Capítulo 3

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Susana sonrió, incrédula.

¿Acaba de escuchar bien lo que acaba de decir ese perro miserable?

¿Le ha dicho que no le devolverá su teléfono si no se comportar? ¿Qué quiso decir con eso?

Apretó los dientes, temblando de rencor. No puede aun creer en su situación, si hace solo un día se divertía de lo lindo pensando con cuantos tipos se acostaría esa noche, y ahora está aquí, en una cama sin siquiera poder moverse por culpa de un infame que no se controló en toda la noche, escuchándolo además tomarse atribuciones que no le corresponden.

¿Desde cuando el perro se atreve a morder la mano de sus amos?

—¿Quién mierda te crees tú para retener mi teléfono? —señaló arrugando el ceño—. No eres más que el sirviente de mi abuela, que se arrastra en el suelo ante mi familia ¿Quieres que te recuerde cuál es tu lugar?

Antonio se mantuvo imperturbable luego de escuchar la amenaza de la joven mujer. Claro que no olvida el trato de la familia Fave hacía él, si desde niño lo han tratado incluso peor que el perro de la casa. Golpe, insultos, maltratos. Es un milagro que luego de eso siguiera aún con vida.

Pero fue lo suficientemente listo para ganarse la confianza de la anciana y lograr de ser un simple sirviente recogido de un orfanato a ser el CEO de la compañía, aunque es solo la cara visible frente a todos, ya que la matriarca de la familia sigue controlando toda la compañía.

O eso es lo que ella piensa…

Antonio sonrió. Su venganza comenzó desde el momento en que fue unido en matrimonio con la nieta heredera principal de los Fave, con la estúpida protegida que nunca se preocupó de entrar al juego de poderes de su familia. Si ella hubiese sido más inteligente se hubiera preocupado de tomar un puesto alto en la gestión de la empresa en vez de dedicarse a beber y malgastar su vida. Aunque eso hubiera sido un problema para él.

Verla perder el tiempo, tomar, divertirse, fue solo darle el beneficio de planificar su venganza.

Le facilitó sus planes, poco a poco metiéndole en la cabeza a la anciana que Susana necesitaba de un marido que enderezara su alocada vida, y que si ese hombre fuese controlado por la mujer mayor era aún mejor. Un matrimonio falso, obligando a Susana a comportarse para luego darle el divorcio y que ella asumiera el cargo que le corresponde en la empresa. Listo y simple.

Él no tocaría a su preciada nieta, solo sería frente a todos su marido, pero detrás seguiría siendo un simple empleado más que sigue las ordenes de su jefa.

Nada de eso iba a ser así. Desde ese día que la cruel señorita de la casa mostró un pequeño gesto de bondad hacia él provocó que sus intenciones de acabarla en el futuro cambiaran a una obsesión peligrosa.

Se acercó a Susana tomándola con demasiada rudeza de la barbilla hasta provocarle dolor. Y detuvo su mirada cruel y despiadada en la rebeldía dibujada en los ojos de la mujer, domarla es su mejor premio, quedarse con Susana Fave es lo que ahora más desea ¿Si la anciana supiera que la hizo suya durante toda la noche enloquecería?

Pero no le importa, nunca antes había deseado tanto tener algo para sí, y ahora solo quiere sostener a esa pequeña rata malhumorada comiendo de sus manos.

Se rio de repente provocando que Susana lo contemplara con una mueca.

—¿Ya enloqueciste? ¿O te diste cuenta de cuál es tu lu…

No pudo terminar porque fue besada de golpe. Un beso brusco que sin permiso irrumpió con fuerzas ante la resistencia puesta del otro lado. Ahogada por esta invasión repentina solo pudo liberarse dándole una fuerte mordida.

En manos de un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora