—Que pase. —le digo a Lucy. Ella asiente y desaparece por la puerta, que segundos después vuelve a abrirse.Un chico entra. Tendrá mi edad más o menos, quizás unos años más. Lleva puesta ropa deportiva, un pantalón de chándal negro y una sudadera dos tallas más grande color gris. Es el chico que había visto en información antes.
Y vaya que se veía triste. Con la cabeza agachada, una larga barba y la vista puesta en el suelo. Es muy guapo, sin embargo, apenas se le veía su pelo largo por debajo de su capucha. Tez de porcelana y labios carnosos adornados con un piercing.
—Buenos días. —le digo poniéndome de pie. —Tome asiento, por favor.
Él se mueve hasta el asiento enfrente de mí, aún sin levantar la cabeza.
—Hola. —murmura.
Pienso que quizás no son buenos días para él.
Por supuesto que no pelirroja estúpida, si no, no estaría aquí.
—Mi nombre es Cheryl Collins, y seré su psicóloga. —alzo la mano y se la tiendo por encima del escritorio a modo de saludo. Él ni siquiera me mira. Incómodamente bajo la mano y la pongo sobre el escritorio.
Dios mío, tan temprano y yo ya pasando vergüenza.
—Necesito su información para poder buscar su registro médico. —digo cuando ya he superado el momento anterior, pasando al ordenador para abrir el sistema. Me preparo para teclear. —¿Cuál es su nombre?
—Tom Kaulitz. —murmura.
Entonces puedo oír su voz; es ronca y no demasiado gruesa. Es una voz melodiosa. Una melodía triste, sin embargo.
Escribo su nombre en el sistema. Me salta que no tiene registro médico en este hospital.
—No tiene registro médico en este hospital. —digo lo que estaba en mi mente. Él se encoge de hombros.
—No creo en los hospitales.
Sus palabras llaman mi atención y ladeo la cabeza, incapaz de ocultar mi curiosidad.
—Pero está usted en uno ahora mismo. —le recuerdo sin poder evitarlo.
Tom levanta la cabeza por primera vez, dándome la oportunidad de verlo bien. Verdaderamente, tiene una belleza arrebatadora. Contengo un suspiro.
¿Qué coño piensas Cheryl? El chico está claramente deprimido, concéntrate en eso.
—No crea que es por mi voluntad, doctora Collins.
La manera en la que dice mi apellido me hace tragar saliva. Ha hablado con tanta frialdad, que realmente me ha afectado, enviando escalofríos por mi espina dorsal. No debería estar intimidada por un paciente... fui enseñada para esto.
Sacudo mis pensamientos y aclaro mi garganta, apartando la mirada de él. No le respondo porque no hace falta. Me concentro en el ordenador de nuevo.
—Bien, como no tiene ficha médica le tengo que abrir una para usted. Le haré una serie de preguntas, le voy a pedir que responda con sinceridad. —él asiente, invitándome a seguir. —¿Nombre completo?
—Tom Kaulitz. —dice y yo escribo rápidamente.
—¿Edad?
—Veintiséis.
—¿De dónde es?
—Leipzig.
Después le pregunto cosas banales, como su tipo de sangre, si es alérgico a algo, si ha tenido hepatitis, entre otros.
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𝑪𝒉𝒆𝒓𝒚𝒍; 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛
Fanfiction'No me sorprendió sentirme de este modo respecto a él. Y es que, había una parte de ella dentro de mí, después de todo.'