CAPÍTULO XIX

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El primer ministro Scalioni estaba organizando una gran recepción en honor a la llegada de Lord Marc'ngh'os, y se esperaba que asistieran las figuras políticas más destacadas de Kadar y Pelugia.

Julián había estado temiendo el evento. No hubo forma de evitar a su papá o al tío Martín en esa reunión. Todos los que eran alguien estarían ahí, y sus familiares no se lo perderían, especialmente porque también estuvieron involucrados en la elección del nuevo Lord Canciller que iba a representar a su planeta en la Cámara Galáctica de los Lores.

Julián sabía que los candidatos para el puesto se habían reducido a un omega kadariano masculino y una beta pelugiana femenina, sin que ningún país estuviera dispuesto a apoyar al candidato de otro país. Todavía estaban en un punto muerto, y Julián solo podía esperar que Lord Marc'ngh'os estuviera dispuesto a ayudarles a elegir en lugar de enojarse con ellos porque aún no habían logrado resolver sus diferencias.

La recepción, el baile, en realidad, se llevó a cabo en la Casa Opal.

Julián llegó con Cristian, a quien el rey le había ordenado quedarse para el evento en lugar de regresar a Pelugia como había planeado. Julián sabía que Cristian en realidad no quería asistir a la recepción, pero tenía tantas opciones en el asunto como Julián: como prominente noble pelugiano, Cristian tenía que acompañar al rey a tales reuniones políticas, sin importar cuánto pudiera odiarlas. Julián estaba egoístamente contento de que su primo estuviera con él; odiaría llegar solo y que todos lo miraran. El rostro estúpidamente hermoso de Cristian era lo que más le gustaba a Julián: cuando estaba con Cristian, nunca era el principal objeto de las miradas de la gente.

—No pongas esa cara de boludo y sonreí —murmuró Cristian—. Nos están sacando fotos.

Haciendo una mueca interiormente, Julian siguió su consejo y puso una sonrisa neutra mientras sus ojos buscaban a su marido entre la multitud. No podía ver a Enzo por ningún lado, pero vio a Lord Marc'ngh'os hablando con Scalioni. Julián miró a su alrededor con el ceño fruncido. Enzo se había ido por la mañana y ya debería estar aquí. Había sido parte de la reunión con Lord Marc'ngh'os, y la reunión claramente había terminado.

Julián se preguntó qué tan exitoso fue. ¿Habían logrado elegir al Lord Canciller? ¿O la reunión había sido un desastre?

También se esforzaba por no pensar en el hecho de que su papá había estado en la misma habitación que Enzo durante horas. ¿Habían hablado? ¿Había Enzo...?

—Julián, por el amor de Dios —dijo Cristian—. Nunca te había visto tan necesitado. Deja de pensar en él por un segundo y divertite un poco. Esto se está pinchando.

Julián lo miró con el ceño fruncido, su rostro cálido.

—Cerrá el orto y andate, dale.

—Esa no es forma de hablarle a tu primo favorito.

Julián se rió.

—¿Mi único primo?

—Faa, que mala onda estamos —dijo Cristian, sus dientes blancos centelleando—. Bueno. Me voy a buscar a alguien lindo y que tenga ganas de un rapidito. Ya pasó como 300 años desde que me cogí a alguien.

—¿Seguro? Según yo pasó uno o dos días como mucho.

Cristian se rió entre dientes y se alejó.

Abandonado a sus propios pensamientos, Julián deambulaba por el salón de baile, escuchando las conversaciones de la gente con medio oído. Parecía que el señor Marc'ngh'os no estaba contento. Aparentemente, se había negado a elegir al Lord Canciller de su planeta, afirmando que el candidato para el puesto debía ser elegido mediante elecciones. Parecía que todavía estaban atacados.

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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ANTINATURAL. [enzo x julián]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora