VI.

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DEE

Los días habían pasado desde que conocí a Heavy. El me había ayudado, ya no me sentía tan terrible como antes de conocerlo.

Me alegraba que el fuera mi alma gemela, por qué aunque no lo conocía en persona, sabía que era buena gente, y bueno, como no saberlo si literalmente podía escuchar en mi mente todo lo que el pensaba. Desde pensamientos sobre otras personas ( que normalmente eran buenos ) hasta pensamientos que tenía hacia animales, sabía que le gustaban mucho, aunque sus favoritos eran los gatitos, sabía que disfrutaba mucho de ir a alimentar a los callejeros, y darles algo de amor y cariño, a pesar de ser alérgico y a pesar de que su madre se enojaría.

En fin, era un buen chico.

Y esperaba algún día poder conocerlo.

~•~

Hoy era el día, el maldito y jodido día donde iría a hacer mi audición al conservatorio.

Y aunque no me sentía nervioso, pues sabía que mis habilidades con ese maldito instrumento eran jodidamente buenas, me sentía extraño, por qué tan solo se trataba del principio de mi fin.

No quería dedicarme a ello el resto de mis días, no quería crecer y ser igual que mi padre, no quería seguir siendo de esta familia.

Pero sabía que no había nada más que yo pudiera hacer.

Tenía que resignarme a vivir así, aunque en realidad ya lo había hecho desde hace tiempo atrás.

Pensaba en todo ello mientras terminaba de limpiar mis zapatos de vestir hasta dejarlos brillantes y sin una sola mancha.

Hasta que una voz familiar me interrumpió.

Buenos días bro. — saludó un Heavy somnoliento.

—Mierda, ¿Te acabas de despertar? Son casi las doce de la tarde, Heavy. — era sábado, pero, era obvio que para mí no significaba un cambio de rutina. Siempre me despertaba a las siete de la mañana, fuera el día que fuera.

Es sábado, día de huevonear. — habló burlesco. —Aunque no del todo, por qué hoy es mi audición de guitarra, estoy tan emocionado. — eso último atrajó poderosamente mi atención.

—¿Tu también tienes una audición hoy? Genial. — comenté sarcástico.

—Si... Creo que no lo sabías, pero tocó la guitarra. — habló soltando una pequeña risita.

No me esperaba eso, es decir, la guitarra. El instrumento que yo más quería tocar. Aunque quizás se trataba de la acústica.

—Que bien... ¿Acústica o eléctrica? — pregunté algo nervioso.

—Electrica claro, me ofende tu pregunta Dee, sabes que amo el metal. — respondió el, ligeramente animado.

Rei bajamente. Sonreí y respondí —Solo quería aclararlo. — afirmé.

Un silencio se hizo presente por espacio de unos segundos.

—Si quieres, puedo enseñarte algún día. Sé que te apasiona. — respondió sorprendiéndome de sobre manera, ya que yo recuerde, nunca le había hablado sobre ello.

Almas Gemelas [Deavy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora