Capítulo 4

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Continuación.


Media hora después ya íbamos a más de la mitad del recorrido o eso nos hizo creer Samantha, que conforme avanzábamos nos iba describiendo cada área, lo que tenían de diferente a otros centros deportivos, y todo lo demás, hasta este momento ya llevábamos recorrido el 80% de las instalaciones, desde canchas de futbol, básquet, un campo de golf, balón mano, un medio campo de futbol americano, 4 áreas donde habían mesas de jugar billar, videojuegos, máquinas de monedas, mesas de pin pon, gimnasio, yoga, piscinas semi olímpicas y recreativas, Carrie ya estaba cansada y aburrida.

- ¿Falta mucho? -pregunto por tercera vez interrumpiendo a la joven que muy entusiasmada nos seguía dando información- mis pies me están matando -dijo fingiendo una sonrisa-.

- Solos queda el último tramo abogada, la señorita Barberini también anda tacones y no la veo quejándose -dijo volteándola a ver- no cree que le aria bien mejorar su condición física, nosotros contamos con gimnasios y pistas de carreras que le podrían ser útiles, si quiere le puedo mostrar de nuevo esa área y presentarle uno de los entrenadores -dijo con media sonrisa levantándole la ceja- ¿no le parece?

- Sigamos -Carrie le sonrió- no quiero hacer esperar a su jefe si retrasamos el recorrido por sus sugerencias -le dijo mientras la veía fijamente como retándola a ver si era capaz de devolverse-.

- La tensión estaba a cortarse con la caída de una hoja, gracias a deos estábamos dentro de los VIP de los establos y no había arboles -fue un momento muy incómodo, pensaría que era para tratar de llamar su atención por parte de Carrie, pero desde que me dijo que iba enserio con la chica que se veía lo dude mucho-.

Pasamos por los comedores, cafeterías, puestos de comida rápida, había hasta un bar con mesas de apuestas, pantallas gigantes y todo como un casino, esto era una locura, llegamos a un campo abierto de frente un campo de beisbol, y a la derecha de este estaban las canchas de tenis, son cuatro, entre cada una había quioscos de venta de chucherías, cafés y bocadillos.

- El señor Rossi está en la cancha tres, pueden ir a tomar asiento por los quioscos mientras lo llamo -dijo eso y se fue sin esperar repuesta-

Tomamos asiento bajo una sombrilla mientras esperábamos, empecé a sacar nuestros documentos, mientras Carrie miraba en la dirección en la que se fue la asistente.

- No lo puedo creer -dijo de repente- seguro ese señor es su hijo, porque si es el dueño, deos sí que lo ama.

- Levante mi vista, y me topé con un par de ojos celeste tan profundos que me perdí por un momento, un señor no tan señor, elegante y joven tal vez unos 40 o 45 años, muy buen porte, bien vestido, que nos sonrió cuando estuvo cerca de donde estábamos sentadas, por instinto ambas nos pusimos de pie.

- Mucho gusto señoritas -nos tendió la mano- soy Alexandro Rossi, tomen asiento -levanto un poco su chaqueta para ver la hora en su reloj- dile a nana que hoy cenaremos en casa, puedes retirarte linda -le dio un beso en la mejilla a su asistente antes de que se fuera, bueno ahora dudaba que fuera solo su asistente- ¿qué tal les pareció el lugar? -nos preguntó mientras tomaba asiento-.

- Es muy grande y moderno -Carrie fue la primera en hablar- el mensaje que nos dejo decía que había chicos buscando una oportunidad, podría explicarnos mejor -pregunto Carrie yendo directo a lo importante-.

- Como pudieron ver, aquí contamos con las condiciones para practicar de todo tipo de deporte, pero no tenemos gente capacitada en marketing, relaciones públicas menos asesores legales, porque, aunque no lo crean, Sam solo publico la nota de la inauguración de este lugar y un par de fotos, y mucha gente empezó a llegar -Carrie volvió a verme con la misma duda que yo tenía, pero esta vez fui yo quien hablo-.

