Capitulo 7

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El aire se sintió más ligero de inmediato, como si una nube oscura se hubiera disipado en ese mismo instante. Daenerys se quedó paralizada por un segundo, sus ojos abiertos por la sorpresa. Sus labios temblaron mientras procesaba la noticia. Todo el dolor, la culpa y la desesperación de los últimos días se desvanecieron en un instante, reemplazados por un alivio inmenso que la dejó sin aliento.

—¿Qué...? —susurró, sus ojos llenándose de lágrimas.

Jon asintió con fuerza, confirmando lo que sus palabras ya habían dicho.

—Sansa ha despertado. El maestre dice que está débil, pero... está viva, Dany. ¡Está viva!

Daenerys no pudo contenerse. Dejó caer sus brazos a sus costados, temblando con una mezcla de emociones abrumadoras. Sintió cómo el peso del mundo se aligeraba, y las lágrimas comenzaron a caer libremente por su rostro. No pudo evitar soltar un sollozo de alivio, sintiendo que su corazón volvía a latir con fuerza.

Tyrion, aún procesando lo que había escuchado, también dejó escapar una sonrisa de alivio, aunque se mantuvo un paso atrás, permitiendo que Daenerys y Jon asimilaran la magnitud de la noticia.

—¿Está... está bien? —preguntó Daenerys, apenas pudiendo hablar—. ¿Está fuera de peligro?

—El maestre no da certezas, pero dice que lo peor ha pasado. Ha abierto los ojos, Dany —respondió Jon, aún con lágrimas en los ojos—. Está luchando, como siempre lo ha hecho.

Daenerys asintió repetidamente, con una mezcla de risa y llanto que no podía contener. Todo el dolor que había cargado, el miedo a perder a Sansa, había sido reemplazado por la esperanza. Las lágrimas corrían por su rostro mientras miraba a Jon con una sonrisa de pura gratitud.

—Gracias a los dioses... —susurró—. Gracias...

Sin poder contenerse más, Daenerys se lanzó hacia Jon, abrazándolo con fuerza, compartiendo ese momento de pura alegría. Las lágrimas continuaron cayendo mientras ambos compartían el alivio y la dicha de saber que Sansa, su Sansa, estaba viva.

Tyrion, observando la escena, sintió una profunda satisfacción al ver a Daenerys liberada de la carga emocional que la había estado consumiendo.

Jon, con los brazos aún alrededor de Daenerys, susurró:

—Tendremos que regresar pronto a Invernalia. Pero por ahora, esto es lo que necesitábamos.

Daenerys asintió, incapaz de hablar, pero sabiendo que por primera vez en mucho tiempo, la esperanza había regresado a su vida.

Daenerys se apartó lentamente de Jon, secando las lágrimas de su rostro con la manga. Su corazón aún latía con fuerza, pero ahora lo hacía por una razón completamente diferente. El miedo había sido reemplazado por un alivio tan profundo que sentía que podía respirar por primera vez en días.

Tyrion los observaba en silencio, permitiendo que el momento transcurriera antes de dar un paso adelante.

—Es un milagro —dijo, su tono más suave de lo habitual—. Pero Jon tiene razón. Debemos planificar el regreso a Invernalia para asegurarnos de que Sansa reciba toda la atención y cuidados que necesita.

Daenerys asintió, aunque su mente ya estaba completamente enfocada en Sansa. Por más que la victoria sobre Cersei fuera importante, todo lo que importaba ahora era regresar a Invernalia, estar junto a Sansa y verla recuperarse por completo.

Alianzas de Fuego y HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora