mamá? ―escuchó un ruido en el piso de abajo. 

― ¡Beomgyu! 

― ¿Por qué demonios estás en mi casa tan temprano. 

― Oh, porque tengo llaves. 

― Imbécil. 

― Ajá, como sea, Yeonjun dejó esto para ti, me comí uno, disculpa, es que tenía hambre y sabes que no sé cocinar. 

― ¿Qué hora es? 

― Son las siete. 

― ¿Y por qué demonios es niño se levantaría tan temprano en un sábado? 

― No lo sé, pero estaba vestido como para irse de viaje, dijo que era un asunto familiar y no pregunté más, no quise ser entrometido. 

― Mierda, quería hablar con él. 

― Seguro que sí llevó su celular a dondequiera que haya ido. 

― O sea, sí, pero tal vez no tenga tiempo. 

― Escríbele y dile si puedes llamarlo, si te dice que sí, lo llamas y si te dice que no, le envías un mensaje. 

― Uhm, tienes razón. 

― ¿Dormiste mal? 

― ¿Por qué lo dices? 

― Parece que hubieras dormido chueco, se nota que te duele la espalda y tu brazo está adormecido. 

― Que observador. 

― ¿Qué pasó? 

― Parece que ahora soy sonámbulo, desperté dormido junto a la ventana. 

― Ah, cierto, Yeonjun dijo que te vio asomarte a la ventana cuando despertó en la noche, lo había olvidado, es fácil perderse cuando habla, habla de muchas cosas a la vez. 

― No prestas la suficiente atención. 

― Tal vez, en fin, comeremos lo que dejó Yeonjun y después veremos. 

― ¿Por qué estás aquí? Quiero la verdad. 

― Me encontré con alguien de camino aquí, fue... ¿Cómo describirlo? 

― Deja de buscar palabras elegantes y solo dilo. 

― Mágico, fue mágico, como si hubiera encontrado el otro extremo del hilo rojo, entré en pánico. 

― ¿Por qué? 

― Sus ojos, es como si fuera a consumirte el alma con esos ojos, simplemente hablamos un poco y después se marchó, no sé si vuelva a verlo otra vez. 

― Si vive aquí es imposible que lo pierdas. 

Soobin quería decirle algo más, como que entendía la situación en la que estaba o darle ánimos, pero Beomgyu lo tomó de la nuca y lo besó. Beomgyu había sido su primer beso hace algunos años, había pasado algo entre ellos, pero todo quedó en una amistad, pero de todas formas y tal vez por fuerza de costumbre, reaccionó cuando sus labios se tocaron y profundizó el beso por unos segundos hasta que el menor lo cortó. 

― Nada. 

― Bien. 

― Creo que debería irme, tienes razón, si vive aquí es imposible perderlo, lo buscaré, nos vemos en la tarde. 

― Seguro. 

― Hasta luego. 

― Hasta luego, ve con cuidado. 

― Sí, seguro. 

Beomgyu salió corriendo, siendo la personificación de la euforia y Soobin sonrió con cariño. 

― ¿Y ahora qué se supone que haga yo?... Supongo que me aburriré hasta morir. 

Devil by the window | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora