🫐 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 3🥛

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POV

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POV. ANGELIQUE

Corría lo más rápido que podía, aferrándome con fuerza a las bolsas de mi compra mientras escapaba del edificio, escuchando los pasos y los gritos de Francis detrás de mí, rogándome que me detuviera.

¡Querida! ¡Ven conmigo! No tengas miedo —Su voz me aterraba, era idéntica a la de mi amado Francis, pero sabía que no era él. No me había dado la contraseña, y él nunca me llamaba "querida", tenía otro apodo para mí—

¡Ah! —exhalé, sintiendo el cansancio pero sin detenerme. Tenía que seguir huyendo, tenía que escapar. Las lágrimas nublaban mi vista y el miedo me invadía. ¿Acaso iba a morir así?—

Seguía corriendo, negándome a rendirme. Quería vivir, quería estar junto a Francis, formar una familia y casarnos en una hermosa ceremonia.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro al divisar, a un par de calles de distancia, la estación de policía. Pero al mismo tiempo, sabía que el doble de Francis estaba tan cerca de mí como yo lo estaba de la estación...

Te tengo... —Murmuró a mi oído mientras me abrazaba con fuerzas por la cintura evitando que siga corriendo— Eres muy escurridiza, ratoncita.

No... —Murmuré asustada, a pesar de estar tan cerca de la estación, ahora la sentía tan lejana— Sabes que aún estoy enfadada contigo, Francis... —Mentir, eso era lo que tenía que hacer, las recomendaciones contra los doppelgänger indicaban hacerles creer que no sabíamos que eran duplicados, así se ganaba más tiempo de vida y una oportunidad para escapar—

¿Así? ¿Por qué aún estás tan molesta, ratoncita? —Su voz era burlona mientras sentía sus manos acariciar mi cintura—

Tú lo sabes muy bien... Te eché del departamento por infiel —Murmuré, improvisando, rogando en silencio que pasara una patrulla de policía o incluso mejor, agentes de la DDD— Nunca más te acerques a nuestro hogar.

... ¿Sigues molesta por eso, querida? No fue nada grave, además, lo mejor de las peleas es cuando se arreglan, ¿por qué no vamos a casa y solucionamos todo en nuestra habitación? —El pánico me invadía al sentir sus besos en mi cuello y sus caricias en mi cintura. Deje caer mis bolsas al suelo sin importarme que todo se esparciera por el suelo—

Siguiendo la regla número 2 contra los doppelgänger, siempre debes tener un arma a mano para defenderte, en esta lucha por la vida o la muerte. Con mis manos ahora libres, deslicé mi mano derecha dentro de mi abrigo y agarré con fuerza el mango de mi navaja.

Tienes razón, cariño... Actué de manera precipitada, debería haber creído en tus palabras y en tu inocencia —Dije con falso cariño mientras sacaba con cuidado mi navaja, asegurándome de que él no pudiera verla— Sabes... Te pareces tanto a mi amado que me duele hacer esto —Murmuré mientras alzaba la navaja y la clavaba con fuerza en uno de sus ojos—

¡AAH! —Soltó un grito lleno de dolor. Me soltó y llevó sus manos a su rostro, que ahora estaba bañado en sangre—

Corrí, sin detenerme, hasta llegar a la estación de policía. Mi respiración estaba acelerada y mis piernas temblaban. Corrí directo hacia el policía más cercano y le supliqué que llamara a la DDD.

Él lo hizo, y en menos de 10 minutos, la DDD había iniciado el proceso de descontaminación. Eliminaron al doppelgänger de Francis y me entregaron mis bolsas de compras para acompañarme de regreso a mi edificio.

Buenas tardes —Salude al guardia mientras observaba con miedo mis alrededores—

Identificación y solicitud entrada —Me pidió. Metí los documentos por la pequeña ventanilla— ¿Señorita Angelique?

¿Hay algún problema? —Pregunté mientras dejaba de hacer mis ejercicios de respiración, ya estaba más tranquila—

¿Porque se encuentra tan despeinada? Siempre luce un cabello perfecto —Señaló mi aspecto desalinedo—

Tuve que huir de un doppelgänger, afortunadamente la DDD me ayudó —Expliqué mientras pasaba por la ventanilla otra hoja que me había dado un agente de la DDD— Aquí comprueba mis palabras y da razón a mi aspecto desalineado.

Entendió... Esta todo en orden, puedes pasar —Me entregó mi identificación para abrirme la puerta y dejarme pasar al interior del edificio—

Suspire aliviada al sentirme segura adentro del edificio. Caminé hasta el ascensor para subir al tercer piso, me recargue en una de las paredes para relajarme y dejar de sentirme tan ansiosa, solo quería estar en mi departamento junto a mi gata mientras preparo la cena para Francis, como odiaba salir de compras.

 Caminé hasta el ascensor para subir al tercer piso, me recargue en una de las paredes para relajarme y dejar de sentirme tan ansiosa, solo quería estar en mi departamento junto a mi gata mientras preparo la cena para Francis, como odiaba salir de...

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𝐁𝐥𝐮𝐞𝐛𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐌𝐢𝐥𝐤 -ғʀᴀɴᴄɪs ᴍᴏssᴇsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora