Capítulo XXVI: Feeling Good

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⚠️ Advertencia +🔞

Nate

Había imaginado cientos de veces, que se sentiría estar dentro de Selene, pero, joder. Mi mente no le hico justicia, su interior es cálido, resbaladizo y sobre todo apretado, muy apretado. Me sentí como en el jodido paraíso y no quería dejarlo, no tenía la fuerza para salir dentro de ella y parar no quería parar, estaba preocupado de ser brusco con ella, por un momento perdí el control y me asusté cuando escuché el crujido de la cama, pero Selene estaba resistiendo valientemente y pedía más. Yo no podía estar más satisfecho. Ahora que ya me la follé y probé que se siente, no creo poder tenerla en mi presencia y no hacerlo. Voy a aprovechar cada oportunidad que tenga, solo espero que ella pueda seguirme el ritmo, porque tengo planeado hacerle de todo.

Llevamos unos minutos acostados, ella está sobre mí, tiene su cabeza recostada sobre mi pecho, mis brazos la rodean, a comparación de mi cuerpo ella se ve bastante menuda, pero encaja perfectamente a mí, nunca me había detenido hacer arrumacos con nadie, una vez terminaba me iba o ellas se iban. Esto es nuevo, de hecho, estoy bastante cómodo, no quiero que salga de mis brazos, como tampoco quiero sacar mi polla dentro de ella, solo salí un momento de ella para acomodarnos en esta posición y se la volví a meter.

―Quiero tomar un baño.

―Claro, podemos bañarnos.―digo y la miro a sus preciosos ojos, en este momento tiene un gris y otro azul, simplemente son únicos. Pero me entrecierra la mirada.

―Pero tienes que dejarme bañar, en serio necesito un baño, luego follamos lo que quieras.―Me advierte.

―No había pensado en hacer nada más hasta que lo mencionaste―Le doy una sonrisa lobuna y ella me blanquea lo ojos.

Se levanta y me saca de su vagina, ambos emitimos un gemido, en serio me encanta su coño estrecho. Esta de pie desnuda frente a mi y es una puta obra de arte todo su cuerpo además de ser un estimulante sexual andante, la imagen ya me tiene duro. Me da una sonrisa de suficiencia, se da la vuelta, dándome una vista perfecto de su gran culo, balancea las caderas sensualmente mientras camina, provocándome.

Ya vas a ver.

Salgo rápidamente de la cama, y la sigo hasta el baño, está en frente del gran espejo mirándose, tiene la melena un poco despeinada, las mejillas sonrojadas y lo labios hinchados.

―Me veo más sexy―Declara detallándose en el espejo y si es verdad.―Asumo que debe ser consecuencia, de los orgasmos épicos que me has dado―Me sonríe a través del espejo mirándome.

―Si puede ser, pero tu siempre eres sexy.―Me acerco y posiciono detrás de ella, siento como se acelera su pulso y reacciona a mi toque.

―Es verdad.―dice con seguridad.

La acerco contra mí, para que sienta lo duro que estoy, emite un suave jadeo. Paso mis manos por su cuello, bajo hasta sus deliciosos y firmes senos, juego con sus pezones, ella inclina la cabeza hacia atrás, me expone su cuello, que no dudo en lamerlo y dejar un pequeño mordisco ahí. Bajo mi mano izquierda por su abdomen plano, hasta llegar hasta su vientre.

―Re-cuer-da que me ibas a dejar tomar un baño.―balbucea.

―Si, pero en un momento.―Le muerdo el lóbulo de la oreja, y bajo mi mano hasta su vagina, ya está empapada. Acaricio sus pliegues resbaladizos por encima, llenándola de expectación ella se remueve contra a mi y con mi mano libre la agarro, para que se quede quieta, le sigo acariciando su coño superficialmente, torturándola un poco.

―Nate, por favor...

―¿No querías darte un baño?―La molesto y me aniquila con la mirada, me río―¿o quieres que continue?―Acaricio más fuerte sus pliegues.

Reina de HierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora