Capítulo 1

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—Te ordeno que te cases con mi nieta.

Contempló a la anciana mujer con seriedad alzando sus ojos hacia ella.

El hombre alto, de cabellos oscuros y mirada penetrante; se mantuvo imperturbable sin moverse de su lugar luego de escuchar sus palabras. Con un traje de alto valor, con ningún mechón fuera de su lugar en un peinado perfecto, que le dan un aspecto más intimidante. Tensó su rostro.

Ante su silencio la mujer de cabellos blancos se levantó de su escritorio caminando hacia los enormes ventanales de su oficina que dan hacia la ciudad.

Hasta ahora al que suele considerarlo como el perro de la familia nunca se ha opuesto a ninguna de sus órdenes. Incluso ante sus peticiones más extrañas.

Al hombre le tomó un tiempo asimilar lo que su jefa le acaba de pedir ¿Acaso ha escuchado bien? No quiso pedirle que se lo repitiera, pero es una petición que jamás se esperó escuchar, lo que hace que le sea difícil creer que sea cierta.

—Sé que es inusual —habló la anciana al ver que Antonio comprendía que le hablaba en serio—. Y entre todos los hombres que analice tu eres perfecto, responsable, fuiste educado gracias a mí, por ello eres consciente, equilibrado, no tienes vicios, ni novias ni viejas relaciones tormentosas. Has sido un leal trabajador y has sabido llevar esta compañía como mi nieta nunca hubiera sido capaz. Lo mejor de todo es que eres obediente...

Antonio inclinó la cabeza en forma cortes, aceptando las nuevas órdenes.

—Entiendo sus razones, señora Fave, pero ¿Esta segura de querer tener a un huérfano como yo en su familia? Aun cuando sea solo por un tiempo, su familia se va a oponer a esto —preguntó con seriedad tensando su mirada, la verdad no le importa sinceramente lo que diga esa bandada de buitres ambiciosos, pero no olvida la actitud de ellos cuando la anciana decidió dejarle el cargo de CEO de la compañía.

La anciana sonrió con cierta maldad en su mirada.

—Eres mi pieza de ajedrez favorita, y eres el único que me queda para enderezar a la estúpida de mi nieta, se que no hay otro mejor —señaló arrugando el ceño.

En verdad es el único que aceptaría casarse sin poner condiciones, sabe que cualquier otro le pediría una compensación, amenazaría con ir a la prensa o buscaría extorsionarla de alguna forma. Pero ese hombre, aquel que recogió de un orfanato, ha sido educado de forma que incluso si le pidiera lanzarse por el edificio lo haría de inmediato, si le ordenara matar no dudaría en hacerlo, criado como un perro obediente que nunca se opondría a ella.

—Entiendo —respondió Antonio con seriedad.

—Bien —la anciana se colocó de pie tomando su teléfono—. Entonces comencemos con los preparativos.

Con esto la anciana piensa que su nieta, una mujer irreverente, irresponsable, viciosa, todo lo que no debería corresponder a la futura dueña de la empresa familiar, empiece a madurar de una vez por todas y entienda cual es el rol que está obligada a cumplir desde que comenzó a ser parte de esta familia. Ser la cabeza principal de una de las empresas más grandes en el rubro de los cosméticos.

Arrugó el ceño masajeándose las sienes, a su edad no debería pasar por estos malestares. Se supone que cuando niña, su nieta, era un ejemplo en la academia, estudiante premiada, número uno, excelente en todo, pero algo pasó en su juventud que la chica "perfecta" se transformó en una mujer alocada que prefiere pasarse el tiempo en la cama retozando con hombres desconocidos que madurar y asumir el cargo por el cual nació.

Por culpa de esa alocada muchacha es que ha tenido que decidir llegar a este extremo. Suspiró de mala gana sin dejar de mirar las luces de la vida nocturna de la ciudad. Caminó hacia los ventanales sin notar el brillo en los ojos del hombre que detrás suyo sonrió de forma siniestra.

En manos de un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora