SeleneSiento un fuego ardiente en mi interior, como un volcán a punto de estallar. Siento que ya no puedo contenerme. Cada pensamiento es un látigo de ira que atraviesa mi mente, recordándome lo que le hicieron a mi angelical mamá. La injusticia late como un tambor en mi cabeza. Veo imágenes de venganza, de hacer pagar a quienes osaron lastimar a alguien tan importante para nosotros. Mis pensamientos son violentos, sangrientos y determinación, maquino planes para hacer justicia. Todo mi ser aclama por una revancha, para devolver cada gramo del dolor que le hicieron pasar a mis padres.
Cuando llegue el momento no te contengas.
Me susurra esa voz amigable que me ha estado ayudando.
¿Y cómo cuando me vas a decir quién eres?―Inquiero.
―Pronto.
Siento una presencia detrás de mí. En un instante, me giro rápidamente y posiciono mi pistola en su sien, tengo que estirar bastante el brazo y empinarme para estar en esta posición.
―Hola señorita.―Me sonríe Sagitti uno de los nueve comandantes de la legión. Bajo el arma y le devuelvo la sonrisa. Hace una reverencia y depósito un beso en el dorso de mi mano.
Sagitti es uno de los guerreros más poderosos de la legión, y, para nuestra fortuna, su lealtad es inquebrantable. Con su cabello rubio, ojos azules, rasgos fuertes y definidos, y su físico atlético, de aproximadamente 1.80 metros de altura, es imposible no admirarlo. Taliana y yo solíamos tener un crush con él hace unos años.
Él no solía prestarme mucha atención, no solo porque es todo un caballero, sino también porque en aquel entonces yo era una adolescente de quince años y él tenía la misma edad que mis hermanos. No lo había vuelto a ver desde entonces.
―Sagitti. Mucho tiempo sin vernos. Me alegra verte, no son las mejores circunstancias para un reencuentro, pero es bueno ver una cara amiga.―Le doy un abrazo corto y sutil, nada como los de antes, cuando me arrojaba a sus brazos sin pensarlo. Ahora lo hago con respeto por mi novio. Y él, como el caballero que es, me devuelve el abrazo con la misma consideración.
―Señorita, me alegra ver que ha crecido y se ha convertido en una mujer hermosa, como siempre ha sido. Más aún, en una gran guerrera. Si me permite decirlo, estoy muy orgulloso de usted.
―Gracias Sagitti.―Le doy una ligera sonrisa.―Me encantaría seguir hablando contigo, pero tenemos una misión que cumplir.―Mi voz se vuelve más dura y consigo que la ira vuelve a mi sistema.
―Estamos a sus órdenes señorita. Pero primero por favor cámbiese a un traje que la proteja más.―Entra otro comandante de la legión con una caja negra. Rubio oscuro, ojos color miel e igual de alto que Sagitti.
¡Por la diosa, menos mal no soy la líder de la legión sería muy difícil no caer en la tentación con tanto hombre guapo!
―Hola señorita. Soy Caius. Es honor conocerla.―Hace una reverencia y me entrega la caja. Por un momento se queda perplejo cuando me detalla bien.
―Es un gusto conocerte Caius.―Tomo la caja y reacciona cuando Sagitti le da un sútil codazo en el costado.
―Me disculpo. Es que parece una ninfa.―Sagitti le da otro codazo y Caius se queja. Sonrío sutilmente.
―Eso es muy amable de la parte, pero en este momento debo lucir como una ninfa de la muerte.―Ambos comandante se ríen.
Le pido a Caius que se lleve al Marqués, quien está inconsciente porque le aplicaron acónito para evitar que me ayudara en la pelea. Pero gracias a la diosa, no está herido de gravedad; pude sanarle las heridas. El comandante cumple con la orden y vuelve rápidamente con nosotros, indicándome que lo dejó con uno de sus capitanes. Asiento e indico que me voy a cambiar de traje. Sagitti y Caius se posicionan delante de la puerta, dándome la espalda para que me cambie. Me quito el traje que llevaba y me pongo el nuevo traje de alta tecnología, plateado con azul, los colores de mi casa y la legión. El traje se adhiere perfectamente a mi cuerpo, definiendo mis curvas. Recojo mi cabello en una coleta alta y rápidamente posiciono las armas que los comandantes dejaron a mi disposición.
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Reina de Hierro
Random+18 Selene, caracterizada por su belleza inigualable y su gran carisma, amada por sus familiares y amigos, romántica empedernida, decidida a esperar a su mate para su primera vez. Lo que no sabe es que eso se lo empezará a cuestionar una vez Nate Wa...