ᴹᴬ́ᔆ 𝓐𝑙𝑙𝑎́ ᴰᴱ 𝓣𝑜𝑑𝑜

Capítulo 3

༺♱𓆰Visita inesperada𓆪♱༻

Byllern despertó, se encontraba recostado en una cama, por lo que se sentó y talló sus ojos esperando poder visualizar todo mejor.

     —Buenos días, cielo, ¿dormiste bien? —su esposa le preguntó con una sonrisa.

     —De hecho no, tuve una larga pesadilla, soñé que te habías suicidado con un frasco de pastillas para dormir, que luego estaba en tu velorio y un hermano mellizo tuyo hablaba cosas horribles de ti, lo golpeé, y eso no es todo, al día siguiente el notario me leyó un testamento tuyo donde pedías ser disecada, todo era tan horrible... me sentía muy mal. —relató y aclaró su vista bien para ver que... estaba habitación que había arreglado para Vibdelia en el "sueño".

     —Pero no es un sueño mi amor, todo eso pasó. —dijo su esposa, provocando que voltease a verla rápidamente, estaba con ese camisón, y una sonrisa divertida en su rostro —Hola mi amor, dormiste tres horas, ¿pero ya estás mejor?

     Byllern procesando todo, su primera reacción... fue gritar aterrado y alejarse hasta caer de la cama, pero aún así se arrastró en el suelo lo más lejos de la cama, ella soltó una risita.

     —T-tú, tú estás muerta, y-yo te encontré m-muerta, n-no puede ser posible. —comenzó a balbucear.

    —Byllern, necesitas calmarte, no podré explicarte nada si estás así. —le dijo tranquilamente.

    —¡No, no, los muertos no hablan, y tú estar muerta!, ¡¿A-acaso eres un fantasma?! ¡¿O e-es que he perdido la razón y estoy delirando?! —se puso de pie bruscamente y sostuvo su cabeza, dudando de su cordura, sintiéndose mareado y aturdido, incluso con náuseas, Vibdelia suspiró y se puso de pie para acercarse a él —¡No, no, aléjate, sea lo que seas, mi esposa murió, Vib esta muerta! —comenzó a gritar cerrando sus ojos y cubriendo sus oídos.

     Vibdelia tocó sus manos, apartándolas de sus oídos para así poder acariciar sus mejillas, juntando su frente con la suya.

    —No soy un fantasma... ni una alucinación tuya... soy la realidad, estoy viva, amor... mírame, por favor. —susurró suavemente.

    Byllern abrió sus ojos poco a poco, teniendo algunas lágrimas en ellos nuevamente, se apartó para mirarla mejor, alzó sus manos temblorosas, como si aquel temblor ya fuese parte de su físico ahora, acarició sus suaves mejillas, recibiendo una pequeña sonrisa de ella...

     —¿Eres realmente tú, Vib? —musitó sin dejar de admirarla y acariciar su rostro.

     —Claro que soy yo... no estoy muerta... —acarició sus manos sin apartarlas de su rostro, y en su lugar solo depositó un pequeño beso en una de ellas para luego restregar ligeramente su mejilla en ella.

     —¿Pero como? No entiendo... es imposible... yo te vi, toque tu muñeca y no tenías pulso... estuviste toda una noche inerte en el ataúd... t-te disecaron... —dejó su rostro para finalmente acercarla a él y abrazarla con algo de fuerza.

     —Fingí mi propia muerte... convencí al doctor, al forense y al taxidermista previamente, tome otro medicamento que bajaba mi pulso y me dejó inconsciente desde que me encontraste hasta al día siguiente del velorio... perdóname. —explicó resumidamente.

     —¿Por que hiciste semejante barbaridad, cual era l-la necesidad de hacerme pasar por todo este dolor? —cuestionó volviendo a separarse para mirarla, esta vez con algo de molestia...

     —Lo hice... por proteger lo que nos pertenece... mi hermano ha estado meses peleando mi fortuna... quería h-hacerle creer a todos que yo asesine a mis padres, que manipule el testamento y me quede su herencia por las malas... y mucha gente estaba poniéndose de su parte, en su mayoría por el desprecio que me tienen...