Estoy apunto de cometer un asesinato

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Mientras entrábamos al aula de matemáticas, el murmullo de los compañeros se mezclaba con el sonido del timbre que anunciaba el inicio de la clase

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Mientras entrábamos al aula de matemáticas, el murmullo de los compañeros se mezclaba con el sonido del timbre que anunciaba el inicio de la clase. Percy se acomodó en su asiento, aún con una sonrisa en el rostro, y yo no pude evitar sentirme un poco más relajado también.

—¿Estás listo para enfrentar al profesor? —le pregunté, bromeando mientras sacaba mis materiales de la mochila.

—Listo o no, aquí estamos —respondió Percy, mirando hacia la pizarra donde el profesor ya comenzaba a escribir.

La clase empezó y, aunque el tema era complicado, me di cuenta de que tener a Percy a mi lado hacía que todo fuera más llevadero. De vez en cuando, intercambiábamos miradas cómplices y sonrisas, lo que hacía que el tiempo pasara volando.

—Oye, ¿te imaginas si nos quedamos atrapados en la dirección? —dije en un susurro, recordando su preocupación.

—No lo digas, ¡me da escalofríos! —respondió él, riendo suavemente.

La clase avanzaba y, aunque el profesor explicaba conceptos que a veces parecían enredados, la complicidad entre Percy y yo hacía que todo se sintiera más ligero. De vez en cuando, él me pasaba notas con pequeños chistes o recordatorios de cosas que teníamos que hacer después de clase.

—¿Te acuerdas de la tarea de historia? —le susurré, mientras el profesor se giraba hacia la pizarra.

—Sí, pero creo que podemos dejarla para mañana. Hoy es día de matemáticas —respondió Percy, guiñándome un ojo.

Me reí en silencio, disfrutando de esos momentos que hacían que la rutina escolar fuera más divertida. A medida que la clase continuaba, me di cuenta de que, aunque el tema era complicado, tener a alguien como Percy a mi lado hacía que todo fuera más fácil de entender.

—¿Te gustaría estudiar juntos después? —le pregunté, sintiendo que la idea de compartir ese tiempo con él era más atractiva que cualquier otra cosa.

Percy sonrió, y su expresión iluminó un poco más la atmósfera del aula. —¡Claro! —respondió con entusiasmo—. Podemos hacer un repaso de los conceptos que no entendemos y, de paso pasar más tiempo juntos .

Me encantaba su forma de ver las cosas. A veces, la presión de las tareas y los exámenes podía ser abrumadora, pero con él, todo parecía más manejable. Mientras el profesor continuaba con su explicación, me perdí en mis pensamientos sobre cómo sería nuestra sesión de estudio.

—¿Qué tal si traes unas galletas? —sugerí, bromeando—. Así, si nos frustramos con las matemáticas, al menos tendremos algo rico para comer.

Percy soltó una risa suave. —¡Trato hecho! Pero solo si tú traes las bebidas.

El timbre sonó, interrumpiendo nuestra conversación. Recogí mis cosas, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo por el estudio que nos esperaba pero más que todo por pasar tiempo con el . Mientras salíamos del aula, me di cuenta de que esos pequeños momentos compartidos eran los que realmente hacían que la escuela valiera la pena.

['THE BOY IS MINE'] °PERISSE° PERCY JACKSON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora