Capitulo 10

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Mientras caminaban, sus pasos las llevaron al patio donde Arya, con la energía y habilidad que la caracterizaban, estaba entrenando con la espada de acero valyrio que Daenerys le había regalado a Sansa. Unos cuantos guardias la observaban, admirando su destreza. Arya giraba y se movía con una precisión letal, haciendo brillar la espada bajo el sol.

Cuando Arya notó la presencia de su hermana y Daenerys, bajó la espada y sonrió.

–Esta espada es impresionante, Sansa. Aunque creo que me queda mejor a mí –bromeó mientras se acercaba a ellas, con una mirada burlona pero cariñosa.

Sansa rió suavemente, disfrutando del momento.

–Disfrútala mientras puedas. La próxima vez será mi turno de mostrarte cómo se maneja –respondió con un tono juguetón, aunque sabían que Arya era casi imbatible con una espada en mano.

Arya sonrió, girando la espada en su mano antes de señalar juguetonamente a Sansa.

–Tendrás que mejorar mucho si quieres vencerme, hermana –dijo con una sonrisa ladina. Luego miró a Daenerys–. ¿Y tú, Daenerys? ¿Alguna vez has pensado en probar la espada en lugar de los dragones?

Daenerys soltó una suave risa, sus ojos brillando de diversión.

–Creo que prefiero mis dragones. Son un poco más... intimidantes –respondió mientras miraba con cariño a Sansa, apretando suavemente su brazo.

Sansa se unió a la broma, inclinando la cabeza hacia Daenerys.

–Además, Arya, ¿realmente querrías enfrentarte a la Reina de los Seis- Reinos? –le guiñó un ojo a su hermana.

Arya levantó las manos en señal de rendición.

–Lo último que quiero es acabar como uno de esos caballeros chamuscados de Desembarco del Rey –dijo con una sonrisa–. Pero, hablando en serio, es impresionante cómo han cambiado las cosas en tan poco tiempo. Todo parece estar encajando.

Sansa asintió, mirando a su alrededor con una mezcla de gratitud y emoción.

–Es increíble, ¿verdad? A veces no puedo creer todo lo que hemos vivido... y ahora, aquí estamos –dijo, dejando que sus palabras flotaran en el aire, llenas de significado.

Daenerys, con una mirada más suave, susurró:

–El futuro es brillante, y estoy agradecida de poder compartirlo contigo.

Arya, notando el tono emocional, se rió entre dientes y dio un paso atrás.

–Bueno, parece que estoy interrumpiendo algo. Las dejo, pero... recuerden, yo siempre estaré cerca si necesitan una espadachina en el equipo.

Sansa rió mientras Arya se alejaba, volviendo a su entrenamiento con los guardias. Luego miró a Daenerys con una mezcla de amor y calma.

–A veces pienso en lo afortunada que soy... de tenerte aquí, conmigo.

Daenerys acarició el rostro de Sansa, sus ojos llenos de ternura.

–Y yo soy la afortunada por tenerte a ti, mi reina del Norte.

Sansa sonrió ante las palabras de Daenerys, sus ojos brillando con emoción. Tomó la mano de la reina con suavidad mientras seguían caminando por el castillo de Invernalia, disfrutando de la tranquilidad del momento. A pesar de los preparativos para la partida de Daenerys, el ambiente era relajado, como si el tiempo les regalara un momento de calma antes de que las responsabilidades los llamaran de nuevo.

–No me acostumbro a la idea de que pronto te irás de nuevo –confesó Sansa, su voz suave pero cargada de emoción–. A veces me pregunto cómo será cuando no estés aquí.

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⏰ Última actualización: 4 hours ago ⏰

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