Reina de Hierro

Capitulo XXIV: ¿Cita o épico desastre? Parte III

Nate

Hace media hora llegamos al club del Marqués Adis, realmente me gusta venir aquí, Adis ha hecho un gran trabajo con este lugar, permite toda la privacidad que un noble o un famoso pueda necesitar, aquí estás tranquilo de actuar como se te venga en gana, no hay necesidad de comportarse bien.

La mesa en la que estamos es realmente exclusiva y lujosa, está ubicada en un rincón privado, que tiene vista al todo el club, el mobiliario es exquisito, con una mesa de mármol pulido rodeada de cómodas sillas. Contamos con un equipo de camareros, que se encarga de traernos comida, bocadillos y licores, de nuestra propia barra privada con bartenders incluidos. Se me hace extraño que Adis, le haya dado una mesa así a Taliana, sin reserva previa, a lo mejor Liam tiene razón y están intentándola llevársela a la cama.

Por la diosa espero que si se la lleve pronto, lleva media hora regañándonos, ya nos tiene hastiados.

―Joder, para ya Taliana, sí sé que la cagué, pero me tienes harto con tus sermones―Digo exasperado.

―Sí bájale dos a la intensidad, me estoy irritando.―Tuerce el gesto Liam.

―Es que me molesta que le hayan hecho eso, Liam no te imaginas lo feliz y emocionada que estaba Selene por tener la cita con Nate, incluso después de haberse desmayado, no la detuvo para asistir.―Comenta Taliana, frustrada y sus palabras generan una punzada en el pecho que antes no había sentido.

―¿¡Espera como qué desmayo!?―Se activan toda las alarmas de Liam... Joder aquí vamos.

Se pone histérico en cuestión de segundos, Taliana le cuenta todo lo sucedido al incidente y Liam se pone como loco, empieza a regañar a Taliana por dejar ir a Selene y no llevarla al ducado, para que ella la revise bien, empieza a llamar a Selene como un puto intenso, hasta que le contesta.

―¡No me jodas Liam, no quiero hablar contigo traidor!―Le ladra Selene al otro lado de la línea y ese segundo escuchando su voz es suficiente para desequilibrarme y hacer querer que vaya detrás de ella.

―Me colgó.―Avisa Liam indignado.

―Mierda Liam, está demasiado enojada, te va a salir caro su perdón. Déjala en paz por hoy, yo me aseguré de que su salud estuviera bien.―Liam se da por vencido y la deja de llamar, acto seguido se toma un gran sorbo de whiskey.

―Será que si le doy el auto que tanto quería antes de su cumpleaños, ¿me perdonará?―Pregunta Liam.

―No lo creo, primero deja que se calme y te disculpas por ser imbécil y por último le das un pase dorado para que te pida lo que ella quiera y se lo das. Es así como te ganarás su perdón.―Liam asiente obedientemente.

―¿Y yo puedo hacer lo mismo?―Pregunto curioso, le daría lo que quiera, si eso significa que deje de estar enojada conmigo.

―No en tu caso es diferente, también le diste en los lugares que más le molestan, que la subestimen y que su pareja o cita no le den su lugar y tú hiciste ambas. También lo tienes jodido, así que deja se calme, pídele perdón y demuéstrale con acciones, que no volverás a comportante así con ella. Selene, no cree en las palabras, cree en los hechos, ella no te juzgará por las palabras sino por tus acciones.

―Gracias Taliana, tú pareces que si conoces a tu hermana.―molesto a Liam.

―No seas cabrón, yo si conozco a mi hermana menor.―Grita ofendido.

―Ya, pues ya paso una hora y no veo que esté más calmada.―Me burlo y Liam me da una mirada de muerte.

El Marqués Adis, llega a nuestra mesa y nos saluda, pregunta si requerimos algo más, y nosotros negamos, Taliana le agradece por toda la atención y Adis le dice que es un placer verla a ella satisfecha, si claro, a mí no me engaña se la quiere tirar, solo está intentando ganar puntos. Taliana, la pide que se quede con nosotros a tomar algo, él le dice que sí, pero primero debe ir a terminar de arreglar unas cosas, para un grupo de personas que está próximos a llegar.