03. Primer paciente.

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—¿Y que pasa si no entro? No será tan malo, ¿verdad que no? Se pueden conseguir otra psicóloga, seguro que hay miles. En mi clase había casi cuarenta alumnos...

—Cheryl, tienes que calmarte, en serio. ¡Guarda silencio por un momento! —Will se ríe. Tiene una mano en el volante y la otra en mi muslo, acariciándolo para tranquilizarme.

Estamos en el estacionamiento del centro de rehabilitación de Leipzig (ARC), había sido contratada como psicóloga. Tendré sesiones con pacientes que están ingresados aquí y los ayudaré a superar sus problemas, cosas normales que cualquier psicólogo hace. Es solo, que a diferencia de los demás, yo no tengo mucha experiencia, que digamos. Y bueno, prácticamente estoy entrando en pánico porque a pesar de haber construido el valor y la confianza suficiente para hacer esto, se desmoronó en cuanto estacionamos aquí.

¿Y si no soy lo suficientemente buena? Puedo claramente imaginarme a una señora vestida de exageradamente formal, con gafas sobre el puente de su nariz, aclarando su garganta antes de decirme que no cubrí las expectativas de la clínica, que por favor abandone las instalaciones y que ponga mi cargo a la orden.

Eso me dolería.

—Lo siento. —bufo, pasando una mano por mi rostro con frustración. —Pero es que mi ansiedad... Ugh, aparece en los peores momentos.

—Lo sé. —se ríe. —Y lo entiendo. ¿Recuerdas cuando bailamos en la fiesta de graduación? —me pregunta, tomando mi mentón con su mano izquierda. Sus ojos viajan de los míos hasta mis labios, y después de vuelta a mis ojos.

—Sí. —susurro.

Era increíble el tiempo que había pasado y que él siguiera haciéndome sentir todo esto. Hacer sentir tan... nerviosa, en el buen sentido.

—Tenías tus manos alrededor de mi cuello, y las sentía temblar. Estaban heladas. Estabas tan nerviosa o más que ahora, pero, ¿pasó algo malo acaso? —sonrío de lado sabiendo a donde quiere llegar.

—No, no pasó nada malo. Todo fue... maravilloso. —digo con sinceridad.

—Pues aquí será igual. Te lo prometo. —asegura. Asiento y presiono mis labios contra los suyos. —Y eso, ¿por qué ha sido?

—Por ser el mejor novio sobre la faz de la tierra. —sonríe, negando con la cabeza mientras sale del coche, rodeándolo para abrirme la puerta. —Eso no era necesario. —comento. —La gente se puede pensar que soy una diva.

—Umh, a veces lo eres.

Rio poniendo los ojos blanco. Me acerco a él para besarlo y despedirme. Después de eso, Will se vuelve a meter en el coche, acelerando y perdiéndose por la autopista.

Tomo una respiración profunda y miro al edificio enfrente de mí, el ARC. Esto va a ser toda una experiencia.

En cuanto entro, notó todo el ajetreo de la planta baja; doctores que van de aquí para allá, enfermeras llevando medicamentos a distintas áreas, pacientes camillas apenas llegando... Por eso decidí elegir el área de psicología, todo es mucho más tranquilo allí.

—Hola, buenas. —sonrío a la chica que se encuentra en información. Esta levanta la mirada del ordenador y me devuelve la sonrisa. —Soy la doctora Collins, soy nueva aquí. ¿Me podría decir dónde se encuentra el área de psicología, por favor?

—Encantada, doctora Collins. —la rubia se levanta de su asiento para estrecharme la mano. —Yo soy Emma Stan, estoy para lo que necesite.

—Encantada de conocerla, señorita Stan.

—Por favor, dígame Emma. —sonríe. Luego sacude la cabeza como dándose cuenta de algo. —Lo siento, soy un poco despistada. —ríe. —El señor Adkins me pidió que le dijera que fuese a su oficina cuando llegara. Quizás ya lo conoce, es el director del hospital. Le sugiero que se dirija  allí primero, él le dirá que hacer.

𝑪𝒉𝒆𝒓𝒚𝒍; 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora