Capítulo 16: Barbi

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Mar Romero: 

— Hazme un lado.

Me arrimé un poco para que Málena se pudiera sentar junto a mí e inmediatamente cerré mi libreta para prestarle atención, ella lamía tranquilamente una paleta, viendo hacia la nada.

— ¿Cuánto vas a tardar en decirme que tienes?

— ¿Eh?

— Soy tu mejor amiga — volteó hacia mí — he estado contigo mucho tiempo y aunque no soy la amiga comprensiva que todos suelen tener tu sabes que me tienes. He estado esperando que me hables, pero no lo haces. Y ahora Sirena está preocupada por ti, dice que llevas dos días evitándola.

Desvié la mirada. A unos metros lejos de nosotras visualice a Sirena, quien fracasaba en su intento de fingir que no estaba mirando hacia nosotras.

— ¿Ella te envió?

— Sabes que no me gusta Sirena porque ahora la gente cree que soy amiga de esa rarita — Málena hizo un gesto de asco que casi me hace reír — pero ella te hace bien a ti. Y yo seré amiga de la rarita que le hace bien a mi mejor amiga. Ella se preocupa, es orgullosa como para venir a buscarte ella misma, pero se interesa. Le interesas y puedo verte, se que ella te interesa, como también sé que te pones incomoda cuando Ángel menciona que tienes novia. Así que ya he esperado suficiente, llegó el momento de que hables conmigo.

Le conté todo y casi lloré de nuevo, fue un alivió para mi alma que alguien más supiera la verdad, y, sobre todo, que me creyera. Porque Málena no dudó de una sola de mis palabras. Se dedicó a escucharme atentamente, desde la primera vez que Lucia me tomó con fuerza severa hasta la llamada de Barbi.

Al finaliza Málena estaba tan enojada que hubiese podido tirar el árbol en el que nos encontrábamos recargadas de una sola patada. Ella me abrazó contra su pecho y acarició mi cabello, la escuché sollozar conmigo, y en ocasiones quejarse con rabia de toda la situación.

— Si vuelvo a tener a esa perra enfrente te juro que voy a matarla — sorbió por la nariz, indignada por toda la historia, molesta por nunca haberlo notado — ¿Sabes que es lo que mas me enoja? Que le dijiste que no querías hacerlo en tus días y no le importó a la maldita.

— Tranquila, esta bien, ella era mi novia.

— ¡Eso no importa! — se alteró y soltó un grito que llamo la atención de los que iban pasando — así fueras su esposa, ella no tenía derecho a tocarte si no estabas cómoda. Abusó de ti, no sólo de esa forma, también emocionalmente, te hizo daño y yo la deje hacerlo, te dije que cooperaras a todo lo que ella quisiera, te dije que te dejarás y que abrieras las piernas para ella. Que idiota, que clase de mierda de amiga soy.

— No es tu culpa.

— No vas a ir sola — soltó firmemente — voy a acompañarte a hablar con la tal Barbi, y si esa perra se atreve a asomarse juro que voy a destruirla.

— No es necesario.

— No me importa — me abrazó de nuevo, sofocándome un poco con sus muy gigantescos pechos — no vas a volver a excluirme de las cosas que te pasan. Eres mi niña, Mar, voy a cuidar de ti.

Me deje querer, deje que ella me reconfortara porque no era muy usual. Ella no solía ser cariñosa y demostrativa, pues siempre parecía que su único interés en la vida era el dinero. Así que disfrute por una tarde lo que era ser importante para Málena.

— Perdóname por no contarte.

— Lo hiciste ahora. No permitiré que ninguna estúpida intenté burlarse de ti de nuevo — limpié sus lágrimas y soplé suavemente sobre sus ojos para reducir el color rojo en ellos — creo que no deberías ignorar a Sirena a causa de Lucia y sus parientes.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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Mi esposa no me haria esoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora