Capítulo 4: Rumores

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Mar Romero:

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Mar Romero:

"Buenos días, que hermosa te ves esta mañana".

Leí el mensaje después del desayuno, mientras me encontraba sentada en el patío de la casa de mi tía, justo donde la fiesta se había dado ayer. El mensaje me confundió un poco, pero no lo suficiente para evitar que una gran sonrisa apareciera en mi rostro.

Soñar con ella ya me tenía bastante mal, así que recibir un mensaje así de lindo sólo hizo que me sintiera más atraída. Ella me gustó tanto desde que la vi, con eso rostro serio y los ojos autoritarios.

— Y sonriendo eres mucho más bonita — el tacto frío en mis hombros hizo que me sobresaltara un poco, sólo para voltear y encontrarme con su rostro delgado y su sonrisa. Lucia se colocó frente a mí, uniendo su mejilla a la mía, simulando saludarme con un beso — hola de nuevo.

— Hola — estar tan cerca de ella lograba ponerme nerviosa en segundos — ¿esta vez no vino Barbi contigo?

Su sonrisa disminuyó un poco, echo su cabello hacia atrás liberando la piel de sus hombros descubiertos a causa de su blusa escotada.

— Sí, pero ella está interesada en la comida y yo quería verte a ti. Aunque tu pareces querer verla a ella.

Seguía preguntándome una y otra vez cómo es que ella lograba hacerme sentir como si estuviera en un libro, como lograba comportarse de esa manera y decir cosas que me dejaban callada, incapaz de responderle, pero con el corazón acelerado por la manera tan directa en que suenan todas sus palabras.

— No, es sólo que ella me agrada mucho, es divertida y supongo que somos amigas — ni siquiera sé porque mi primera reacción fue justificarme, no quería que ella pensará que yo pudiese tener algún tipo de interés en su hermana.

Lucía seguía siendo un misterio para mí, yo aún no podía olvidar que ante los ojos de todo el pueblo ella es una mujer homosexual. ¿Podría alguien tan hermosa como ella fijarse en alguien como yo?

— Mi hermanita es genial, sólo espero que no demasiado genial como para que sigas preguntando por ella cuando estoy yo aquí, intentando ser tu amiga también.

Estuve a punto de decir que no, que no era tan genial. Pero entonces la mencionada apareció con un grito y corriendo hacia nosotras, Barbi ni siquiera dudo en sentarse en mis piernas, colgarse de mi cuello y besar mi mejilla.

He de admitir que eso me sorprendió bastante, tenia un día de conocerla y ella ya se sentía tan confiada como para hacer algo así. Aunque en realidad eso no me molestaba. Y puedo nombrar a quien si parecía fastidiarle bastante.

Vi a Lucia apretar los dientes y rodar los ojos, y aun así fingir sonreír cuando su hermana puso sus ojos en ella.

— Que gusto encontrarte de nuevo, Mar. Creí que ya te habías regresado a la ciudad.

Mi esposa no me haria esoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora