Our babies [niniz]

09. Before the storm

Los días posteriores, Hanni se la pasó arreglando su sorpresa para Dani, lo que tomó poco más de una semana, debido a que quería que todo fuera bastante especial.

De esta forma, para el fin de semana del 18 de septiembre, Hanni pudo organizar su pequeña fiesta privada en el patio, antes de que Danielle despertara.

Colocó la ropita de bebé dentro de bolsas de regalo, junto a artículos que compró pensando en los gustos de su novia; como sonajeros en forma de zanahorias y peluches de conejo. También agregó presentes para Danielle: Un anillo de promesa, ropa deportiva ancha que iba a juego con la ropita de bebé y piedras energéticas.

Sobre una pequeña mesa de madera dispuso la tarta de zanahoria decorada, sándwiches con tómate, aguacate y pollo; dos batidos de frutos rojos y algunas frutas frescas para picar.

Admiró su trabajo antes de subir a despertar a su novia, quedando satisfecha con cada detalle, esperando que Dani se emocionara tanto como ella, y de hecho, así fue.

Tras ser despertada con besos tiernos, la menor se preparó para la sorpresa que Hanni dijo que le tenía, entonces bajó con los ojos cerrados y al llegar al patio, tan pronto como observó todo, empezó a llorar de alegría. ¿Qué había hecho para merecer tanto amor? Estaba demasiado agradecida y se sentía demasiado querida.

Comió junto a su novia sin parar de darle besos y agradecer cada cosa, después abrió los regalos y nuevamente se envolvió en un mar de lágrimas.

Hyun Woo jamás la haría sentir así de especial, mientras que Hanni le demostraba un amor genuino con solo mirarla a los ojos.

La vida funcionaba de una forma extraña, pero después de todo, funcionaba.

Tras la sorpresa de Hanni, los días para la joven pareja sucedieron entre calma y cariño. Apenas y podían despejarse para ir a trabajar, pues querían pasar su tiempo entre abrazos cálidos y películas tontas.

Entre una cosa y otra, se les avisó que el juicio por negligencia médica se daría el 20 de octubre, cosa que anotaron en sus calendarios virtuales, para evitar faltar a él, pero como faltaba mucho tiempo, siguieron disfrutando de su propia tranquilidad.