V: La despedida parte I

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Selene

Me quito la ropa, y entro en la bañera que está perfectamente preparada por Alia. Emito un gemido de placer cuando me recuesto en la bañera.

—Alia tienes un don para preparar baños de espuma—Alia se ríe.

—Pues me alegra que te guste, necesitas relajarte de todas las emociones que has manejado hoy.

— Y eso que no sabes el subidón de emociones que el Rey me hizo experimentar hace unas horas—Sonrío pícaramente, Alia abre los ojos como platos y Lena en un microsegundo llegó al bañó.

— Selene Romanoff, ¡es tu deber contarnos todo en este mismo instante!

—Lena tiene razón, ¡habla ya! ¿Qué pasó peli negra retorcida?—Me río y empiezo a contarles todo al pie de la letra sin omitir detalles.

–Por la diosa Selene, eres toda una perra empoderada—Me dice Lena—¡eres mi ídolo!—Exclama Alia.

–Tú eres mi ídolo Alia, y Lena lo de perra empoderada se lo aprendí a la mejor—les lanzo un beso.

—Aunque saben no es la gran cosa, no es un misterio para nadie que es un mujeriego y se la mete a cualquiera que le abra las piernas, no importa lo guapo que es ni que me haya puesto tan caliente, no quiero ser una más del montón y quiero...

—Esperar a tu mate—responden mis amigas por mi—Si exactamente eso—me río.

— Espero que no esperes mucho por tu mate, no sabes de lo que te estás perdiendo el sexo es demasiado placentero.

—Si no encuentro mi mate pronto, prometo ser como tú Alia, me encanta que explores tu sexualidad y seas tan segura de ello.

—Si le estás aprendiendo muy bien, solo mira la escenita que montaste con el Rey―Me dice Lena.

―Bueno, ya no hablemos de trivialidades. Lo importante hoy es pasar tiempo con Reik y hacerle sentir que lo apoyamos y confiamos en él, pero debemos tener cuidado que no vaya a pensar que nos estamos despidiendo, puede pensar que nosotros tengamos el presentimiento que no va a volver y eso puede llenarlo de temor―Miro como mis amigas se ponen tristes aman demasiado a Reik al igual que yo.

―¿Y si no vuelve?―La pregunta de Lena hace que me estremezca y me de un escalofrío en el cuerpo. Veo como Alia empieza a llorar.

―¡Maldita sea Lena por qué tenías que decir eso!―Le reclama Alia―Salgo de la bañera y tomo la bata del baño, me miran confundidas y con los ojos llorosos. Se me parte el corazón y me entristece profundamente esto, pero no me puedo poner a llorar con ellas, necesitan a alguien que les de consuelo y tranquilidad, así que me acerco a ellas y las abrazo.

―Lloren lo que necesiten llorar, sáquenlo todo, porque no pueden llorar en frente de Reik, debemos transmitirle la mayor calma posible, necesita que seamos fuerte por él, necesitamos transmitirle toda la confianza y fuerza posible, para que supere con éxito la misión.―Empiezan a sollozar como dos niñas pequeñas, pobre mis niñas no me gusta verlas triste, pero es entendible.―Tranquilas, todo saldrá bien, él volverá a nosotras y nos molestará como de costumbre, alejando a todo él que intente cortejarnos, defendiéndonos de los que nos quieren lastimar, solo será unos días y volverá con nosotras, él es fuerte, es nuestro general despiadado a los ojos del mundo, pero en la privacidad de nuestros encuentros es nuestro Reik, el que nos mima y nos cumple todos nuestros caprichos, el que nos defendía de los supuestos monstruos que habitaban debajo de nuestras camas cuando tan solo teníamos 7 años.―Empiezo a sentir como se empiezan a calmar, les acaricio el pelo y les dejo besos en la coronilla.

Reina de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora