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CHAPTER SIX: WELCOME TO NEW YORK
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Nueva York era un sitio impresionantemente majestuoso. Cada rincón de la ciudad era el indiscutible reflejo de una inminente grandeza, donde el espectaculo de lujos e opulencia, era ciertamente digno de admirar.
Y Lilianne Grant era consciente de la magnitud e inmensidad de esta, pues la rubia consideraba que la ciudad era el escenario perfecto donde no solo su riqueza e apariencia destacaba, sino también uno donde su estilo resplandecia con más intensidad.
—¿Sueles visitar este lugar con frecuencia? —inquirio observando su entorno con atención.
El restaurante, donde cada decoración parecia haber sido cuidadosamente seleccionada, se encontraba ubicado en uno de los rascacielos más exclusivos e imponentes de la ciudad y contaba con una vista indudablemente espectacular.
Nicholas lo había recomendado con gran amabilidad atraves de un mensaje de texto la noche anterior, destacando que se trataba de él lugar más costoso en la gran manzana y por ende el adeacuado para esa noche.
—Bastante ¿Que te parece? —cuestiono con evidente curiosidad. La rubio sonrió antes de responder.
—Precioso. Me encanta la decoración —aseguró.
El castaño sonrió alzando los brazos con emocion, captando la atencion de las personas a su alrededor. Lilianne no tardo en sonreír divertida, cubriendo su rostro con vergüenza.
—Esto es vergonzoso, basta —susurro entre risas, al notar como el muchacho simulaba sostener un trofeo entre sus manos.
—¡Esta bien! Acabo de conseguir un me encanta de parte de la increible Lilianne Grant —suspiro con dramatismo antes de tomar asiento nuevamente —Entiendo que seas demasiado aburrida, Lili.
—¿Yo? Espero estés bromeando Nicholas —se quejo golpeando su hombro con molestia.
—Lo estoy, Lilianne, por supuesto que bromeo —declaro el castaño sonriente.
Lilianne suspiro, jugueteando con la copa de vino, admirando sus gestos, su risa e incluso su voz discretamente, cuestionandose a sí misma como era que este chico, lograba inquietarla de tal manera, algo que francamente nunca le habia ocurrido con ninguna otra persona.
Como si aquella frialdad con la que solía comportarse usualmente se desvaneciera, dándole espacio a la vulnerabilidad.
—Sabes —hablo luego de un rato —Nunca imagine estar en una situación como esta, peor aún con Lilianne Grant —reveló.
La rubia frunció el ceño, confundida —¿Esto significa que no debería estar aquí contigo? —dijo con una mueca de decepción.
—¡No! No quise decir eso —se apresuró a decir —Me refiero a que tu eres, bueno, tu —hizo una pausa, pensando detenidamente en sus palabras —Eres simplemente increíble Lili, y yo te he admirado toda mi vida. Estar ahora mismo, aquí contigo se siente como un sueño. Y juro que eres el mejor sueño que he tenido.
