𝙺𝚎𝚒𝚓𝚒 𝙰𝚔𝚊𝚊𝚜𝚑𝚒

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Aclaración: celos, sexo en el trabajo, dominación posesiva
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Corriendo por el edificio, llegabas tarde a una reunión, de nuevo. Al entrar al elevador te acomodaste la ropa asegurándote que estuvieras presentable y leías los temas que querías abordar.

–Tal vez yo...–. Al terminar, viste que el elevador ya había llegado al piso de la oficina, al salir te dirigiste a la oficina del gerente. Extendiendo la mano para abrir la puerta, saltaste cuando se abrió ante ti.

–Haré que Yachi envíe la documentación en la mañana... oh, hola T/N–. Era Hinata el gerente de su sucursal hermana, te dio una amplia sonrisa
–Perdón si nuestra reunión se retrasó, ¿esperaste mucho?–. Extendió la mano y acomodó tu cabello que había caído frente a tu cara.

–Ah ¡no!, para nada–. Inclinando un poco la cabeza te levantaste sonriendo una vez más. Akaashi se había levantado de su escritorio y ahora estaba parado en la puerta, ver la forma en que le sonreíste a Hinata hizo que algo extraño despertara en lo más profundo de él.
–T/N por favor entra–. Se escuchaba un poco de celos en su voz.

–Ah claro, no me dejes quedarme con tu encantadora novia, también no olvides que este fin de semana prometiste acompañarnos a mí y a Bokuto a tomar unas copas–. Al decir la última parte, Hinata, ya estaba de espaldas y se fue.

Una vez que Akaashi se hizo a un lado,entraste sin problema a su despacho.
–Veo que a Hinata todavía le va bien, sé que son amigos, pero–. Jadeando, sentiste tu espalda chocar contra la puerta, apoyando cada mano al lado de tu cabeza, Akaashi se acercó hasta que su cara estuvo a solo unos centímetros de la tuya.
–¿Estabas coqueteando?–. Sentiste como sus ojos color esmeralda te perforaban, haciéndote retroceder un poco de dónde estabas.

–¿Coquetear?, yo con Hinata–. Dijiste, Akaashi acercó su cuerpo, ahora con su mano golpeó la puerta detrás de ti haciéndote saltar un poco.
–¿Porque me molesto tanto?–. Inclinando un poco la cabeza hacia un lado, se acercó lo suficiente como para respirar en tu cuello.
–Eres solo mía preciosa–. Dijo en un tono grave.

Temblando un poco, dejaste caer los papeles que tenias en tus manos.
–Keiji dijiste... mmm... que no haríamos esto en el trabajo–. Al levantar una mano para cubrir tu boca, podías sentirlo respirar deliberadamente en tu cuello.

Ignorándote, inclinó la cabeza besando y mordiendo tu cuello. Sintiendo los gemidos escapar de tus labios, dejó caer las manos y te levantó para envolver tus piernas alrededor de su cintura. Todo el tiempo no abandonó ese punto dulce de tu cuello, hasta que una marca morada estuvo en su lugar.

Envolviendo tus brazos alrededor de su cuello, jadeabas pesadamente tratando de recomponerte y fallando.
–K... keiji–. Gemiendo su nombre, tu cabeza cayó sobre su pecho. Llevándote a su escritorio, te recostó después de quitarte todo, besando tu clavícula dejó marcas similares como en tu cuello por todas partes. Pasando sus dedos por tu cuerpo, estaba viendo tus reacciones, cada vez que encontraba un punto suave y sensible, lo provocaba más hasta que eras un desastre jadeante debajo de él.

Con los brazos cubriendo hasta la mitad de tu rostro, sentiste que tus caderas se retorcían un poco por la repentina sensación de humedad entre tus piernas.
–Está que si, es una vista hermosa–. Dijo Akaashi mientras sus dedos lentamente recorrieron tus piernas debajo de tu falda.
–Me dan ganas de llenarte hasta el borde y reclamarte como mía–. Enganchando suavemente sus dedos debajo de tus bragas, espero una respuesta.

–Si–. Moviendo tus caderas estabas tratando de ayudar a quitarse las bragas.
–Por favor Akaashi–.
–Por favor ¿qué? hermosa–. Bajo poco a poco tus bragas a una velocidad dolorosamente lenta.
–Follame–. Una ves que las palabras salieron de tu boca, las deslizó con un movimiento fluido. Se quitó lo pantalones y se desnudó lo suficiente como para liberar su longitud.

–Con mucho gusto preciosa–. Presionando la parte superior hasta tu centro, gimió sintiendo lo mojada que estabas, llevando sus manos a tus caderas, las agarró levantándolas un poco antes de penetrarte.

Jadeando te tapaste la boca con tu mano tratando de amortiguar los gemidos. Sin perder el tiempo Akaashi comenzó a moverse a un ritmo lento antes de ir más rápido, cada vez que volvía a entrar, rozaba tu punto G dejando tu mente en blanco. Al levantarte del escritorio, tus gemido eran cada vez más difíciles de amortiguar incluso con tu mano, golpeando profundamente en ti, golpeó ese punto con fuerza haciéndote gritar de placer.

Se oyó un suave golpe en la puerta.
–¿Señor Akaashi?, el señor Bokuto está aquí para verlo–. Dijo una voz suave que reconociste como su asistente. Sin detenerse en sus embestidas, llevó una mano sobre tu intimidad, pasando un dedo por tu clítoris, comenzó a hacer pequeños círculos. Sacudiendote, te retorciste debajo de él luchando por no gemir.
–Dile que me de un momento y ofrécele algo de comer por favor–.
–¡Si señor, ahora mismo!–. El sonido de ella alejándose de la puerta te hizo respirar.

–Cuando ella llamó, me apretaste más fuerte, no me digas que estabas emocionada–. Moviendo sus caderas, sus embestidas se estaban volviendo descuidadas. Incapaz de contenerte más, tu boca se abrió para gritar de placer cuando alcanzaste tu punto máximo. Akaashi te beso fuerte para ahogar tus gritos mientras se liberaba dentro de ti.

Al retroceder respiraba pesadamente contigo, mirando hacia abajo, te quito el cabello de la cara y sonrío.
–Te amo hermosa, lamento haberme puesto celoso–. Inclinándose, apoyó su cabeza en tu pecho dando suaves besos de disculpa en las marcas que dejó.

𝙃𝙖𝙞𝙠𝙮𝙪𝙪 - 𝙤𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora