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Para la mayoría de los estudiantes que lo veían, Minho era el chico tranquilo, reservado, y tímido. Caminaba por los pasillos sin hacer mucho ruido, pasaba la mayor parte del tiempo solo o estudiando, y respondía con breves palabras cuando alguien lo abordaba. Era el típico estudiante que nadie notaba demasiado, excepto Jisung, quien había comenzado a acercarse con entusiasmo.

Pero lo que nadie sabía, lo que nadie veía, era que la verdadera vida de Minho comenzaba cuando dejaba la escuela y se alejaba de su fachada cuidadosamente construida. En casa, Minho era un chico completamente diferente. Al cruzar la puerta de su apartamento pequeño y desordenado, se sacaba el uniforme con fastidio, como si arrancarse una máscara incómodo. Su escritorio estaba lleno de latas vacías de bebidas energéticas, envoltorios de comida rápida, latas de cerveza e inclusive pequeñas bolsitas con sustancias dentro. El Minho en casa era todo menos el chico tímido que todos conocían en la escuela.

La tarde después de su estudio con Jisung en la biblioteca, Minho se tiró en la cama, mirando el techo mientras dejaba que su música ahogara el silencio. Sus pensamientos regresaban una y otra vez al momento con Jisung, pero no como lo haría una persona nerviosa o enamorada. No, Minho no era ingenuo. Sabía lo que Jisung quería. Lo había visto en los ojos brillantes y la sonrisa entusiasta de su compañero de clase. Y aunque podía ser tentador dejarse llevar por la dulzura y la ingenuidad de Jisung, Minho sabía que su mundo estaba lleno de demasiados secretos. Un par de horas después, su teléfono vibró en la mesa de noche. Era un mensaje de Jackson, uno de los chicos con los que solía pasar el tiempo después de clases. Un tipo que, a diferencia de Minho, no tenía ninguna ilusión sobre la vida.

Minho suspiró y se levantó, poniéndose su chaqueta de cuero y recogiendo las llaves. No era como si tuviera mejores planes, y pasar el rato con sus amigos era genial. Cuando llegó al punto de encuentro, en una esquina oscura de la ciudad donde las luces de neón apenas brillaban, Jackson ya estaba allí, junto con un par de sus otros amigos. Eran chicos que compartían su misma visión de la vida.

“Ya era hora, Lino ” dijo Jackson, dándole una palmada en la espalda. “ Pensé que te habías quedado estudiando con esos nerds de la escuela.. ” Minho rió burlonamente, sacudiendo la cabeza. “ Por favor. Sabes que ese no es mi verdadero estilo de vida... Pero.. ” hizo una pausa, recordando a Jisung y la tarde en la biblioteca. “ Tengo un nuevo juguete para entretenerme ”

“ ¿Ah, sí? ” preguntó Jackson, encendiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno a Minho, que aceptó sin dudarlo. “ ¿Quién es el pobre imbécil? ” Minho se encogió de hombros, exhalando una nube de humo. “ Un chico de la escuela.. Han Jisung. Es... interesante, en cierto modo.. Hiperactivo, un poco tonto e iluso” Minho estaba recargado en una pared con un viejo grafiti que había hecho él mismo hace apenas un año, tenía su firma. “ Típico.. Los buenos chicos siempre creen que pueden salvar a los demás ” Dijo Jackson con una sonrisa maliciosa.

Minho rió, pero en el fondo no podía evitar pensar en lo diferente que se sentía cuando estaba con Jisung. Claro, jugaba su rol de chico tímido, pero había algo en la energía de Jisung que le daba una sensación extraña. Algo... casi reconfortante. Sin embargo, nunca lo admitiría delante de Jackson o de los demás. Eso sería debilidad, y en su círculo, no había lugar para ese tipo de cosas. “ Vamos, vamos a dar una vuelta ” dijo uno de los otros chicos, Hwang Hyunjin, interrumpiendo sus pensamientos. Minho asintió, guardando cualquier sentimiento confuso detrás de una fachada de sarcasmo y desinterés.

Pasaron el resto de la noche como solían hacerlo, recorriendo las calles, causando problemas menores y burlándose de cualquiera. Minho no era precisamente el más violento del grupo, pero tampoco se quedaba atrás. Sabía cómo manipular a los demás, cómo jugar con sus inseguridades para mantener su estatus en el grupo. Estar en ese mundo era una forma de desahogar la frustración y la confusión que sentía constantemente, aunque nunca lo reconociera abiertamente. A pesar de todo, había algo que lo incomodaba aquella noche. Mientras Jackson y los otros reían y hacían comentarios sarcásticos, Minho no podía evitar que su mente volviera a la sonrisa brillante de Jisung, a cómo lo había mirado con esos ojos llenos de admiración.

