9. Capítulo

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En lo más profundo de la reserva, a pleno anochecer, en una pequeña área libre de árboles, y dónde había una buena cantidad de rocas... Un hombre asustado, atado de manos, desaliñado, con un traje sucio, sudado y roto, su camisa por fuera, y sangre seca en su sien.

Corría por su vida...

Podía escuchar en la horripilante quietud del bosque, los pasos firmes de múltiples personas los seguían, como ecos que lo envolvían.

Erica, de labios rojos con sonrisa traviesa bajó de un árbol frente a él y se rió cuando lo vió cambiar de rumbo totalmente desesperado por huir de ella, cómo si hubiera visto al maldito anticristo.

Boyd se apareció de detrás de un árbol, de forma repentina y el tipo solo chilló, girando abruptamente, saliendo disparado hacia otra parte.

... Corrió y corrió agitado, con lágrimas y mocos recorriendo su rostro.

Hasta que un brazo se interpuso dándole fuertemente en la cara, haciéndolo tropezar y caer brutalmente de espaldas al suelo.

Isaac miró al tipo con una ceja arqueada desde arriba, y Kira se acercó y se puso de cuclillas para mirar al tipo totalmente desorientado y atontado.

—Creo que le diste demasiado fuerte.- comentó lcon un tono risueño —Al señor Hale-Stilinski no le va a gustar...-

Isaac se encogió de hombros —Al menos ya lo tenemos.- Tomó al tipo de un pie arrastrándolo a su paso con dirección al auto.

Cuando los cuatro, y el desmayado, llegaron al punto de encuentro en un viejo Loft al otro lado de la ciudad, Lydia, con su traje costoso de dos piezas, color borgoña, estaba mirando sus uñas pulcras con aburrimiento y soberbia en medio del lugar.

—¿Por qué tardaron tanto?.-

Jackson estaba a su lado, de brazos cruzados, viéndose exactamente igual de indiferente que siempre.

—Este pedazo de basura corrió igual que una maldita liebre en temporada de caza...- Isaac respondió dejando caer la pierna del sujeto sin gracia al suelo.

—Y nos hacia falta estirar un poco las piernas...- Erica añadió con su usual picardía

Lydia solo arqueó una ceja levantando los ojos —Saben que no le gusta esperar, menos aún cuando se trata de asuntos relacionados con su hijo...-

—Dejalos Lyds...- respondió una tercera voz, que estaba de espaldas mirando por el enorme ventanal.

Se giró y encendió un cigarro, mientras sus leales colegas, ataban al tipo a una silla en medio del enorme lugar.

Jackson le arrojó agua en la cara al sujeto aún inconsciente, para despertarlo de su letargo, cosa que hizo, ahogando un grito de sorpresa.

—Hagamos esto rápido.- Stiles se puso delante del sujeto, exhalando el humo de su cigarro justo en su cara

Chasqueo los dedos y Lydia le extendió una carpeta con su información, la cual leyó en voz alta

—Señor Adrian J. Harris, ex militar con una baja deshonrosa, maestro de química graduado con un promedio mediocre... Deudas de apuestas de carreras, que ascienden a cincuenta mil dólares...-

—¿¡Qué demonios!? Me dijeron que tenía hasta la otra semana para pagar... Tendré el dinero, lo juro, ¡pagaré pronto!...- suplicó como animal acorralado

—Oh... No soy tu acreedor.- Stiles lo miró tranquilo dándole otra calada a su cigarro

Harris lo miró confundido —¿Entonces qué quieren?...-

Principe de la Mafia (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora