ᴹᴬ́ᔆ 𝓐𝑙𝑙𝑎́ ᴰᴱ 𝓣𝑜𝑑𝑜

Capítulo 1

༺♱𓆰Testamento𓆪♱༻

Byllern Rennirson era considerado por muchos un hombre afortunado, se había casado con Vibdelia Sanmilson, a quien sus padres dejaron heredera universal de todos los bienes de la fortuna Sanmilson pese a los demás familiares, y no solo eso, ella era una mujer joven, hermosa, inteligente... y aveces excéntrica, pero aún así nada que un hombre no desease tener aunque sea en una noche en una buena cena... y entre sus sábanas hasta el día siguiente, por lo que la sombra de Vibdelia llamada "Byllern" era envidiado de vez en cuando.

      Byllern siempre fue consiente de que se había casado con alguien que en todos los aspectos, destacaba más que él... ¿eso lo hizo sentir acomplejado?... para nada, pese a que Vibdelia lo opacaba por completo... él la amaba precisamente por eso, porqué ella era brillante, una mujer sin igual... alguien por quien no le importaba quedarse a su sombra.

Y nuevamente era opacado por la presencia de Vibdelia, apenas siendo saludado por la gente que llegó y con ella como el centro de atención, está vez no se hicieron comentarios despectivos, envidiosos, burlones o de pena hacia él por ser la sombra de su esposa... después de todo, lo normal es que en los velorios, el centro de atención fuese el fallecido... o en este caso... la fallecida.

Vibdelia Sanmilson se encontraba en su ataúd, tan hermosa como siempre, durmiendo tranquilamente, todos la observaban más atentos que nunca, pues sería la última vez que la presenciarían, Byllern se deshacía en lágrimas, su corazón destrozado por la pérdida de la mujer que había iluminado su vida. Agradecía que, por una vez, nadie lo juzgara o lo comparara con ella; solo quería llorarla en paz.

No se había separado de su ataúd, y procuraba no aferrarse a este o peor aún, a su esposa, y la necesidad de hacerlo aumentaba peligrosamente, al punto de finalmente separarse para mantener un poco la compostura y caminar en la habitación sin chocar o llamar la atención de su familia o la de Vibdelia, eso pensó hasta que vio a su madre acercarse.

     —Hijo, tienes que mejorar ese semblante, si te prestaran atención, dirían que tú eres el cadáver en lugar de ella. —susurró sin medir lo mal que podrían escucharse sus palabras.

     —Tal vez sea así... no veo el sentido de nada si ella no está... —susurró sin ánimo de enojarse con ella.

     —¡No digas semejante horror ni en broma! tienes que reponerte de esto, más ahora que tu trabajo está prosperando y lo hará aun más sin esa mujer volviéndote su sombra y provocando que te tomen menos en serio... hijo, tal vez esto fue lo mejor, no era una mujer normal, y con esto que hizo, claramente estaba demen-

     —Mamá, por favor, ten respeto por la memoria de mi esposa, te prohíbo rotundamente que vuelvas a expresarte así de ella, o no dudare en cortar contacto contigo nuevamente tal y como ella me había pedido. —la interrumpió ahora con una voz cargada de enojo pero controlándose de perder la paciencia, simplemente se alejó de ella y optó por calmarse.

     Se acercó a un balcón del salón pero sin atreverse a salir, solo lo suficientemente cerca para sacar un cigarro y encenderlo, comenzando a fumar y dejando que humó saliese de sus labios y se fuese por el aire a través del balcón, donde se encontraban un par de sujetos en el balcón fumando y platicando... sobre su esposa.

     —Me sorprende que mi hermana haya decidido acabar con su vida de esa manera, recuerdo que solo una vez lo intentó a los 13 años, sin embargo, no volvió a mostrar tendencias suicidas... —explicó un chico de ojos azules mientras dejaba escapar el humo del cigarro por sus labios.