𝗦𝗼 𝗜𝘁 𝗚𝗼𝗲𝘀...¹ [ᴹᵃˣ ⱽᵉʳˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿ]

|𝟬𝟬𝟬| 𝗬𝗼𝘂 𝗰𝗼𝘂𝗹𝗱 𝘄𝗿𝗶𝘁𝗲 𝗮 𝗯𝗼𝗼𝗸 𝗼𝗻 𝗵𝗼𝘄 𝘁𝗼 𝗿𝘂𝗶𝗻 𝘀𝗼𝗺𝗲𝗼𝗻𝗲'𝘀 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁 𝗱𝗮𝘆

Narrador Omnisciente

24 de marzo de 2017

Melbourne,  Australia

Día de conferencia de prensa

Se había anunciado en los últimos días de diciembre del año pasado, quien ocuparía el lugar de Daniil Kvyat en el equipo de Toro Rosso y los medios al enterarse de quien ocuparía el lugar, estallaron y la noticia de que la primogénita de Fernando Alonso ingresaría como la primera mujer en ser piloto en un deporte, en donde se creía que era exclusivamente para hombres.

Tanto como el equipo de Toro Rosso como su equipo principal, Red Bull, prefirieron mantener un bajo perfil en las presentaciones de la piloto, ya que los medios se estaban yendo sobre ella sin siquiera haber empezado la temporada. Algunos de los comentarios que se podían ver esparcidos por todas las redes, era el cuestionamiento a su capacidad de poder manejar un auto de Fórmula 1, desacreditándola solo por ser mujer y que seguro su papá le había conseguido el asiento.

Fernando había mantenido a su hija alejada de las redes para que no afectara en su rendimiento, ya que sabía que aquello podía ponerla un poco decaída y lo único que quería era que su hija lograra su sueño y tuviera una bienvenida agradable.

Como habían limitado el contacto de la prensa hacia Helena, sabían que sería inevitable faltar a las conferencias de prensa del jueves, por lo que esa sería su aparición oficial frente a los medios.

Los nervios recorrían todo el cuerpo de la española y no podía evitar tronarse los dedos para calmarse un poco. Sabía que el mundo había enloquecido al enterarse de que una mujer entraría al mundo del motor y más en su categoría principal.

—Es hora —se acercó su nueva community manager que le había proporcionado el equipo.

A paso un poco tímido se fue acercando a la mesa en donde se encontraban otros dos pilotos conversando. Por un momento temió que fueran pilotos que no conocía, pero al verlos con detenimiento se dio cuenta de que eran Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, de inmediato supo que podía respirar con total tranquilidad.

Ambos pilotos la voltearon a ver cuando esta se acercó y ella con timidez se quedó parada enfrente de ellos.

—Oh, lo siento deja me muevo —le dijo el piloto de Ferrari dejándole el lugar de en medio.

—Gracias —vale, normalmente la española no era tan tímida solo que tener a dos campeones del mundo a lado de ella y mirándola fijamente no era el mejor escenario para no actuar toda apenada. Y cabe aclarar que convive todos los días con su padre que era también campeón del mundo, pero no era lo mismo.