Estar bien.

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Adah

25 de agosto 2014, hora desconocida.

Sentía los parpados pesados, reconocía el aroma que había a mi alrededor, además la textura de los edredones, me senté con cuidado, mi cabeza se sentía como si alguien la apretara, ya sentada me talle los ojos despacio, mi vista se enfoco despacio, pero las cortinas lilas con pequeñas flores amarillas estaban tal como las deje en la mañana, sentí cierto alivio al verme en mi habitación, incluso con mi pijama favorita.

Pero...

¿Cómo llegue a mi cuarto?

—¿Mamá? —hable tan fuerte como pude, pero sentía mucha sed.

Cuando me levante de la cama sentí un pequeño mareo, me sostuve de mi cómoda de reojo el poster aun lado de mi tocador me pareció extraño. Abrí los ojos de par en par, al darme cuenta que en ese poster no estaba mi banda favorita, si no una foto mía en la secundaria. Las fotos de mis amigos, familia y otras cosas en mi tocador, ahora eran fotos mías, saliendo de la escuela, llegando al refugio, en mi casa, en mi cama dormida.

Corrí hacia la puerta, pero estaba cerrada, jale tan fuerte como pude pero nada.

—¡Mamá! —toque con la palma —¡Mami, ábreme, Mami!

Escuche que se abrió la puerta, me hice un poco para atrás y lo primero en entrar fue una bandeja con el pastel de fresas con crema que había pedido, traía el numero catorce en velas encendido.

—Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti —la voz no era de mi madre —me gustaría que hubieras probado el pastel ayer, pero no despertabas, asi que tendremos que comer hoy — el terror que senti al ver asomarse a un hombre que no conocía —sopla las velas mi linda mariposa.

—¿Quién eres? ¿Qué haces en mi cuarto? ¿Dónde esta mis padres y mi hermano?

—¿Si parece tu habitación? —Sonrio dejando la bandeja con el pastel en mi tocador —me alegra, me esforcé mucho para que te sintieras como en casa, todo lo compre exactamente igual, solo las fotos las cambie, esos grupos de chicos son horribles, comparados con tu lindo rostro.

Corrí hasta la puerta, pero esta se había cerrado con llave de nuevo, seguí jalando la manija en desesperación, las lagrimas ya brotaban sin parar.

—Estas siendo una niña maleducada Erin —en dos pasos ya me tenia sujeta contra su cuerpo, sentí un pinchazo en el cuello —tu eres una niña muy linda, por favor , no arruines esto —beso mi mejilla.

Me sentó en la cama apoyándome en la cabecera, mi cuerpo se sentía algo paralizado, pero estaba consiente, lo vi cantarme feliz cumpleaños, partir una rebanada darme algo en la boca para después besarme, desde ese momento sabia que nada estaría bien.

25 de agosto 2024, 6:15 pm

—La policía se acaba de ir, se llevaron todo, tomaron fotos y mañana tengo que ir a declarar.

—Regresa a casa Erin, te dijimos que no es bueno que estes sola allá.

—No puedo mamá, sabes que no puedo estar en esa ciudad ahora —me limpie las lagrimas —voy a estar bien, ya estoy buscando otros departamentos, por favor no me llames Erin de nuevo, soy Adah, Adah madre, Erin murió hace diez años.

—Tu hermano va para allá.

—No es necesario, no debe descuidar a su familia por mi, en verdad la policía ya se encarga.

—También eres nuestra familia, no estas sola hija, lo sabes.

—Si mamá, te quiero —tome un pañuelo —dile a papá que estaba tranquila, ¿si? Su corazón esta algo débil estos días.

—Llama mas seguido, te amo.

Colgué mirando mi maleta, me quedaría en un hotel esta noche, ya no podía estar en mi departamento, es imposible que sea él, no puede ser asi, murió, me confirmaron que asi paso, no es posible esto. Me había jugado bromas en el pasado, esos idiotas que creen que es divertido adorar a un psicópata, pero nadie sabia lo del pastel, ese detalle fue algo que jamás le dije a nadie.

Tuve que avisarle a mi jefa que mañana no iría a trabajar, me obligo a contarle lo que paso, ahora no dejan de llegarme mensajes de Jordan y ella, ambos diciendo que me quede en su casa, pero Jordan y su pareja viven en un espacio pequeño, además de que los hijos de mi jefa ambos son alérgicos a los perros.

Investigue un hotel donde podía entrar con Indy, asi que no tenia problemas con el hospedaje. Saliendo del edificio, en el estacionamiento el socio de hombros anchos estaba recargado en su auto.

—¿San?

—Adah —guardo su teléfono —Hills me aviso que estabas en aprietos.

—Mi jefa es mas paranoica que mi madre, descuide estoy bien —miro mi maleta.

—¿Te vas de la ciudad?

—No, iré a un hotel, hay plaga en mi departamento y no puedo quedarme ahí.

—Quédate en mi casa —lo dijo de la manera mas sencilla —no, no me malinterpretes, Hills me llamo para venir a revisar que todo estuviera en orden, soy el que esta mas cercas de tu casa, no sabia que tanto, asi que si sabe que te deje sola nos matara a los dos.

—Eso es verdad —suspire —recién lo conocí ayer y ya esta haciendo todo esto.

—Mi casa es amplia podrás tener tu cuarto propio para que tu cachorro y tu estén cómodos, solo en lo que arreglas lo de tu casa, además la mayor parte del tiempo, estaré trabajando, por lo que no me veras, prometo que será como si vivieras sola.

—Gracias.

Me ayudo con la maleta y subimos directo a su casa, me sentía extrañamente mas tranquila, tengo a mi familia, tengo a mis amigos, se que estaré bien, voy a estar bien.

Cruel Beauty  +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora