Su insulto es "Joder"
—NullMe restregué la cara con la toalla y luego la lancé a la tapa del retrete, me mire al espejo y acomodé mi cabello alborotado por la diadema que acababa de quitarme, aquella que alguna vez le choreé a mi hermana de niño.
Inspiré, pero se me salió un gemido asustado por el repentino abrazo de Conn detrás mío, pude ver sus ojitos ver nuestro reflejo de hermandad (a pesar de ser la grande, su estatura era enana y su ingenuidad conmigo era mucha), me incliné tomando sus bracitos fuertemente y luego levante la espalda para que en posterior la viera reír y chillar que la bajará.
Y lo hice, la obedecí y como quisiera no tener que estar aquí. Me la llevaría lejos de todo. La llevaría lejos para hacerla muy feliz conmigo. Juntos. Todo el tiempo.
—¿Llevas papel limpia rabos? —me dijo mientras me acomodaba el peinado.
—Se supone... —Desvíe la mirada y me sobé el cuello mientras ella me daba un besito en la mejilla.
—Bueno, que te conste que te advierto.
—Oh, vamos..., Conn. —Le hice atrás un mechón—. No es como si me fuera por una semana, solo es el fin. Ya te la has pasado sola..., —acaricié su mejilla— estarás bien.
Tomó mi mano e inclinó la cabeza sonriendo cálidamente.
—Ya, pero te cuidas o te olvidas de las piruletas —torcí los labios, aún me ve como un wawa— pronto..., te quedarán 12. Estaté vivo.
Nos quedamos mirando, pero asentí. Y me abrazo por última vez, para luego empujarme fuera de casa y despedirse como toda una bipolar para por último cerrar con un portazo la puerta.
Desperté con falta de aire por un golpe de la mochila de Hoyo, le sonreí con dolor desde abajo y él arriba. Más alto que yo. Es un pie grande. Alfaro.
—Pareces estreñido —carcajeó y yo bufé lanzando la mochila de ladrillos de regreso.
—Eres un cabrón.
—Oh, que tierno. ¿Te relevas? —se sentó al lado mío y sus pupilas daban a mi.
—Ya... —me quejé no tan acostumbrado a que él fuera el sociable.
—Vale. —Miró a otro lado y apoyó su mejilla en una mano— ¿Vamos recto o?
—Viene Arcturus.
Giro la cabeza completa a mi, le tembló el labio, pero se conformó con el silencio. Como siempre. Así que, también desvíe la mirada y no dijimos nada, a partir de la nada.
Es difícil estar con él. A veces actúa como mamá. Actúa como nuestras mamás, las dos son un inicio de nuestro sentir, él fue un inicio de mis amistades. Me lo mostró de niños.
—Se fuerte, pero no te olvides de los sentimientos de los demás, Conn Junior.
Ya, sigo yo y él no. No es fácil, ni difícil, pero tampoco es equilibrado. Es nada, a veces estar con él significa eso, pero no me quejo, me agrada el nada que tanto me restriegan en la cara como yo, el significado. Pero él es el único que no lo hizo y no lo hace de momento, soy solo yo. Yo para él.
—Esperma, ¿sabes? —intervino Hoyo.
No me había dado cuenta que llevábamos medio camino de senderismo para llegar a la G del pluvisilva (hobby vacacional uv de negro y yo, pero le aumenté uno más).
—¿Me ve con cara de adivino? —lo miró con desdén y me puse entre ellos.
—Chikes, bájelen a esas genéticas de primates.
—Ah, lo dice el enano que me invito sin consultar a su novio.
—No es mi novio. —Exasperó el otro.
—Pus, pareces novia de roblox.
—Chupa. —Le mostró el dedo corazón.
—Chúpense esta, —les detuve— sois unos infantiles, tu —señalé a Arcturus— eres Peppa versión exe y tu, Hoyo, eres Suzy. O tal vez al revés, no sé. Parecen perros y gatos.
—Perate un momento. —Me tapó la boca con una mano— ¿Decís que somos personajes de esa pendejada de caricatura? —Se cagó de risa y por alguna extraña razón, también Hoyo— entonces sos George. ¿Te parece?
—¿Explicaciones? —dije después de apartarlo.
—Somos tu profe lineal —se señaló a sí, y me rodeó el cuello con un brazo.
—Metido. —Recalcó Esperma.
—Habló.
—Sí, lo hice. Y bueno..., tu. Tu en primer lugar, no debiste llamarte Hoyo, sino Alexitimia. Pero ni tenes pinta de tener —habló con egocentrismo.
Hubo un largo silencio de incomodidad, Hoyo se alejó de mi, relajó su rostro y empezó a dejarnos atrás con su largas piernas moviéndose. Mire por última vez a Esperma, me di vuelta e intenté frescar todo el aire acompañando a negro.
Aún recuerdo ese día en el que vi a Hoyo, o en ese entonces, Kerr. Él se escapó de casa para venirse conmigo al Park Común Wawas y así, por primera vez verle ira en sus ojos, no sabía que era el odiar a mamá, pero después de él. Lo sabía y lo sé. Y ese sentimiento nació a causa de sus resultados en un test vida.
Alexitimia, eso es lo que se traga el sentir y lo revuelve como huevo, pero en el exterior parece un remolino sin descifrar y en el interior es suave si llegas a saber quién es.
Y yo sabía. Sé que eso la cagó todo.
—No fuiste tu. Solo..., pide perdón —dije introduciendo el bote de beber al lago "limpio" que vimos y busqué para hablar.
Tardó en analizar.
—Es..., lo siento.—Conmigo no. —Me levanté dando vueltas a la tapa— con Hoyo. Pero, sí. Caíste bajo. —Y luego solo me desaparecí entre la reciente neblina.
Lo que no esperaba era caer y rodar.
¿Así soy? Que pelotudo, tal vez Conn tenía razón. Pero quiero creer que no y cierro los ojos con vista borrosa de dos chicos.
haisac25 — isy