- ¿Usted me está diciendo que toda esta gente vino solo por una publicación en una red social que hizo su asistente? -el señor Rossi asintió con una sonrisa- entiendo, ¿entonces usted quiere asesoría para sus clientes jóvenes que tienen talento?

- No solo eso, quiero que ambas trabajen conmigo, quiero hacer esto más grande -dijo como si esto solo fuera un local cualquiera- quiero abrir dos lugares más como este, con áreas más específicas para desarrollar talento en lleno y que puedan dar el salto que los jóvenes quieran, medallas, trofeos, juegos nacionales, internacionales, equipos completos, y ustedes se encargarían que eso suceda, yo pongo las instalaciones, velan por mis intereses y aparte de sus pagos podríamos llegar a acuerdos de comisiones ¿qué les parece? -dijo sin más, viéndonos a ambas con una sonrisa- les daré tiempo para que lo piensen, pero no tarden mucho, me retiro tengo una junta a la cual llegar -estaba por irse cuando Carrie hablo-.

- Esto es enserio -dijo levantándose- usted nos ofrece "este trato" -dijo haciendo comillas con sus manos- sin pedir nada a cambio, dinero, inversión, lista de cliente o referencias para saber si somos confiables -le dijo alzando las cejas- ¿Qué hay detrás de esto, lavad0, narc0tráfic0, blancas, t3rr0rism0? - no se quien se sorprendió más, él o yo, él estallo en carcajadas y yo la voltee a ver con los ojos muy abiertos-.

- Discúlpela, ya es su hora de comer por eso se comporta así -le patee la pantorrilla por debajo de la mesa para que se sentara de nuevo- lo que mi compañera trata de decir, es que, si no hay nada ilegal en esto y si no es así, porque nos propone esto a nosotras -le pregunte con más calma, él señor se volvió a sentar-.

- Dígame señorita Carrie Ono graduada de derecho con honores, única de su generación con una nota más que excelente, descendiente de Yoko, artistas, música, pintura, canto, composición, obras, que es trabajadora de un buffet sin futuro, cree que le ofrecería algo sin saber quiénes son -pregunto alzando sus cejas volteándome a ver- o a usted señorita Amali Barberini, heredera de una gran firma de abogados o ya no tanto eso, que tal tu IQ de 138 algo impresionante a mi parecer, no sé a ustedes -dijo a recostándose en su silla-.

- Como sabe tanto de nosotras -pregunte sin más- ¿acaso nos ha estado investigando? -Carrie no salía del asombro, él sabía de nosotros muchas cosas y nosotras nada de él-.

- Le diré señorita, no pondría mis negocios, mi patrimonio ni mis proyectos futuros en personas que no fueran confiables, a no ser que ustedes sientan que no lo son -dijo viendo a Carrie, que lo veía con el ceño fruncido- usted también pinta, ¿Señorita Ono? -toco la fibra que Carrie más odia-.

- No, no pinto, ni nada parecido señor -dijo levantándose y tomando los documentos para guardarlos- le aremos saber nuestra repuesta cuando tengamos una, que tenga buen día -dijo cerrando su bolso y empezó a caminar, dejándome con él lobo-.

- Lamento su comportamiento, a ella no le gusta que invadan esa parte de su vida privada -dije levantándome- agradecemos su tiempo, es una gran oportunidad, le daremos una repuesta lo más pronto posible -dije antes de retirarme-.

Cuando llegue al estacionamiento ella ya estaba en la camioneta en el asiento del copiloto, y eso solo pasa cuando esta ebria o molesta, así que a mí me tocaba manejar de regreso. Todo el camino fue en silencio, tuve miedo hasta de poner la radio, nunca la había visto tan molesta, pero la entendía, ella se sentía como muchas de esas veces en las que ebria lloraba porque decía que era el error de esa familia.





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P.D1: no se si es mi compu o la aplicación, a la hora de pasar de una aplicación a otra, se redujeron la cantidad de palabras, por si ven alguna parte ilógica, quizás, tal vez, por si acaso fue eso.

P.D2: no sé cuánto es el máximo de palabras por capitulo, por lo antes escrito mejor lo dividí en dos.


Hoy seremos aún Plutón... 🤞 casi llegando al Sol 🌞

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora