Narra Andrew
Veo al novio de Megan frente a ella, y Dominic y yo intercambiamos miradas confusas. La observo; su mirada va de nosotros a su novio, y su cuerpo se tensa. No entendía nada hasta que el idiota de su novio habló.
—¿Amor, no te alegra?—pregunta, y ella solo se queda en silencio—Vamos a trabajar juntos, deberías estar emocionada—ella suspira y, finalmente, levanta la vista hacia él.
—Y lo estoy, amor—dice, tratando de sonreír.
No puedo evitar poner los ojos en blanco ante la escena y reír con ironía. Sus palabras y sonrisas no son reales; se nota que está nerviosa y tensa, como si quisiera que ese momento terminara pronto.
Miro a Dominic, que está completamente tenso, con los puños apretados y la mandíbula rígida. Mientras que yo trato de mantenerme tranquilo.
—Acercémonos—le digo, y él arquea una ceja en mi dirección.
—¿Qué planeas?—pregunta, curioso.
—Nada, solo haremos lo que vinimos a hacer—sonrío de lado.
Él parece entender el trasfondo de mis palabras y me devuelve la sonrisa.
—Vamos—termina diciendo.
Comenzamos a avanzar hacia ellos, y en ese momento, el tipo está pegado a Megan como un parásito abrazándola con fuerza. Pongo una sonrisa en mis labios para disimular mi molestia.
Llegamos hasta ellos y me aclaro la garganta, haciendo que ambos nos miren. Veo al rubio tensarse y mirarnos con rabia, mientras ella suspira profundamente, como si el mundo estuviera en su contra.
<<Hora del show>>
—Hola, doctora Megan—digo amablemente—¿Cómo siempre logras meterte en mi mente y hacerme imaginar todo lo que podria hacerle si fueras mia?—le pregunto coquetamente.
El idiota se tensa, mientras a Megan se le tiñen las mejillas de rojo y comienza a morderse el labio nerviosa. Esos hermosos labios carnosos podrían ser la perdición de cualquiera, y sin duda, son la mía. Es como ese fruto que es prohibido,pero no puedes evitar desear.
—Doctora Dickson,hoy me atravo a decir que esta mas irresistible que nunca—la saluda Dominic a mi lado—No sabía que su novio trabajaba aquí—dice con fingido asombro, mientras yo sonrío.
El rojo de las mejillas se vuelve mucho más intenso y pasa saliba sin saber que decir.
—Oh, Bratt, ¿cierto?—me dirijo al rubio—La verdad es que ni siquiera me di cuenta de que estabas aquí—digo sonriendo. Él se prepara para avanzar un par de pasos hacia mí, pero Megan lo detiene.
Ella nos mira a ambos y regresa la vista a su novio.
—Bratt, por favor—le pide seria.
—¿¡No ves lo que ese idiota estaba diciendo de ti!?—grita enojado, llamando la atención de varias personas en el pasillo.
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Más de uno
Teen FictionA pesar de la oposición de sus padres a sus sueños, Megan tomó la firme decisión de no permitir que nada se interpusiera en su camino. Encontró el amor, un destello de esperanza que, lamentablemente, se desvaneció tan rápido como llegó. Con el paso...