“ Estás bien, Lino? ” preguntó Jackson, notando su distracción. Minho sonrió de lado, recuperando su actitud fría y burlona, ¿la razón? Había visto a un chico bastante de su agrado. “ Mejor que nunca.. ”

Minho y su grupo se encontraban en una pequeña fiesta que había organizado uno de los chicos del grupo, un lugar donde las luces brillaban y la música resonaba en cada rincón. Era un ambiente que solía disfrutar, un espacio donde podía ser él mismo, rodeado de gente que no le hacía preguntas incómodas y que aceptaba su faceta rebelde sin cuestionamientos.

Entre risas y tragos, Minho conoció a Jeongin, un chico de cabello naranja rojizo y ojos brillantes que rápidamente captó su atención. Era carismático y no parecía tener miedo de acercarse a Minho. A pesar de su carácter rebelde, Minho sentía que Jeongin era un chico divertido, y eso era lo que necesitaba en ese momento. Lo invitó a bailar, y pronto estaban riendo, moviéndose al ritmo de la música, completamente ajenos al mundo que los rodeaba. Mientras bailaban, Jeongin lo miró con un aire de desafío, su sonrisa era contagiosa. Minho se dejó llevar, disfrutando de la conexión que estaban formando. Era un respiro de aire fresco, algo nuevo que lo alejaba de sus pensamientos sobre Jisung. Sin embargo, cada vez que reía o disfrutaba de la compañía de Jeongin, una pequeña parte de él lo traicionaba, recordándole al chico que había dejado en la biblioteca.

“ Oye, ¿quieres salir a tomar un poco de aire? ” sugirió Jeongin, bajando la voz mientras se acercaba más a él. Minho asintió, incapaz de resistirse a la invitación. Salieron al balcón, donde la brisa fresca de la noche les dio un pequeño respiro del bullicio de la fiesta. La ciudad brillaba a sus pies, pero Minho no podía concentrarse. La presencia de Jeongin era electrizante, pero cada vez que se reía, cada vez que su mirada se encontraba con la de Jeongin, sentía un pequeño tirón en su conciencia.

“ Me gusta tu estilo ” dijo Jeongin, apoyándose en la barandilla y observando a Minho con curiosidad. “ Gracias ” respondió Minho, sonriendole, aunque su mente seguía atormentándolo con imágenes de Jisung: su risa, su entusiasmo y, sobre todo, su mirada llena de esperanza. La culpa comenzó a arremolinarse en su interior.

“¿Qué te trae por aquí? No pareces el tipo de chico que disfruta de estas fiestas ” continuó Jeongin, jugando con una de sus pulseras. Minho se encogió de hombros, intentando mantener la conversación ligera. “ Solo busco escapar un poco de la rutina. A veces necesitas un poco de locura, ¿no crees? ”

Jeongin sonrió, inclinándose un poco más cerca. “ Totalmente. A veces tienes que dejar que la vida te sorprenda. ” Era un momento perfecto. Jeongin lo miraba con interés, y Minho sintió que la conexión crecía. Sin embargo, en el fondo, había un eco de incomodidad que no podía ignorar. “ ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? ” preguntó Minho, tratando de desviar la atención de sí mismo.  “ Solo pasaba y decidí quedarme. No tengo nada mejor que hacer ” respondió Jeongin, con una sonrisa despreocupada.

Minho rió, pero la risa no llegó a sus ojos. Jeongin era divertido y atractivo, pero su mente no podía dejar de regresar a Jisung. Era como si cada gesto de Jeongin lo llevase a recordar el entusiasmo con el que Jisung había hablado sobre el proyecto, la forma en que se iluminaban sus ojos al mencionarlo.

De repente, Jeongin lo tomó de la mano, acercándose un poco más, su mirada intensa. “ ¿Quieres hacer esto? ” preguntó, casi en un susurro. Un escalofrío recorrió la espalda de Minho. Quería decir que sí, quería dejarse llevar por la química que había entre ellos. Pero justo en ese momento, la imagen de  Jisung apareció con claridad en su mente: la dulzura de su sonrisa, su risa contagiosa, y cómo se había abierto a él en la biblioteca.. Minho tentado por los labios de Jeongin y la química del momento se dejó llevar y acercó su rostro al de Jeongin, juntándolos en un beso pasional y algo desesperado.

Pastel De Fresas - Minsung. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora