🫐 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 4🥛

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Narra Angelique

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Narra Angelique

Entré apresuradamente en el departamento, el sonido de mis tacones resonaba por el corredor hasta que finalmente encontré refugio en la seguridad de mi hogar. Mis ojos se humedecieron al contemplar el papel tapiz que alguna vez detesté y deseé cambiar. Nunca imaginé que sentiría tanta alegría al verlo.

- Miau -Una sonrisa afloró en mis labios al ver a mi gatita frotarse contra mis piernas, su esponjosa colita acariciándome- Miau~

- Mami está en casa -Murmuré cariñosamente mientras depositaba las bolsas sobre la mesa del comedor- Espero que los huevos no hayan sufrido daños...

Suspiré, rezando en silencio por un pequeño milagro que hiciera que todo estuviera intacto a pesar de la brusquedad con la que había dejado caer las bolsas. Me dirigí a una repisa y encendí la radio, dejando que la voz del locutor llenara la habitación.

- Hoy se pronostica lluvia durante la tarde y la noche -Anunció el locutor mientras sacaba los productos de las bolsas- Y en otras noticias, un granjero local denuncia que seres de otro planeta están robando sus vacas.

Una risa escapó de mis labios ante la noticia absurda, pero mi alegría se vio empañada al descubrir que dos huevos de la docena estaban rotos. Maldije en voz baja y procedí a guardar las compras en el refrigerador y la despensa, desechando los alimentos dañados como un tomate, los huevos y un frasco de mermelada de fresa.

Una vez finalizado, me dirigí al sofá y me dejé caer para quitarme los tacones y relajarme por un momento. Sentí un ligero peso en mi pecho y al abrir los ojos, me encontré con mi gata acurrucada en él, una bola de pelos blancos que siempre encontraba consuelo en mi regazo. Sonreí al acariciarla y escuchar sus suaves ronroneos, aunque mi descanso se vio interrumpido por la necesidad de dirigirme a mi oficina y ocuparme de las finanzas de mi boutique.

Al mediodía, finalicé mi trabajo. Las finanzas estaban en orden y ya tenía tres bocetos listos para mi próxima colección de ropa. Bostecé al estirar los brazos, consciente de que necesitaba alimentarme y planificar la cena. Francis llegaría alrededor de las 6 de la tarde, siempre hambriento y agotado, por lo que siempre me gusta recibirlo en casa con la cena caliente y una buena copa de vino.

Caminé descalza por el departamento hasta llegar al refrigerador y saqué los restos de la cena de la noche anterior. Una sonrisa iluminó mi rostro al descubrir que aún quedaba algo de "Le gratin dauphinois" que había preparado con esmero. Calenté el plato en el microondas y comencé a disfrutarlo con una copa de vino tinto, mientras las melodías de la radio creaban un ambiente reconfortante en mi hogar.

Sin embargo, la paz se vio abruptamente interrumpida por la alarma de contingencia que resonó por todo el edificio. Mi cuerpo se tensó de miedo mientras Bisou, mi gata, saltaba asustada y erizaba su pelaje. Corrí hacia la puerta del departamento para asegurarme de bloquearla con todos los cerrojos disponibles. Francis era extremadamente sobreprotector, especialmente desde que un doppelganger había asesinado al antiguo vecino del departamento contiguo.

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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𝐁𝐥𝐮𝐞𝐛𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐌𝐢𝐥𝐤 -ғʀᴀɴᴄɪs ᴍᴏssᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora