Final

203 37 11
                                        


Adah.

San es perfecto, la manera en que me posee me ha enseñado lo que se debía sentir desde un principio, no necesito recordar nada de mi pasado cuando estoy con el, su aroma, su cuerpo su todo.

Deje de sentir de nuevo esa ansiedad, la necesidad de esconderme, me sentía mas tranquila, parecía que todo había quedado en una fea broma, incluso volví a trabajar como antes.

—Estamos en la oficina —sus labios recorrían mi cuello con lentitud —dijiste que subiríamos a fumar, si alguien pasa por aquí nos vera.

—Nadie sube, lo sabes, siempre estamos tu y yo solos —se movió dentro de mi sacando un gemido bajo —además yo no te obligue.

—Hacerme un oral es una invitación muy clara, princesa —gruño antes de morder mi oreja, me sostenia de la pared, pero mis piernas empezaban a fallar —que pronto vas a terminar, mi sucia y linda Adah.

Toda la caballerosidad de San se terminaba cuando teníamos sexo, es rudo en ocasiones, me habla sucio, me muerde, me toma como suya de manera salvaje. Pero al mismo tiempo me mima, me trata como lo mas preciado y es donde yo me derrito.

—San.

—Mas fuerte.

—¡SAN!

Me sostuvo durante nuestros orgasmos, no podía contener la sonrisa.

—Te amo —lo dije sin pensar, intente moverme, pero me aferro mas contra él.

—También te amo, no tengas miedo, no voy a lastimarte, no podría.

Escuchamos el sonido de la puerta metálica, nos acomodamos la ropa de manera rápida, pero nadie subió, alguien nos había visto u oído, pero decidimos restarle importancia.

—Solo tenemos esos pendientes, no creo que tengamos mas trabajo hasta el lunes, eso es bueno porque quiero estar de perezosa con mi familia —se quito los zapatos —¿sabes dónde esta Jordan? Le mande llamar pero no ha venido.

—Estaba en una reunión virtual, pero déjeme voy por él.

Camine hasta el área de marketing, soy la única que puede entrar a la oficina de Jordan sin anunciarse asi que solo me saludan cuando me ven llegar. Entre y lo observe recostado en su silla, traía un paño húmedo en la cabeza.

—¿Todo bien?

—Tengo una migraña terrible —me acerque y le toque la frente —Adah.

—Dime.

—¿Qué haces cuando te rompen el corazón? —se quitó el paño húmedo y me miro —¿Cómo haces para que deje de doler?

—Yo...no lo se, creo que no soy la persona indicada para darte estos consejos.

—Perdona la pregunta, deja voy con Hills antes de que ella venga por mi.

Se levanto y me toco la mejilla antes de salir, es raro verlo tan cabizbajo, no sabía que salía con alguien, creo que no me preocupo por nadie de los de aquí, siempre me he concentrado en mis propios problemas, además de que ellos son los que siempre me ayudan en todo momento. Se que hace poco a la hija de la jefa le quitaron las amígdalas, no recuerdo haberle preguntado por el estado de Julia.

No asistí a ninguno de los babyshower de la oficina, no me involucre con nadie, no conozco en realidad lo que pasa con ellos. Soy terrible como amiga.

—¿Por qué tan perdida princesa?

San me saco de mi trance, iba mirando a la nada desde hace rato por la ventana del auto.

—Creo que siempre he estado sola.

Cruel Beauty  +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora