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"¿Por qué tenía que irme...? ¿Me merecía tanta indiferencia, cuando ni siquiera me conocía?", fue la excusa que inventó mi mente para hacerme regresar.

   Volví a subir los escalones de frío metal. Y me asomé apenas unos centímetros, buscándolo con la mirada.

   Pero el alféizar de la ventana estaba vacío. Terminé de subir y recorrí con la vista la amplia habitación circular. Y justo cuando la Luna Llena se coló a través de unos cristales de vitró, logré verlo en un rincón, de pie, con su espalda apoyada sobre uno de los atestados estantes a rebosar de amarillentos pergaminos.

Se mordía el labio, tenía los ojos cerrados y respiraba con agitación. Inconscientemente, bajé la mirada y me estremecí. Tenía su mano metida dentro de su pantalón y la movía frenéticamente, produciendo visibles espasmos de placer en todo su cuerpo...y en el mío también...

No podía quitar mi vista de él. Y, sabiendo, no sé cómo, que yo estaba allí, , entreabrió los ojos y sin dejar de tocarse, me miró y dijo:

   —¿Por qué no me ayudas? Ven...

Mis piernas respondieron ante aquella invitación antes de que mi cerebro pudiera reaccionar. Caminé urgido hacia él. Y en cuanto me paré frente a él, tomó mi mano y la introdujo en su pantalón.

Sentí su dureza y me estremecí. Y siguiendo un ritmo frenético, lo hice gemir...una y otra... y otra vez...hasta que mi mano quedó empapada. Entonces, sus ojos se clavaron en mí, tomó mi mano y la lamió, como si fuera un rico manjar.

   — Mucho gusto, Gulf. Mi nombre es Mew...

Se acomodó el pantalón, y caminó hacia la escalera sin mirarme ni una sola vez...

   —Apaga las lámparas antes de irte...— dijo y se marchó.

Y yo...me quedé allí, impactado, en éxtasis, vibrando...sin poder moverme hasta que finalmente amaneció...

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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