❛4. Las lagrimas del pasado❜

383 72 9
                                    

Harry apareció en el umbral de la silenciosa mansión, donde el aire mismo parecía suspirar en el vacío de su alma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Harry apareció en el umbral de la silenciosa mansión, donde el aire mismo parecía suspirar en el vacío de su alma. El agotamiento se había instalado en cada fibra de su ser, pesándole los hombros y nublándole los pensamientos. La túnica que llevaba, como si fuera testigo de incontables batallas y cicatrices, cayó al suelo con una indiferencia que casi dolía. No emitió sonido alguno, pues la familiaridad del ambiente le envolvía como un manto que ya no reconforta. Sabía que Mortis, su marido, aguardaba en algún rincón oscuro de aquella casa, pues como siempre podía sentirlo, pero en ese momento, el eco de sus pasos era la única compañía que reconocía.

El suelo de madera crujía bajo sus pies como un recordatorio constante de su cansancio. Cada paso lo arrastraba más hacia las sombras de su mente, donde esas copias de sus padres —esos espejismos crueles creados. Junto con Riddle, o Slytherin, como se llamará ese maldito demonio— lo aguardaban, devorando lo poco que quedaba de su cordura. No tenía fuerzas para enfrentar una realidad que, en cada esquina, le traía la memoria de lo perdido.

Al abrir la puerta, la escena ante él no le sorprendió. La figura de su esposo, envuelta en una túnica negra como la noche sin estrellas, le daba la espalda, contemplando el abismo del cielo nocturno a través del ventanal. La tenue fragancia del tabaco flotaba en el aire, tan característica de Mortis, que continuaba con ese gesto mundano como si las decisiones que había tomado no hubieran roto algo en el corazón de Harry.

No le dirigió una palabra, un saludo. Su enojo era una tormenta silenciosa que apenas contenía. Las decisiones de Mortis siempre llegaban como un trueno, retumbando en su vida sin previo aviso. A veces Harry sentía que había aprendido a vivir en la oscuridad que Mortis le traía, pero en ese momento, todo lo que podía sentir era la punzada amarga de la traición.

Cicino, sé que no te gustó mi decisión —la voz de Mortis, baja y grave, flotó en la penumbra, como si la propia muerte susurrara con compasión. Pero Harry siguió a lo suyo, sentado en su tocador, quitándose la coleta con un gesto mecánico, mirando su propio reflejo en el espejo, preguntándose cuándo había comenzado a perderse a sí mismo—. No podía seguir viendo cómo te destruías.

El silencio que siguió fue opresivo, como una sombra envolvente que amenazaba con consumirlo todo. Harry mantuvo su mirada fija en el espejo, observando a Mortis mientras este se acercaba a él, cada paso cargado de una pesadez que parecía arrastrar el aire mismo. En su interior, algo se tensaba más allá de lo físico, porque sabía que, por mucho que odiara admitirlo, lo que su esposo decía era verdad.

Las manos de Mortis se posaron con suavidad en sus hombros, esos mismos hombros que llevaban tanto peso. —Sabes que no te lo estoy echando en cara —susurró Mortis, como si las palabras fueran un bálsamo insuficiente para el dolor que ambos compartían—. Pero es la verdad.

De pronto, en un solo movimiento, Harry se encontró alzado por los brazos de su esposo, como si su voluntad no fuera más que una hoja seca en una tormenta. Soltó un gemido de protesta, que fue silenciado por la voz firme de Mortis.

Everlasting - - - - ✰⁺ಿೖ୭  HpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora